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Cómo pasar de «sonámbulos digitales» a «sujetos reflexivos», claves de Daniel Innerarity en el Aula de Cultura de LA VERDAD
Filosofía ·
El catedrático vasco reflexiona en Murcia sobre las amenazas que la inteligencia artificial puede representar para la democracia: «Hemos tenido una globalización muy irreflexiva, salvaje»Daniel Innerarity (Bilbao, 1959), incluido en la lista de los 25 grandes pensadores del mundo por 'Le Nouvel Observateur', reflexionó en Murcia este lunes, invitado por el Aula de Cultura de LA VERDAD y la Fundación Cajamurcia, en colaboración con la Fundación Vocento, sobre cómo afecta la tecnología a la democracia. Catedrático de Filosofía Política, investigador Ikerbasque en la Universidad del País Vasco, director del Instituto de Gobernanza Democrática y titular de la Cátedra Inteligencia Artificial y Democracia del Instituto Europeo de Florencia, Innerarity está comprometido con asesorar, por un lado, al Consejo de Europa, que le ha pedido un dictamen acerca de esta cuestión, las amenazas que la inteligencia artificial puede representar para la democracia. Y, por otro, con un informe para Naciones Unidas sobre el estado de la democracia en el mundo, en el cual hay una parte que tiene que ver con el impacto de la inteligencia artificial, y también hay otras cosas que están analizando.
Para finales de 2025 y principios de 2026 están listos, según confirmó en Murcia, ante un auditorio muy participativo, en la última sesión del Aula de Cultura de LA VERDAD de esta temporada, en la que Innerarity presentó la obra con la que ganó el Premio de Ensayo Eugenio Trías, 'Una teoría crítica de la inteligencia artificial' (Galaxia Gutenberg).
Innerarity, que participará este año en la inauguración de la 39ª Feria Internacional del Libro de Guadalajara 2025, indicó que los algoritmos nos pueden ayudar en la toma de decisiones, se pregunto en qué medida eso se puede considerar un elemento importante de la configuración de una democracia, y cuáles son los límites de esa gobernanza algorítmica. Sobre la peculiaridad de la inteligencia humana y lo que nos distingue de las máquinas giró parte de su discurso, e hizo una defensa de la democracia, que sigue siendo, a su juicio, no solo un sistema superior desde el punto de vista normativo, sino desde el punto de vista de la adopción de decisiones inteligentes. Su propuesta es generar un ecosistema humanos-máquinas, que aproveche lo mejor de unos y de otros, y que corrija esos posibles sesgos que son, repitió, bastantes diferentes.
No quiso ser muy duro con el tipo de conversación que tenemos hoy en día, pero la irrupción de las redes sociales ha propiciado, en parte, una gran conquista, una horizontalidad en la toma de decisiones: «Por ese avance democrático hemos pagado el precio de un entorno informativo bastante caótico, en el que vamos a vivir mucho tiempo». «Uno está reclamado por mil bombazos, la atención de uno, que es limitada, está bombardeada, y no sabemos muy bien a qué prestar atención. Se ha producido un desorden cognitivo, y se ha pluralizado la autoridad epistémica, en materia de conocimiento».
El filósofo afincado en Pamplona está presente en redes sociales como X y Bluesky, («desde que fue comprada por Elon Musk, X me interesa menos»). «Al hacer esta investigación y, sobre todo, para dar clases y conferencias», comentó a LA VERDAD, «me he dado cuenta de que yo ya no tengo delante un público carente de información, porque esa gente ya tiene acceso a Google, y la información es barata y disponible para cualquiera. En todo caso, lo que tengo es un público necesitado de criterios, guías, orientaciones... que les permitan sobrevivir en un entorno informativo tan superpoblado y donde es difícil diferenciar el ruido de la información acreditada. Y esto, a los investigadores y a los profesores, nos ha cambiado mucho el punto de vista. Nos ha liberado de la tarea de dar información, y nos está exigiendo que demos un criterio, y algo que tenga sentido de orientación para las personas».
