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Varguitas le rezó a una foto de su padre durante diez años. Le habían contado que estaba muerto. Al cabo de este tiempo regresó y ... lo arrancó de su infancia consentida por los abuelos, los tíos y su preciosa madre. Por entonces, vivían en Piura, donde el abuelo ejercía de prefecto. El padre, Ernesto, abandona a Dora Llosa en el quinto mes de embarazo. Se había enamorado de una alemana y esa foto a la que dedicaba sus plegarias Marito era el único legado del progenitor.
Conocer y soportar a su padre fue el gran trauma de Mario. Simulaba dormir, vestido bajo las sábanas, para evitar su presencia en el hogar familiar donde la violencia era el pan nuestro de cada día. Los hijos de padres violentos son escapistas profesionales. Ahí descubrió la ficción como forma de adaptarse a la realidad. En el Colegio La Salle sufrió un intento de abuso sexual por parte del padre Leoncio. Dejó de creer en Dios para amar a las mujeres.
Ernesto envía a Marito al Colegio Militar Leoncio Prado con el objetivo de alejar el fantasma de la literatura. No lo consiguió. Leyó más que nunca y comenzó su carrera de escritor profesional: redactaba las cartas que sus compañeros enviaban a las novias y hacía relatos pornográficos para que los muchachos calmaran sus ansias. A los 16, trabajará como periodista para el diario limeño 'La Crónica'. Se inicia en la vida adulta: sale con sus compañeros de farra y cada viernes visitan el prostíbulo habitual. Mario se marcha al año siguiente con su tío Lucho para terminar sus estudios de secundaria en Piura. Ya en la Universidad, el joven Varguitas se interesa en política. Es por este tiempo que aparece alguien importante en su vida: el historiador Raúl Porras Barrenechea quien le enseñará a ser meticuloso y perfeccionista al extremo. Esta metodología le acompañará toda su carrera literaria. En 1955 conoce a Julia Urquidi, su tía política, hermana de la mujer de Tío Lucho. Recién divorciada, Marito le hará de chevalier servant. Lo que comienza como paseos inocentes se transforma en una apasionada relación que termina en boda y problemas. Ernesto amenaza a Mario. Si te casas con ella, te mataré como a un perro.
Gana un concurso literario con el relato titulado 'El desafío'. El premio son 15 días de estancia en la capital francesa donde Mario marcha solo. Su vocación literaria y su pasión por París van a la par. Tío Lucho le pagó otras dos semanas de estancia. Después, una beca de la Universidad Complutense le lleva a Madrid donde Vargas y Julia se instalan. Ella siempre le alienta en su carrera como escritor. Regresan a París, esperanzados por otra beca que no llega. Sin embargo, esto no le desanima. Diversas ocupaciones les mantienen. Una de ellas, en la radio pública francesa, con un programa de noticias en español. Las cosas marchan y el joven matrimonio acoge a la prima Wanda, primeramente. Después llegará Patricia, de quien se enamorará y será su mujer oficial por 50 años. La prima Wanda muere en un accidente de avión. Una tragedia que marcará a la familia.
La relación entre Julia y Vargas ya no es buena. Antes de Patricia hubo otras. Julia se empastilla para escapar al desamor. Las facturas del hospital son cuantiosas y el afán del escritor por las féminas no cesará en ningún momento de su vida.
Antes, Carlos Barral se queda fascinado con 'La ciudad y los perros'. Con este libro Vargas ganará el Premio Biblioteca Breve, que marcará el denominado inicio del 'boom latinoamericano'.
El resto es historia.
Una no puede por menos que conmoverse de este Mario imponente al leer su último trabajo, 'Los vientos'. Un retrato fidedigno de la vejez que se me antoja el colmo de la humildad. Una llora con él, con ese hombrecito nostálgico de amores magníficos en plena juventud. Ese viejecito en lágrimas que deambula por las callejas de Madrid intentando encontrar el camino a su apartamentito.
Conocí a Varguitas en Murcia, ambos pasamos un semestre en el recinto de Río Piedras, esa feliz coincidencia le hizo salir de su envaramiento con los desconocidos. «Qué lugar tan magnífico», dijo con una esplendorosa sonrisa.
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