Laura Gil: «Este verano es el primero en el que podré estudiar y ponerme morena»
«Creo que vamos a estar seis meses sin jugar y, cuando volvamos, nos va a llevar un tiempo recuperar nuestro nivel», confiesa la pívot murciana
Laura Gil (Murcia, 27 años) pasa estos días confinada en su piso de Madrid, esperando que todo vuelva a la normalidad. Tiene ganas de regresar ... a casa y abrazar a sus padres. Y ya sabe que no podrá competir hasta septiembre. Estaba viviendo un año redondo en el Perfumerías Avenida de Salamanca, con el que ganó la Copa de la Reina en un torneo especial, celebrado en la ciudad salmantina del 5 al 8 del pasado mes de marzo. Fue lo último que se jugó en España. La pívot murciana, de 1,90, estaba siendo importante este curso en Salamanca, como antes lo fue en sus etapas en Hondarribia, Burgos, Rivas y Cadí La Seu. La jugadora más laureada del baloncesto nacional (7 medallas con la selección absoluta y 9 con las categorías inferiores) encaraba sus segundos Juegos, los de Tokio, en el mejor momento de su carrera. Todo ha quedado aplazado.
–Desde 2007, cuando ganó la medalla de plata con la selección sub-16 en Letonia, se ha pasado todos los veranos fuera de casa, compitiendo y consiguiendo éxitos con España. Este, sin embargo, va a ser completamente distinto. ¿Cómo lo lleva?
–Con resignación, como todos. Y entendiendo que ahora mismo lo prioritario es la salud y que toca esperar. Estábamos en plena vorágine competitiva y hemos sufrido este parón en seco. Es verdad que este verano teníamos la cita más especial que un deportista puede tener, como son los Juegos. Y que, con buen criterio, se han pospuesto a 2021. Hay que pensar en otras cosas. Y este verano por fin podré descansar. Es el primero en el que voy a poder estudiar, estar relajada y ponerme morena tomando el sol.
«Ya hubo problemas en el Preolímpico. Era una locura ir todos a Tokio»
–¿Qué estudia?
–Psicología.
–¿Y cómo lleva la carrera?
–Ahora, mejor que nunca [se ríe]. Este tiempo de confinamiento me está sirviendo para estudiar mucho y avanzar más que otros años.
–¿Cómo es su día a día?
–No se me hace largo, la verdad. Estudio mucho, hago el trabajo físico que nos mandan para no ir a peor y además he vuelto a tocar al piano. Lo hacía de niña y lo he retomado ahora.
–¿Se le da bien?
–De momento, me pongo mis cascos y voy haciendo mis cosas.
–Igual puede salir pronto al balcón y deleitar a sus vecinos con un concierto...
–De momento, no. Si esto dura mucho, igual más adelante sí que puedo hacerlo [se ríe].
–Una jugadora de baloncesto necesita estar en la cancha y lanzar a canasta. Por mucho que haga en casa, este parón le va a afectar.
–Sí. A todas las jugadoras. Cuando volvamos, nos va a llevar un tiempo recuperar nuestro nivel. He descubierto que, con mi propio cuerpo, puedo hacer un montón de cosas. Y me mantengo en forma con la rutina de trabajo física. Pero esto no tiene nada que ver con el trabajo en la cancha.
«No pienso en ganar medallas ni en ser más relevante; busco ser mejor jugadora cada año»
–¿Teme un contagio al volver a la actividad con su club?
–No. Cuando volvamos, habrá pasado mucho tiempo y quiero pensar que todos aprenderemos de esta situación. No me preocupa la vuelta. Seguro que nos ayudarán y que se velará por nuestra salud.
–¿Estaba contenta con su rendimiento en esta campaña?
–Bastante. Siempre he sido una jugadora muy defensiva, con un rol muy marcado. Y esta temporada había dado un paso hacia adelante y estaba tomando más responsabilidades en la faceta anotadora. Siempre he estado en equipos en los que he delegado esa responsabilidad ofensiva en otras compañeras. Y este año he mejorado en esa parcela. Quiero ser una jugadora más completa. Mi objetivo es ser mejor cada año. Y en eso estábamos. Notaba que crecía.
–Perdieron la Supercopa, ganaron la Copa y faltaba lo mejor: la Liga y la Eurocup. ¿Se reanudarán? ¿Es optimista?
–Parece difícil. De la Liga Endesa se sabe poco. En la Eurocup estábamos clasificadas para los cuartos de final. Y lo último que se ha escuchado es que la FIBA quiere organizar una final a 8 en septiembre. Yo creo que vamos a estar sin jugar seis meses.
–Sin embargo, el calendario de la temporada que viene se presenta cargadísimo. Y el verano de 2021 va a ser tremendo para la selección. Eurobasket en España del 17 al 27 de junio y un mes después, los Juegos de Tokio.
–Sí. El Europeo finalmente no lo han aplazado a 2022. Jugamos en casa y es una cita que para nosotras será inolvidable. Y casi sin tiempo para recuperar, tendremos que ponernos a preparar los Juegos Olímpicos. Este año no se podían disputar. Era una locura ir a Tokio y juntarnos todos los deportistas allí en estas circunstancias. Había que dejarlos para 2021. Ya en el Preolímpico [de febrero] hubo problemas [la sede fijada era China y tuvo que disputarse en Serbia].
–Tiene 16 medallas, pero supongo que conseguir una en Tokio sería doble o triplemente especial.
–Estuve en 2016 en Río [España ganó la plata] y fue una experiencia increíble. Y lógicamente es una ilusión especial ir a Tokio. Pero no juego por medallas ni por ser más relevante ni porque la gente se fije más o menos en mi palmarés [solo comparable al de Pau Gasol en el baloncesto español]. Mi principal objetivo es ser cada año mejor jugadora. Tengo 27 años y he conseguido muchas cosas. Pero entiendo que hay un margen de mejora en mi juego y en eso estoy volcada.
–Si mira atrás y vuelve a la niña que empezaba a jugar al baloncesto en Murcia, ¿qué ve?
–Pues estoy muy contenta. Veo que la Laura que soñaba soy yo. Yo veía los partidos de la selección por la tele siendo una niña y soñaba con estar ahí. Y estoy.
–¿Se siente profeta en su tierra?
–Yo me siento muy querida en Murcia. Voy menos de lo que me gustaría, porque solo tengo un día y medio libre a la semana y las comunicaciones con Murcia ya sabemos que no son las mejores. Pero siempre que voy noto el cariño de la gente.
–¿Y la Liga femenina? ¿En qué situación se encuentra?
–Se va recuperando poco a poco tras unos años complicados. Falta repercusión y apoyo de los medios. No estamos al mismo nivel que los hombres y no se vende bien el producto. Hay pabellones que se llenan y se da un partido por televisión a la semana, pero se avanza muy lentamente. Con los éxitos de la selección, pasa algo parecido. Cuando volvemos del campeonato, pasamos por tres periódicos y nos prestan atención. Pero a la semana siguiente ya se han olvidado todos de nosotras. Con los chicos esto no pasa.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión