Milagros López: «Muchos episodios tristes se podrían evitar de saberse acompañado»

Así comienza 'Aula' (Tigres de Papel), una travesía por la trayectoria de Milagros López como docente donde abarca, en cada una de sus piezas, la realidad de los jóvenes, como la anorexia, la integración social o la inmigración.

La escritora de obras como 'A ras del amor' (Torremozas, 2014) o 'Llegará el día' (2018, Amargord) presenta este poemario repleto de «poemas que atraen por su buen hacer poético. En poesía interesa más el cómo se expresa que el contenido», refleja la escritora Dionisia García en el prólogo de 'Aula'.

–¿Cómo era de pequeña?

–Fui una niña muy risueña, saltarina, tímida y, sobre todo, una gran lectora y muy creativa: siempre estaba pintando, moldeando, organizando clubs y aventuras con mi hermano, y mis amigos, escribiendo diarios o cuentos, imaginando en la soledad de mi cuarto...

–¿Desde cuándo tiene ese 'gen' por la literatura?

–Nací escritora. Lo supe desde que empecé a leer. No hay para mí nada equiparable a ese gozo de la creación literaria. Es verdad que, debido a mi timidez, escribía a escondidas y ni siquiera mis padres lo sabían. Hasta que con veinte años gané el [premio] Letra Joven de Molina de Segura y mi madre, con cara de sorpresa, me dijo: 'Pero, ¡¿es que tú escribes?!'.

–¿Y qué le genera escribir?

–Todo. Escribo a diario: 'nulla dies sine linea'. Todo me despierta la necesidad de escribir: en el caso de la poesía, las vivencias, sentimientos... Es más personal que la narrativa. En la narrativa también incluyo experiencias, es inevitable, pero da más juego la imaginación y la investigación del tema en el que esté trabajando.

–¿Cómo surge la obra?

–Soy funcionaria de carrera desde los 24 años, he impartido clases en Enseñanza Secundaria desde hace más de veinte años en diez centros diferentes de la Región de Murcia. Esto había quedado reflejado en poemas sueltos y en mi novela distópica sobre el Mar Menor, 'MM2033: casi una distopía'. Es aquí en 'Aula' donde aúno definitivamente mis dos vocaciones: la escritura y la enseñanza. Todos estos años de docencia me han permitido conocer a un sinfín de personas maravillosas, implicarme en sus temores, sus luchas, alentarlos en sus sueños, celebrar sus logros, llorar con ellos, reír, viajar... Sentí que necesitaba escribir sobre ellos.

–¿Cuándo lo presentará?

–La presentación tendrá lugar el jueves 28 de septiembre a las 18.00 horas en el Museo de Bellas Artes de Murcia dentro de Exlibris-Semana Internacional de las Letras porque tendré el privilegio de que me acompañe la escritora Cristina Morano y podremos comentar muchas de las historias reales que encierran los poemas; es más, algunos de sus protagonistas estarán presentes.

–¿Y que trata de transmitir con 'Aula'?

–Todos los poemas están inspirados en alumnos reales que han preferido que mantenga su nombre, pero no por ser vidas auténticas dejan de convertirse en universales. Este abanico humano se repite promoción tras promoción. Si me preguntaran por la finalidad del libro, aunque yo no suelo escribir poesía con objetivo alguno, diría que es importante que todo joven, adolescente, angustiado, sepa que no está solo, que ya otros vivieron lo que él o ella está sintiendo. Es fundamental en los años más complejos del ser humano, los de la adolescencia, saber que no estás solo en esta lucha, que ya otros muchos sintieron lo mismo y llegaron a buen término, que todo eso se pasa y el joven puede, el adulto vence. Creo que muchos episodios tristes se podrían evitar de saberte acompañado.

–¿Y que se encuentra en su interior?

–A alumnos que no quieren estudiar, pero son magníficos en otros campos; a los que aún no se atreven a dar el paso, aunque ya les late una vocación concreta; los que temen delatar una orientación sexual, que ya puja por destaparse; los que combinan trabajo y estudios con mucho esfuerzo; los que destacan por su brillantez; los que vinieron de otras tierras y les cuesta integrarse; alumnos con la riqueza del Síndrome Asperger o el universo paralelo de los Down; alumnos con graves problemas como anorexia, bulimia, embarazo precoz, en el umbral de la pobreza, con grandes dificultades de aprendizaje...

'El Cobra' es un poema sobre la peor experiencia que he tenido yo en el aula. Fue hace muchos años. Un episodio muy violento en el que me vi amenazada por un alumno, el Cobra, que, como suele pasar, era fruto de un hogar desestructurado y de una infancia muy dura. Todo, al final, tiene su razón de ser.

–¿Algo que no sepamos?

–El libro está dedicado a mi madre, Caridad López, Catedrática de Lengua y Literatura, que se jubiló en el mismo instituto en el que ahora imparto clase yo, el IES Juan Carlos I de Murcia. Falleció hace menos de un año y no podía estar dedicado más que a ella, me hubiera encantado que pudiera leerlo: «A mi madre, que supo de esta tierra y su cultivo».

–¿Qué le tiene preparado el futuro?

–[Risas], si supiéramos lo que nos depara el futuro es posible que no quisiéramos ni levantarnos por la mañana o que saliéramos corriendo a dar la vuelta al mundo. Yo, de momento, sigo escribiendo. Desde hace unos años estoy más centrada en la novela. Tengo acabada 'La Casa del Reloj', llamada así por la casa del mismo nombre en San Pedro del Pinatar. Espero que vea luz pronto.