Juan Jesús Rodríguez: «Hay cantantes de lírica que se inyectan cortisona sin control»
El cantante analiza el estado actual de la ópera sin pelos en la lengua y su diagnóstico no es bueno
CÉSAR COCA
Domingo, 13 de octubre 2019, 11:12
Juan Jesús Rodríguez ha cantado en grandes teatros europeos y americanos, incluida la Metropolitan Opera House de Nueva York ya en tres temporadas, y debutará en breve en el Covent Garden londinense. La voz de este barítono onubense que dice de sí mismo que hace «muy bien de malo», ha sido considerada por la crítica especializada como una de las diez mejores verdianas de hoy, y además destaca por otra cosa: analiza el estado actual de la lírica sin pelos en la lengua. Y su diagnóstico no es bueno.
-Alguien dijo que el argumento de cualquier ópera es que el tenor trata de seducir a la soprano y el barítono quiere impedirlo. ¿Usted representa tan poco simpático papel?
-Los barítonos solemos serlo, sí. Claro que los bajos son ya el demonio (se ríe). En 'Lucia de Lammermoor' soy un malvado que vende a su hermana para recuperar su reino. Yo hago muy bien de malo. Lo bueno es poder hacerlo en el escenario y no en la vida.
«Algunos directores de teatro tienen intereses que nada tienen que ver con cuidar a los artistas»
-Comenzó a estudiar filología inglesa y en un momento cambió radicalmente y se encaminó hacia el canto. ¿Qué sucedió?
-Empecé a estudiar filología pero desde siempre fui el cantante de la familia, nací para esto y un día tomé la decisión de dedicarme al bel canto. Me trasladé a Madrid, donde hice una prueba en la Escuela Superior de Canto, me aceptaron y así empecé. Luego estuve dos años en el coro de RTVE, y también en el del teatro de la Zarzuela, donde tuve la oportunidad de compartir escenario cantando roles pequeños con Kraus y muchas de las grandes figuras del momento.
-A los 50 años, ¿cree que está en el momento álgido de su carrera?
-Siento que estoy en un momento óptimo, porque han madurado mi voz y mi técnica, y domino los grandes roles verdianos, el verismo y el bel canto. Como artista me siento muy tranquilo al salir al escenario y la respuesta del público es muy buena, creo que mi momento álgido todavía no ha llegado.
-Hay jóvenes con problemas de salud y una generación casi en los 80 que sigue activa. ¿Por qué?
-Hay una parte del mundo del negocio que gira alrededor de la ópera que no tiene piedad con los artistas, los explota. Antes se cuidaban mucho las voces, existían personas que ayudaban a los artistas y cuidaban sus carreras porque se reconocía su inmenso valor hasta llegar a su maduración. Ahora se coloca prematuramente en lo más alto a algunos artistas que no están preparados para la presión de los grandes teatros, las agencias y las críticas. Es preocupante que estén muriendo artistas a edades tempranas.
-¿Cuáles pueden ser las causas?
-El estrés y la automedicación. Antes de cancelar toman lo que haga falta porque creen que, de lo contrario, les retirarán de la primera línea o desaparecerán.
-¿Está apuntando que en su gremio se abusa de la medicación?
-Conozco a quienes viajan con un maletín lleno de medicamentos y, en cuanto tienen un moco, se inyectan cortisona sin ningún tipo de control profesional para estar perfectos. Es una parte muy fea de los que mercadean con la lírica, pero existe. Si alguien dura solo cinco años, da igual. Siempre hay otro nombre en la lista de espera.
-Hace poco denunció que la ópera en España es terreno de corrupción, vetos y favoritismo. ¿Qué está pasando?
-Hablo de teatros públicos, sostenidos con dinero de todos. Ahí los artistas españoles, e incluyo a los extranjeros que se han afincado aquí, no somos considerados ni aunque hayamos demostrado nuestra calidad fuera, solo hay que ver las programaciones de los grandes teatros de nuestro país. Y luego hay quienes están empezando y no tienen la menor oportunidad. Eso no pasa en Italia, Francia, Inglaterra o Alemania con sus jóvenes. Nuestros políticos tienen que tomar cartas en el asunto, y no pienso parar hasta que les llegue lo que pasa y protejan lo nuestro. La opinión pública también es importante .
-¿Hay vetos a ciertos artistas en determinados teatros?
-Los hay porque algunos directores de teatro tienen otros intereses que nada tienen que ver con dar visibilidad y cuidar a los artistas, la lírica y al público. Puede ser algo personal o que tengan colaboración con algunas agencias. ¿Qué explicación hay, si no, para que artistas españoles consagrados no sean contratados aquí? No hay más que ver las programaciones de algunos centros líricos para entender que unas pocas agencias se reparten los artistas hasta para los pequeños papeles.
-Usted ha dicho en concreto que está vetado en el Real.
-Siento que estoy vetado por Matabosch (director artístico del Real). Ellos lo niegan y a veces aluden a que no tengo hueco en mi agenda. No es cierto. Me han ofrecido un rol con meses de antelación, y así no se trabaja. Ya tienen la programación hasta 2024 y compromisos con artistas para esas temporadas. Lo digo alto y claro: mi prioridad es trabajar en mi país. Ya me sucedió algo así cuando empezaba.
-¿Qué?
-Me dijeron que si me quedaba en el Real solo haría partiquinos de lujo y, si se producía una baja, alguna sustitución. No lo acepté, fui a Hannover, me hicieron una audición y me dieron un papel protagonista en el inicio de temporada. Aquí, si los jóvenes quieren trabajar, deben estar dispuestos a hacer la maleta.
-¿Por qué se denuncian tan poco estas situaciones?
-Por miedo. Existe una mafia que da miedo, y eso permite que las cosas sigan como están. Hay que denunciar la situación y pedir responsabilidades a todos nuestros representantes.