La movilidad saludable no es una ideología, es una conquista
Mesa para cinco ·
¿Se imaginan a un alcalde defendiendo la retirada de tramos de alcantarillado en la ciudad?Como persona amante de las rutinas que soy, siempre intento aprovechar algunas semanas del verano para intercambiar mi casa con familias de otros países. Es ... tan enriquecedor conocer lugares en los que descubrir paisajes, culturas, olores, sabores… pero confieso que una de las cosas que a mí más me gustan es observar otras cotidianidades. Y eso es justo lo que he hecho este verano en Hamburgo y Berlín, dos ciudades alemanas en las que, gracias a los valiosos consejos de mis anfitriones y a la infraestructura que nos proporcionaban, he podido vivir y moverme como una vecina más.
Y lo que he visto es que, en la primera, elegante, frondosa y salpicada bellísimos canales, la calle pertenece a los coches con sus humos, sus ruidos, sus colapsos diarios y la consecuente falta de espacio para, por ejemplo, detenerse a mirar escaparates o simplemente pasear sin padecer estrecheces entre bordillos, gente que pasa y terrazas que se llenan en cuanto asoma el sol. Por el contrario, en la segunda, con su extenso tamaño y un ambiente que me atrevería a calificar hasta de áspero, se vive una situación muy distinta en la que, el ancho generoso de las aceras, un tráfico apaciguado, una impresionante red de ciclovías interconectadas y un transporte público tremendamente eficaz, dan el tono de una metrópoli por la que se transita de forma muchísimo más fluida y saludable. Y solo hay que echar un vistazo a sus respectivas historias recientes para concluir que esta diferencia no se corresponde con gobiernos de una u otra ideología sino con liderazgos más o menos capaces de proporcionar bienestar. Porque, cómo nos movemos en nuestras ciudades, cuánto tiempo consumen los tránsitos diarios, qué niveles de estrés nos provocan, qué grados de independencia promueven o a qué sustancias nocivas nos exponen, son cuestiones interseccionales que nos afectan a todos. Y, por tanto, la movilidad es algo que pertenece al rango de otras conquistas en la calidad de vida urbana como han sido el saneamiento, la recogida de basuras, el funcionamiento de los servicios de emergencias o el mantenimiento de las calles. ¿Se imaginan a un alcalde defendiendo la retirada de tramos de alcantarillado en la ciudad?
Este verano escuchamos al exvicepresidente para el Pacto Verde de la Comunidad Europea, Frans Timmermans, defendiendo que la calidad del aire, la salud personal y la familiar, no deberían utilizarse como parte de la controversia política ya que es algo que beneficia a todas las personas. Insisto: ¿qué pensaríamos si un partido político propusiera la retirada de contenedores en las calles para que cada uno pudiera dejar libremente su basura donde mejor le viniera?
Sí, ya sé que alguno de los argumentos que esgrimen los equipos de gobierno que tras las elecciones están paralizando o desmantelando carriles bus y bici, se apoyan en criterios técnicos con los que anuncian que se puede apostar por la circulación segura de bicicletas y el transporte colectivo sin disminuir la presencia del vehículo privado, pero yo me temo que eso es inverosímil porque el espacio urbano tiene unos límites muy concretos. Así que si nuestra salud física, social y metropolitana está pidiendo a gritos que las calles dejen de estar reservadas principalmente para el automóvil y se llenen de bicicletas, transporte colectivo y espacio público suficiente y de calidad que fomente el encuentro, el movimiento peatonal y el consumo minorista, evidentemente que va a ser disminuyendo la presencia de los coches.
Nadie dice que lograr esta metamorfosis urbana no sea tremendamente complicado. Hay muchas resistencias que vencer, muchas costumbres que modificar y, sobre todo, muchos servicios y mucha infraestructura que producir y gestionar con eficacia… Pero, ¿saben lo que va a pasar cuando lo consigamos? Pues lo que está ocurriendo en todas las ciudades valientes y comprometidas con el bienestar de sus ciudadanos que ya lo han conseguido, que vamos a vivir todos más y mejor.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión