Los perros al raso

Pero si algo define con igual fuerza a esta obra, o al menos a su versión de sala, es su espacio sonoro, los textos de Carmina S. Belda, las máscaras y marionetas de Juan Serrano y la escenografía de David Pascual (esa que originalmente enmarca, atrapa, ilumina, constriñe y eleva a Jon López y Martxel Rodríguez en escena). Ya en 2023 se pudo ver en Centro Párraga. Pero todos estos elementos, que tan bien encapsulan todo lo que esta pieza tiene de microscópico y delicado, no estaban presentes en la versión de calle que se bailó en la Plaza del Ayuntamiento.

Es obvio que la calidad de López y Rodríguez es indiscutible, pero es igualmente obvio que 'Los perros' es una pieza diseñada para sala. Y es entonces cuando me pregunto por qué en calle prescindimos de todo aquello que en la escena consideramos ineludible. ¿Por qué en un entorno tan inhóspito para la atención –donde lo escénico compite con ladridos, campanadas, pitorradas y turistas con prisa– decidimos reducir al mínimo los recursos que durante años hemos defendido como indispensables? Lejos de responsabilizar a la compañía, cabe preguntarse qué tipo de entornos escénicos queremos construir en la calle si seguimos aislando a los intérpretes a la merced del frío asfalto.