El Pulpileño conquista El Limonar y jugará la final nacional por el ascenso a Segunda RFEF

Los compases iniciales del duelo transitaron sin ocasiones, con un Santomera propositivo pero errático en salida de balón, sin precisión en los desplazamientos largos con los que Champi y José Ruíz trataban de desquitarse de la presión adelantada de los visitantes. El Pulpileño, bien plantado sobre el estrecho césped de El Limonar, reducido en tres metros por cada lateral a causa de las obras de remodelación de las gradas, aguardaba ordenado su momento para atacar pese a la obligación de ganar antes de los 120 minutos.

Se llegó a la primera pausa para hidratación con los porteros de ambos equipos inéditos, sin más trabajo que atajar algún centro lateral exento de peligro. El planteamiento de los dos técnicos, Jurado y Asensio, pasaba por la gestión del riesgo. El Santomera jugaba con su condición de mejor clasificado en temporada regular, lo que les daría el pase a la final nacional en caso de empate tras prórroga, mientras que los almerienses hacían su juego, el mismo orden táctico y filo a la contra que les valió para conquistar La Arboleja en la anterior ronda.

Momprevil y Nacho Muñoz eran los hombres más activos del cuadro local, frente a las intervenciones de Cristo Martín, que mejoraba cada jugada que pasaba por sus pies, pero ninguno de los dos equipos generaba peligro real. Hasta el 38 de encuentro. Raúl Rubira animó a la parroquia santomerana con el único disparo del primer tiempo entre los tres palos tras un error de los almerienses en salida de balón, pero su zurdazo mordido llegó sin complicaciones hasta las manos de Cristian Arco.

Un testarazo que vale una final

El segundo tiempo comenzó con una buena intervención de Toni en el primer acercamiento real del Pulpileño, obligado a desplegarse y asumir riesgos a medida que el tiempo se consumía. Pero a los 10 minutos de la reanudación, la presión cambió de bando. Una gran combinación entre Gato y Luis Maestre en el perfil izquierdo acabó con un centro pasado que Cristo Martín recogió en el segundo palo con tiempo para pararla, mirar y poner un centro de volea medido a la cabeza de Álvaro Cano. El gesto técnico del ariete en el testarazo fue perfecto, la estirada de Toni insuficiente, y el Pulpileño se adelantó en el marcador (0-1).

Los de José Asensio sintieron el gol como una descarga eléctrica que disparó el asedio. En los cinco minutos siguientes, primero un cabezazo de José Ruiz en una falta lateral, y después un zurdazo cruzado de Nacho Muñoz, hicieron trabajar a Cristian Arco. El Santomera ganaba a los puntos, obligado a empatar, pero Momprevil estrelló un derechazo contra el travesaño tras una carambola en el área y, a falta de 15 minutos para el final, el remate de Tiku besó la madera de Cristian Arco tras un centro llovido de Riquelme.

Con la última pausa de hidratación, los nervios se palpaban en la grada local de El Limonar, con miradas de reojo a la fiesta de los 200 rojinegros desplazados desde Pulpí. Quince minutos por delante para mantener vivo el sueño del ascenso santomerano, tras una temporada sobresaliente de un grupo que mantiene multitud de piezas del equipo que el año pasado aún competía en Primera Autonómica.

Los de José Asensio lo intentaron hasta el final, pero se toparon una y otra vez contra el muro infranqueable del Pulpileño del lorquino Paco Jurado, al que no han conseguido hacer un gol en los 180 minutos de eliminatoria. El pitido final desató la fiesta almeriense sobre El Limonar, con la irrupción sobre el verde de los alrededor de 200 aficionados desplazados para mantener viva la llama del ascenso del Atlético Pulpileño. El próximo fin de semana, el San Miguel de Pulpí vivirá la ida de la Final Nacional por la promoción a Segunda RFEF ante la SD Sarriana, el representante del grupo gallego, con la vuelta en Lugo.