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Aguilucho cenizo, 'Circus pygargus', en vuelo cerca del suelo. Dennis Jacobsen
UMU | Ciencia

Cómo salvar a la rapaz de futuro gris que protege los cultivos

Un proyecto hispano-portugués en el que participa la UMU busca evitar la extinción del aguilucho cenizo, un ave beneficiosa para las plantaciones de trigo y cebada

Domingo, 22 de diciembre 2024, 23:02

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No sólo es gris parte del plumaje del aguilucho cenizo, también lo es su futuro. El 'Circus pygargus', como conocen los científicos a esta rapaz de poco más de un metro de envergadura que campa por las grandes extensiones de cultivos, está al borde de la extinción. Y su desaparición es algo que no conviene no solo a la especie y al correcto equilibrio del ecosistema, sino que además perjudicaría a la producción agraria, ya que es un gran consumidor de topillos, ratones, langostas y aves granívoras que diezman las cosechas de trigos y cebadas. Los beneficios que la especie aporta a estas plantaciones son directamente proporcionales a su dependencia de ellos, una vez que los grandes herbazales silvestres que ocupa antiguamente ya no están disponibles.

Para evitar su desaparición, la Universidad de Murcia (UMU) coordina parte de un programa europeo de protección medioambiental implementado en España y Portugal, conocido como 'Proyecto Life SOS Pygarsus', y que arrancó a principios del pasado septiembre para continuar en los próximos años, hasta diciembre de 2030. El aguilucho cenizo, en palabras del catedrático de la Facultad de Veterinaria de la UMU Antonio Juan García Fernández, es un ave «vulnerable a cambios en las prácticas agrícolas que conducen a la destrucción de nidos y está expuesta a altos niveles de depredación, a climas extremos y a la pérdida de hábitat asociada a la reducción de cultivos de cereales a favor de otros cultivos y usos de la tierra, a menudo subsidiados por políticas agrícolas o forestales».

Ése es el panorama al que la especie parece rendir cuentas en su propio nombre, aunque lo realmente cenizo sería no hacer nada por salvarla, como sí se han propuesto hacer las 13 entidades lusas y otras cuatro españolas implicadas en la iniciativa. Las españolas son, además de la UMU, la Comunidad Autónoma de Extremadura y dos centros de recuperación de fauna y de conservación de hábitats (AMUS y Grefa). Por parte de Portugal intervienen distintas entidades de gobierno; otra universidad; tres empresas y distintas asociaciones de conservación de fauna, patrimonio rural e investigación, entre otras.

Hasta hace muy poco, más del 90% de las primeras nidadas de la especie eran destruidas

El 'Circus pygargus es un gran consumidor de especies de pequeños vertebrados, insectos y pájaros perjudiciales para cosechas

La población de aguilucho cenizo ha pasado de ser considerara «segura» en su estatus en la Unión Europea a calificarse de 'amenazada', y en Portugal directamente 'en peligro'. Allí, explica el catedrático, «se enfrenta a una emergencia, con un continuo y acusado descenso de sus poblaciones en los últimos años». En concreto, su presencia se ha reducido en torno a un 80% en apenas diez años. De ahí que la investigación, coordinada en parte por la UMU, contempla establecer «las herramientas para la conservación a corto y largo plazo de las poblaciones de 'Cyrcus pygargus en sus principales áreas de distribución portuguesas y transfronterizas'», que incluyen espacios de la España occidental.

Prácticas agrícolas

Para lograrlo, se plantean implementar distintas medidas de mejora de gestión de su hábitat, de incremento de su éxito reproductivo, de mitigación de amenazas y de reducción de mortalidad. El proyecto pretende aplicar medidas de conservación de la especie específicas en más de 2.000 hectáreas, «con el fin de mejorar las condiciones del hábitat; compatibilizar las prácticas agrícolas con el ciclo reproductivo de la especie; prevenir y mitigar las perturbaciones que afecten a la productividad reproductiva; crear conciencia y promover la capacitación del personal» implicado, detalla García Fernández, especialista del área de toxicología.

