Una torre de agua con firma cartagenera que sirve de casa a las golondrinas
Un bosque de Luxemburgo acoge ya la obra del arquitecto de la ciudad portuaria Andrés Cánovas premiada en un concurso internacional
Un depósito de agua que sirve de casa a martinetes y golondrinas. El proyecto del cartagenero Andrés Cánovas, premiado en un concurso internacional en ... 2016, ya se alza en mitad de un frondoso bosque de Luxemburgo. Ideada con sus compañeros de estudio Atxu Amann y Nicolás Maruri –y en colaboración con el también arquitecto Adelino Magalhaes–, la obra no solo tenía que atender el abastecimiento urbano del barrio de Kiem; también debía, en la medida de lo posible, mimetizarse con la masa boscosa, convivir con el entorno. Y apenas un mes después de su puesta en servicio parece que cumple esa condición. Explica Cánovas que la naturaleza comienza a colonizar la construcción, en la que empiezan a buscar refugio aves y murciélagos.
A los autores les preocupaba en especial resolver el encaje de este 'chatêau d'eau' (torre de agua) en medio de un ecosistema protegido (pertenece a la Red Natura 2000), así que pensaron que el conjunto podía «disolverse» en el paisaje aparentando ser «un árbol más [artificial, eso sí] dentro del bosque». Y empezaron por el tronco. En principio estaba previsto un único depósito, con capacidad para almacenar mil metros cúbicos, pero el equipo de Cánovas, previendo el impacto visual de semejante mole, apostó por la división en dos silos (de 400 y 600 metros cúbicos) para ofrecer a la vista una estructura menos pesada.
Ambos contenedores, además, «se fragmentan en sus recubrimientos para ofrecer una imagen leve y aérea», explica el arquitecto. El diseño de su envolvente exterior, en parte con maderas del lugar, responde a la necesidad de facilitar el anidamiento de las aves endémicas y migratorias. Además de cobijo para la fauna, en la coronación de uno de los depósitos, a casi 50 metros de altura, se ha habilitado una plataforma, a la que se accede mediante un ascensor, que sirve como observatorio ornitológico para los científicos.
Aunque el fallo del concurso se hizo público en 2016, la pandemia de la covid y problemas con la financiación retrasaron el proyecto. Las obras no comenzaron hasta 2022, y el coste se ha disparado de 5 a 12 millones de euros debido al encarecimiento de los materiales. En Kiem, un superbarrio en una zona de crecimiento urbano de Luxemburgo, el estudio de Andrés Cánovas también ha levantado dos promociones de viviendas premiadas en una convocatoria pública.
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