No cree Innerarity «que necesariamente la tecnología sea una fuerza ingobernable y desatada o furiosa, sino más bien algo que nos presta enormes servicios, que cambia nuestro modo de estar en el mundo y nuestra mirada, y que en cada momento exige un tipo de comportamiento. En estos momentos estamos en cómo convertir una tecnología que nos está haciendo ser una especie de sonámbulos digitales, que no saben muy bien adónde van ni cómo gobernar esto, en sujetos reflexivos, por eso yo he llamado mi libro 'Una teoría crítica de la inteligencia artificial', porque convierto en objeto de reflexión algo que forma parte de nuestra vida cotidiana y si no reflexionamos sobre ello podría causarnos todavía más problemas».
«La fortaleza de la democracia está indisolublemente unida a su fragilidad, a la fragilidad que consiste en que es un régimen abierto, y en el que los malos pueden llegar al poder, y hay muchos ejemplos»
Daniel Innerarity
Filósofo
En una cultura política muy volcada sobre el presente, sobre lo inmediato, Innerarity echó mano de la ironía para plantear al auditorio algunas dudas que formula en su libro y las posibles respuestas que dan otros teóricos, investigadores y científicos. «Los humanos y las máquinas somos estúpidos en distintas formas y para distintos asuntos. Los humanos nos solemos equivocar en una serie de cuestiones, tenemos unos sesgos muy específicos y muy bien estudiados, y las máquinas tienen otros sesgos que felizmente no coinciden con los nuestros. Lo cual nos permite pensar en una combinación productiva entre su habilidad y las nuestras».
Vemos habitualmente cómo los procedimientos democráticos están amenazados o son obstaculizados. ¿Qué podemos hacer entonces? Innerarity dijo que está reflexionando sobre las democracias, y cómo en los últimos años las democracias liberales se han visto asustadas por las injerencias electorales, el auge de los extremismos, los comportamientos iliberales de algunos gobiernos frente al poder judicial, la proliferación de discursos de odio en redes sociales... han inventado mecanismos para defender la democracia. Pero ojo con todo ello, advirtió. «La democracia, a veces, la protegemos mal. Y hay que protegerla poco. La democracia vive de una cierta vulnerabilidad, porque es un sistema en el que cualquiera puede decir cualquier cosa. Determinar algo como discursos de odio es algo delicado. Nuestros políticos tienen una gran proclividad a decir 'esto es una gran mentira'. Pero yo creo que la fortaleza de la democracia está indisolublemente unida a su fragilidad, a la fragilidad que consiste en que es un régimen abierto, y en el que los malos pueden llegar al poder, y hay muchos ejemplos».
Partidario de limitar el poder, en general, y de sistemas políticos más modificables de lo que son, Innerarity señaló, no obstante, que «es peligroso el discurso de ciertos políticos que hacen cosas en nombre de la democracia» y dijo que tan democráticos son los gobiernos como los partidos que hacen oposición. Cada vez hay más asuntos que se salen del ámbito de decisión de las naciones, y citó grandes temas que nos preocupan como seres humanos y como demócratas, como el cambio climático, la inestabilidad financiera, problemas de seguridad, migraciones, pandemias... «todo esto se ha salido del marco de gestión de los estados nacionales, y es lógico que si hay cuestiones que nos afectan a varios, esos varios tenemos que estar en el puesto de mando. Si la crisis climática nos afecta a todos, todos tenemos que estar en el puesto de mando. A problemas globales, les corresponderían instituciones también de este estilo. Pero esto lo digo en un momento contracorriente, porque en este momento se está produciendo un desmontaje de ciertas instituciones globales».
Y este momento de debilidad, cree, durará poco tiempo. «Hemos tenido una globalización muy irreflexiva, salvaje», admitió. «Y en este momento estamos en una lógica de redimensionamiento de la globalización, con unas cadenas de suministros menos frágiles», y consideró una posición inteligente aquellas que estén lo más vinculadas al individuo.