Crías de aguilucho cenizo en su nido, ubicado en un cultivo cerealístico. UMU

La especie depende de plantaciones de trigo y cebada, una vez que los grandes herbazales silvestres han ido desapareciendo

En diez años, la presencia de poblaciones de aguilucho cenizo en Portugal se ha desplomado un 80%

Los investigadores se han propuesto aumentar la población reproductora en un 50% en seis años

La línea roja que los artífices de esta iniciativa Life se han marcado es «evitar que el estado de conservación [del animal] descienda a 'en peligro crítico'». De forma más precisa, el científico revela que el objetivo «es detener la tendencia de la disminución de la población y aumentar la población reproductora en un 50% dentro de los seis años de implementación del proyecto».

Doblar el éxito reproductor

Para ello es preciso más que doblar la actual tasa de éxito reproductivo del ave, que ahora apenas alcanza un valor de 0,6, para llegar a 1,5. Conseguir este crecimiento, «es necesario para sostener una población viable», y se pretende lograr reduciendo «significativamente la mortalidad y la destrucción de nidos (aproximadamente un 75%)». Además, continúa el profesor de la UMU, también se persigue «mejorar y garantizar en un 50% la supervivencia de los nidos en la naturaleza». En este punto hay que tener en cuenta que, «hasta hace muy poco, más del 90% de las primeras nidadas eran destruidas». Ahora es preciso que estos objetivos se logren para asegurar la supervivencia del beneficioso aguilucho cenizo y, con ella, poner un grano más en garantizar la nuestra propia.

  1. Participación murciana en un proyecto centrado en el oeste peninsular

Los investigadores del proyecto 'Life SOS Pygarsus' Antonio Contreras, Antonio Juan García, Isabel Navas y José Francisco Calvo. UMU

El área de trabajo contemplada en la iniciativa europea Life SOS Pygargus, centrado en salvar al aguilucho cenizo, incluye, además de investigación poblaciones de la especie en Portugal, otras en la parte occidental de España, en concreto en Extremadura, Andalucía, Galicia, Castilla y León y también en Castilla-La Mancha. Sin embargo, la coordinación de una de las tareas principales previstas se realizará desde la universidad pública de Murcia, en una región donde, aunque también se encuentra esa ave, no está previsto su inclusión en el estudio.

«Los promotores del proyecto contactaron con nosotros porque son conocedores de nuestra dilatada experiencia y trayectoria científica en poblaciones expuestas a contaminantes», revela García Fernández. El equipo de la UMU coordina en concreto el paquete de tareas previsto centrado en el seguimiento del bienestar, las condiciones de salud y la presencia de contaminantes y su impacto en el aguilucho cenizo.

«La dilatada experiencia del equipo de la UMU se pondrá al servicio del proyecto para todo lo que implica salud animal y medioambiental», resume el catedrático García Fernández. Este profesor del departamento de ciencias Sociosanitarias de la Facultad de Veterinaria se planteó en 1992 que resultaría posible obtener información útil en materia de salud a partir del estudio de la presencia y los efectos de metales pesados en diversas especies de aves silvestres.

Años después, entre 1996 y 1998, los investigadores de la UMU ampliaron el objetivo a los plaguicidas agrícolas persistentes en el medio natural, en la tesis de uno de los miembros del equipo, Pedro María Mojica. Por esas fechas se solicitó financiación nacional para un trabajo sobre aves silvestres y contaminación ambiental al que siguieron otros cuatro «que consolidaron la línea de investigación», recuerda el profesor García.

En 1998, el grupo de investigadores comenzó a colaborar con el profesor José Francisco Calvo, de la Facultad de Biología, que ya atesoraba una «dilatada experiencia en la ecología de aves rapaces». A partir de estos estudios se ha ido desarrollado durante las últimas décadas la línea de investigación sobre «especies centinelas para estimar la exposición a contaminantes ambientales y para predecir efectos sobre la salud animal, humana y del medio ambiente», apunta el especialista. El cuadro se completa con «la reciente incorporación del profesor de Sanidad Animal de la Facultad de Veterinaria Antonio, de modo que se «amplía el perfil del equipo, sumando a la ecotoxicología la ecopatología y la epidemiología».

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