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Paco Ureña: la perseverancia de un sueño

Sábado, 21 de mayo 2022, 07:55

El hombre que hoy se cita con su destino ante seis toros en Las Ventas encarna la perseverancia de un sueño: ser «torero de Madrid». Enseñorear tal distinción sobrentiende adornarse de clasicismo, sobriedad estética, hondura y pureza. Supone coronar una historia de fidelidad, como la que en tiempos pretéritos protagonizaron los maestros Antonio Bienvenida, Antoñete, Curro Vázquez, Luis Francisco Esplá y Pepín Jiménez.

El gesto con el que Paco Ureña corteja su anhelo y reivindica su dignidad torera explicita la predilección del lorquino por una plaza, de cuyo respeto es, desde hace tiempo, loable acreedor. Pero la importancia de Madrid - su capacidad para determinar la trayectoria de los que visten de seda y oro, plata, óleo o azabache - invita a visibilizar también que tamaño reto implica el meritísimo pulso de quien reclama salir del ostracismo al que parecen querer relegarle.

Demostrar responsabilidad comporta asumir el coste y la renuncia que toda acción exige, como nos recuerda Magris. Y, frente a quienes desaconsejaban el desafío, Ureña decidió llevar a término el aforismo de Oscar Wilde - «Solo yo puedo juzgarme. Solo yo conozco mi pasado, el motivo de mis opciones, lo que tengo dentro. Solo yo sé cuánto he sufrido, lo que es ser fuerte y frágil. Solo yo y nadie más» - para defender su derecho a soñar. A soñar la gloria de convertirse en «torero de Madrid». A soñar que su manera de ser (y de estar) en el toreo merecen mayor deferencia de los despachos.

Defendía Antonio Tabucchi el derecho a soñar de los hombres libres, los únicos capaces de nutrir ilusiones. Y acertaba Andrés Calamaro al diseñar el cartel del acontecimiento esbozando, sobre el retrato del matador, la ilusión de un burel emanando de su montera. Porque no habita en la testa de Ureña otro ensueño que el de ser «torero de Madrid» desde que, siendo un crío, rehusaba acudir a las excursiones del colegio para evitar accidentarse y que ello le impidiera consagrarse a su vocación.

Astados de Puerto de San Lorenzo, Domingo Hernández-Garcigrande, Adolfo Martín, Luis Algarra, José Vázquez y Juan Pedro Domecq esperan en chiqueros. Orgullosa y esperanzada le aguarda siempre la afición de Lorca que, antes de romper el paseíllo, asistirá al hermanamiento de la Unión de Abonados de Madrid y nuestro Club Taurino y vivirá con singular emoción la presentación del proyecto de reconstrucción del coso de Sutullena en el corazón de Las Ventas.

A veces, los sueños se cumplen. Torero, no dejes de soñar. Los hados debieran ser complacientes con quien acostumbra torear desde la yema del alma y tan obstinadamente se rebela contra su (hasta ahora) trágico albur.

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