Izan Almansa regresa a la G-League a por un hueco en la NBA
El futuro del murciano está en los Delaware Blue Coats, el equipo afiliado de los Philadelphia 76ers, con quienes jugará la próxima temporada
De nuevo en la G-League, de nuevo con la NBA entre ceja y ceja, pero en un contexto diferente al de la temporada ... 2023-24, aquella en la que Izan Almansa (Murcia, 20 años) debutó como jugador sénior en el profesionalismo en los G-League Ignite, el fallido proyecto de la NBA de contar con un equipo en su propia liga de desarrollo para servir como enjambre de futuras estrellas que preferían esquivar el camino convencional de la liga universitaria estadounidense (la NCAA) y seguir el tan manido 'one and done' ('un año y listo') por el que los jóvenes de mayor proyección pasan simplemente un año de formación universitaria o de profesional en una liga diferente a la NBA antes de ser elegibles para el Draft de la mejor liga del mundo, que tiene una edad mínima de ingreso de 19 años.
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Un adaptarse o morir que para la NBA fue ambas cosas a la vez. Acogió durante cuatro temporadas a baloncestistas con el potencial de ser jugadores importantes algún día en la mejor liga del mundo, rodeándoles de veteranos que cumplieran su misión de mentores en el vestuario y, dentro de un programa que no solo comprendía la competición pura y dura, sino también actividades de ayuda a la comunidad y formación para su vida adulta fuera de las canchas, el Ignite compitió como pudo con el resto de equipos afiliados a franquicias NBA y otros independientes. Su razón de ser nunca fue conquistar el campeonato, pero tampoco dar lástima.
Es lo que pasó en su última temporada de vida, la 2023-24. De 34 partidos, los Ignite solo ganaron dos. Y la NBA dijo basta. Izan Almansa será por siempre uno de los jugadores de la última plantilla de este experimento fallido, donde fue compañero de Matas Buzelis, Ron Holland, London Johnson, Babacar Sané o Dink Pate, entre otros, en una curiosa mezcolanza de chavales en el inicio de su carrera, jugadores con el rumbo alterado y veteranos con pasado NBA.
Diferente a entonces
Tanto era el talento a llamar la atención en ese equipo, que no hubo focos para todos. Holland y Buzelis fueron elecciones de lotería en el Draft de 2024 (números 5 y 11), pero a Sané no le eligieron. Misma suerte que este corrieron este 2025 Almansa y Pate, que retiraron su candidatura para pasar un año en Australia y en la G-League (pero en los Capitanes de Ciudad de México), respectivamente, pero sin ser elegidos. Y Johnson parece atascado en la G-League sin salida NBA próxima.
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Al igual que en aquella 2023-24 en la que Almansa pasó de ser candidato a alta elección a quedar en duda incluso que saliera elegido en toda la ceremonia, el murciano hoy persigue la NBA. Entre medias, un año en los Perth Wildcats que no le hicieron más atractivo a ojos de los 'scouts' NBA. Pero la misma noche que no fue elegido firmó un contrato 'Exhibit 10' con los Philadelphia 76ers. La mejor liga del mundo quizás está más cerca. Ahora la persigue desde dentro de una de sus franquicias.
Almansa ya jugó en esta liga de desarrollo en la 2023-24 en las filas del Ignite, equipo propiedad de la NBA ya desaparecido
Pero es mucho aún lo que el chico criado en el Infante tiene que hacer. Lo primero, «ganar kilos», confesaba como lo más urgente que le han transmitido los Sixers al periodista Toni Canyameras, en una entrevista con Mundo Deportivo a la conclusión de una Summer League en la que ha pasado con discreción: 3 puntos, 1,8 rebotes y 1,8 robos en 11,2 minutos de media por partido.
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Unos días en los que Almansa ha confirmado que el equipo para el que jugará la próxima temporada no serán los Sixers, sino los Blue Coats, su afiliado en la G-League, ubicado en Wilmington, la ciudad más grande del segundo estado más pequeño de Estados Unidos, Delaware. Era la ruta más que probable en casos como el suyo de novatos que no salen escogidos por ninguna franquicia en el Draft, pero que firman contratos 'Exhibit 10', que son de un año de duración con varios incentivos para que, desde el afiliado de G-League, demuestren si su evolución es digna de la NBA en el corto plazo.
En los Blue Coats Almansa percibirá un salario estimado de unos 7.000 dólares mensuales, pero lo interesante para él está en resistir dos meses sin ser cortado. Si lo logra, su contrato le reserva una gratificación de 75.000 dólares. Pasado ese tiempo, Almansa continuaría jugando para los Blue Coats, pero los Sixers podrían cambiar su contrato a uno dual llamado 'two-way'. Con este contrato, Almansa mejoraría su salario a uno a ponderar dentro de unos 600.000 dólares por temporada y, lo primordial, alternaría su presencia con los Blue Coats y los Sixers, que podrían reclamarle en caso de necesidad por lesiones, cambios en la plantilla a mitad de temporada o, sencillamente, porque se vean convencidos de sus habilidades. Esa sería la forma en que Almansa alcanzara su sueño de jugar un partido oficial de la NBA.
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El 'Exhibit 10', mejor como billete de vuelta
Si en Australia su espejo era Alex Sarr, número 2 del Draft tras su paso por Perth, Almansa tiene ahora otros no tan llamativos. Uno es Killian Hayes, que se debate entre Europa y una NBA en la que algunas polémicas le han truncado. Hayes, con cinco temporadas en la NBA y 26,1 minutos por partido, firmó un 'Exhibit 10', pero fue con los Nets, no con los Pistons, con quienes jugó cuatro años antes. Otros jugadores de cierto recorrido desde este contrato han sido Kai Jones, Chuma Okeke o Lonnie Walker IV, pero todos tuvieron en el 'Exhibit 10' regreso, no llegada. También Malachi Flynn, que llegó a meter 50 puntos en un partido con los Pistons y tuvo que firmar un 'Exhibit 10' con los Spurs para volver. Sin embargo, le cortaron antes de debutar.
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