Ver 26 fotos
Morante de la Puebla, casi 30 paseíllos en la Región de Murcia
Desde su alternativa en Burgos, el 29 de junio de 1997, hasta su sorprendente retirada de este domingo en Madrid, tuvo tardes de triunfos y alguna bronca de un torero genial
El genial torero no pisa un ruedo de la Región desde 13 de septiembre de 2022, en una tarde histórica en La Condomina de Murcia, ... por el lleno en la plaza y el triunfo soberano de Roca Rey que cortó cuatro orejas y dos rabos y salió a hombros junto a un gran Ureña que paseó tres orejas. Morante obtuvo una oreja del astado de Núñez del Cuvillo que abrió plaza.
En la crónica de LA VERDAD del día siguiente conté esta primera faena del fenómeno de la Puebla en su última corrida en nuestra tierra del siguiente modo: «Nobleza tuvo 'Ricardito', primero de la tarde. Toro de bonitas hechuras. Lo intentó a la verónica Morante de la Puebla, que después de pasar el toro por la jurisdicción del picador, comenzó su faena con ayudados por bajo, para salir después a las afueras con torería. Allí, la faena tuvo bellos momentos, destacando una serie con la diestra, ligada y bien compuesta, que fue la que más llegó al tendido, con el toro galopando. Los adornos, la finura del torero con la izquierda y la gracia en los remates consiguieron que, tras un pinchazo y una estocada, se le pidiera una oreja que fue concedida y que el sevillano paseó en una parsimoniosa vuelta al ruedo».
Esa última tarde en nuestra feria de Murcia, el de la Puebla del Río fue transparente, dejando un botón de muestra de su carrera, genial e irregular a veces, pues al segundo lo pasaportó sin darse coba, saliendo del burladero tras el tercio de banderillas con la espada ya montada. Tarde de triunfo y bronca, en la que el maestro vistió un terno verde y azabache muy de su estilo. Eso es lo más reciente de un torero que en el último lustro se ha revelado como el gran descubrimiento de los jóvenes aficionados, llegando muchos de ellos a idolatrarlo. Ese 2022 hizo otro paseíllo en la Región, en concreto en Cehegín, el 13 de marzo, con gran entrada y compartiendo cartel con Manzanares y Roca Rey, con quien ha terminado rivalizando vivamente este último año.
Se le esperaba con ansiedad en Murcia en los dos últimos años, por la legión de partidarios que se han convertido en guardia pretoriana del singular matador sevillano, como se pudo comprobar en esa procesión pagana del día de la Hispanidad en Las Ventas, con miles de personas sacando en volandas en una interminable salida a hombros a su mesías, arrancando a jirones los alamares de su traje de luces a modo de reliquia. Sus trastornos mentales, reconocidos por el afamado torero que consiguió pasear un rabo en la Maestranza de Sevilla en 2023, le impidieron cumplir el compromiso adquirido en la feria de Murcia de ese año. Este 2024 fue una cornada la que le quitó de las dos corridas en las que estuvo anunciado en nuestras plazas: Cieza, en su reapertura agosteña y la de la capital en septiembre.
Trece en La Condomina
No se le ha podido disfrutar tanto como en otras plazas de principio de temporada, y los vaivenes en su carrera sobre todo afectaron a sus finales de campaña. Yo le cuento trece tardes en La Condomina vestido de luces. Su último gran triunfo lo firmó el 16 de septiembre de 2019, antes de la pandemia. Los amantes del buen toreo pudieron degustar una exquisita obra de arte del sevillano, que cortó las dos orejas de un toro de Daniel Ruiz en una corrida en la que alternó con El Juli y Paco Ureña. Junto al de Lorca abandonó la plaza en hombros. 'Duque', buen toro, le sirvió a Morante para destapar el tarro de las esencias. Y es que el torero de la Puebla sorprendió desde que se abrió de capa con dos lances con la rodilla flexionada para enjaretar después un ramillete de verónicas rematadas con una personal media que desprendieron aroma a toreo bueno, para luego firmar una obra de arte con la muleta, plena de inspiración, que no brindó. Como en el 2022, ese 2019 también hizo el paseíllo en Cehegín en primavera, cortando una oreja a un toro de Núñez del Cuvillo. Precisamente en el coso ceheginero es donde más han podido disfrutarlo los aficionados de la provincia, después de en la capital. Allí ha toreado siete tardes, algunas convertidas en evento, como la del 9 de septiembre de 2008, una corrida de goyesca en la que Pepín Liria se despedía de sus paisanos. Morante cortó tres orejas aquella tarde a sus toros de La Campana. Otra tarde para el recuerdo es la del 9 de junio de 2006 en la que José Antonio oficiaba de padrino en la alternativa de Alejandro Talavante, en presencia de El Fandi. Paseó un trofeo del segundo de su lote del hierro de Nuñez de Tarifa. También estuvo presente en otra alternativa, como testigo, el 17 de septiembre de 2006. En la de Paco Ureña en Lorca, plaza en la que trenzó el paseíllo en cinco ocasiones, saliendo a hombros la tarde de su presentación en Sutullena, el 19 de marzo de 2000 y otra vez en 2003.
En sus veintiocho años como matador de toros, José Antonio Morante también actúo en el resto de plazas de obra importantes de la Región, como Cieza, la Caverina de Calasparra o Caravaca de la Cruz, y se recuerda con cariño en la pedanía de Patiño, donde el 14 de febrero de 2004 intervino en el festival benéfico que organizaron durante algunos años Antonio González Barnés y Antonio Sánchez Carrillo, que conseguían convencer a las figuras del toreo para llevarlas a la localidad, lo que propiciaba llenos hasta la bandera en la plaza portátil.
Se va Morante sin despedirse en las dos últimas temporadas de su ferviente parroquia de seguidores con los que cuenta en Murcia. Lo hace tras torear más despacio que nunca en la plaza de Las Ventas, aquella que promovió su admirado Joselito El Gallo. Sin avisar y en lo más alto de su carrera. Con dos paseíllos en un día, uno en la jornada matinal, para rendir homenaje y costear el monumento al maestro Chenel, y otro por la tarde para bordar el toreo. No se cortó la coleta, sino que se retiró la castañeta con la misma parsimonia y lentitud con la que había dibujado excelsos pasajes de la tauromaquia más bella ante el último toro de su vida, de momento, porque nunca se puede afirmar nada ante un personaje como Morante de la Puebla. Parece que se va de verdad, pero que le digan a su admirado Antoñete lo que es una despedida de un torero, cuando reapreció hasta en siete ocasiones. Me resisto a pensar que no queda un último baile en su Maestranza -los sevillanos no se lo perdonarían después de haberle profesado pasión mariana en el último lustro, como antes lo hicieran con Curro Romero-, y algún otro entre medias, ¡ojalá que en Murcia! Si hay alguien que nos pueda sorprender, ese es Morante, torero para la historia. El tiempo y su cabeza nos irá diciendo.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión