Jesucristo Riquelme: «Miguel Hernández llevaba camino de ser Premio Nobel»
El coordinador de la UNED en Torrevieja publica con su hijo, el psicólogo Carlos R. Talamás, la antología poética 'Del rayo al viento' para alumnado de la PAU en la Región
A sus 68 años («una edad que ya da respeto»), Jesucristo Riquelme, editor de las obras completas de Miguel Hernández, sigue dando clases. Aunque se ... jubiló como catedrático de Lengua y Literatura de Educación Secundaria, es coordinador del Aula UNED de Torrevieja y miembro de honor de la Academia Internacional de Ciencias, Tecnología, Educación y Humanidades. Su tesina («cuando una tesina tenía una mayor envergadura que el trabajo de fin de grado») la hizo sobre Miguel Hernández: casi 600 páginas. E hizo la tesis doctoral, dirigida en sus comienzos por Lázaro Carreter («don Fernando»), siete tomos sobre Miguel Hernández, especialmente el teatro. Formuló una propuesta de análisis semiótico de la puesta en escena de sus obras de teatro. «Un poco antes de defender yo la tesis sacaron un librito Francisco Javier Díez de Revenga y Mariano de Paco, breve, afortunadamente para mí, pero con el magisterio de Javier y de Mariano, y yo pensé que me habían hundido la tesis. Pero no. Era una tesis bastante diferente». Desde los 17 años está muy apegado al poeta de Orihuela, y, de hecho, compró sus obras completas de Losada, en la edición de 1973, en una trastienda en Valencia siendo Jesucristo un estudiante, y tiene esto valor, insiste, porque Miguel Hernández estaba prohibido en España y esos libros se publicaban en Buenos Aires.
Lo ha leído, y varias veces, todo lo escrito por Miguel desde su primer libro, 'Perito en lunas', publicado en 1933 en la editorial murciana Sudeste, impreso en los talleres de La VERDAD. Riquelme acaba de publicar la antología poética 'Del rayo al viento' para alumnos de Bachillerato de la Región de Murcia, comentada y anotada por él y por su hijo, el psicólogo Carlos R. Talamás. Un trabajo muy concreto aplicado a las Pruebas de Acceso a la Universidad (PAU) y a alumnado de la Comunidad de Murcia, pues, sorprendentemente, Miguel Hernández no es autor de selectividad en la Comunidad Valenciana. Además de contextualizar al célebre autor en la literatura, comenta los 14 poemas del programa verso a verso, palabra a palabra, «algo que no se ha hecho nunca, y no es sencillo».
Este volumen es, como dice Jesucristo Riquelme, «una ayuda inesperada para la PAU», y cada estudiante descubrirá «el contexto en el que brota la poesía de Miguel Hernández, la delicadeza de su poesía amorosa, cómo el poeta se aleja de influencias tradicionales –petrarquistas, garcilasistas–, cómo se convierte en un poeta moderno del amor o en un poeta del amor moderno, sin escatimar gotas de humor; y ayudará a comprender también su poesía rebelde». Aquí están todos los poetas que caben en Miguel Hernández: el poeta pastor (1910-1934), «autodidacta precoz y católico»; el poeta enamorado (1934-1936) y su poesía desconcertante, su crisis ideológica; el poeta soldado (1936-1939), convertido en poeta social comprometido; el poeta mártir (1939-1942), su paso por las cárceles, sus condenas y su muerte en el penal de Alicante. También aparece, «postmortem», la anulación de los juicios sumarísimos condenatorios. Los 14 poemas comentados son: de 'El rayo que no cesa' (1935-1936), '¿No cesará este rayo que me habita?', 'Me tiraste un limón y tan amargo', 'Umbrío por la pena, casi bruno', 'Te me mueres de casta y de sencilla', 'Me llamo barro aunque Miguel me llame', 'Como el toro he nacido para el luto', 'Elegía' y 'Soneto final'; de 'Viento del pueblo' (1936-1937), aparecen comentados 'Vientos del pueblo me llevan', 'El niño yuntero', 'Elegía segunda', 'Aceituneros', 'Las manos' y 'Canción del esposo soldado'.
«Debería ser leído y estudiado porque explicando a Miguel Hernández explicas toda la evolución de la literatura española desde los clásicos»
–Siempre se cita en Murcia aquello que escribió Miguel Hernández en 'Vientos del pueblo me llevan', «murcianos de dinamita frutalmente propagada». ¿Qué interpreta usted en esos versos?
–Los atentos y jóvenes lectores tienen que valorar la poesía rebelde con la que arengaba a los «murcianos de dinamita frutalmente propagada» y el lector va a saber, por fin, por qué dijo eso. Primero, deben pensar si atisban la respuesta, porque para los que conocemos la zona, la respuesta es inmediata. Basta con recordar las minas de La Unión o Mazarrón... y tienes la dinamita de sus minas. Las conocía bien. De hecho, la ubicación real de la obra de teatro 'Los hijos de la piedra', aunque el motivo histórico es la revolución de octubre de 1934 de los mineros en Asturias, realmente lo que retrata son las minas de La Unión. Hablamos de los años de la República, Miguel queda sobrecogido por el trabajo de los empleados de las minas. Y sobre lo de «frutalmente propagada», hay que recordar los melones de Torre Pacheco o los melocotones de Cieza y tendrá el frutal neologismo, inventado por Miguel Hernández, propagado, es decir, esparcido o promocionado. Recordemos que invitado por Carmen Conde y Antonio Oliver conoció la Universidad Popular de Cartagena y pateó, paseó y vivió toda esta comarca.
–¿Cuál es el valor fundamental de esta obra para estudiantes?
–Sin duda, el trabajo minucioso que se hace poema a poema. Hay casi 500 anotaciones para 14 poemas, y la idea es que se entiendan los poemas. Yo propongo tres cosas: leerlos, aunque no se enteren de mucho; leer las anotaciones, para enterarse; y hacer una tercera lectura para leer de nuevo, pero sabiendo lo que estás leyendo, captando el valor estético y artístico, la profundidad poética que tiene cada poema.
–Con su hijo, Carlos R. Talamás, (32 años), tiene al menos una decena de libros. Con su aportación capta una perspectiva más juvenil, pues no en vano se dirigen a lectores de 17 y 18 años.
–Me interesa esa sintonización con los más jóvenes, y yo le pregunto a él los cantantes que le gustan más, y empiezo las clases con letras de Manuel Carrasco o de Rosalía y su 'Motomami', pues motomami está sacado de una zarzuela. Mi hijo tiene mucho que ver con todas esas referencias porque estos libros tienen un destinatario, un 'target' muy claro, y el filtro de Carlos ahora es imprescindible para lo que escriba.
–La PAU en otras regiones de España incluye otros autores distintos a Miguel Hernández.
–Otras lo han tenido, como la Comunidad Valenciana, que cambió de autor, y ahora tiene a Federico García Lorca; en Andalucía estuvo Miguel Hernández una temporada y ya no está. Y yo entiendo que debería estar porque explicando a Miguel Hernández explicas toda la evolución de la literatura española, desde los grandes clásicos, es decir, la influencia que él tiene de Petrarca y Garcilaso, y después del Siglo de Oro, de Quevedo, de Lope, de Caldéron; de Bécquer y del Romanticismo, y después cómo él sabe incorporar la literatura contemporánea, la de su momento, no solo por ser el genial epígono del 27, como decía Dámaso Alonso, sino que recoge todos los movimientos de tradición y de vanguardia que el 27 consolida. Y recibe una influencia magnífica de los escritores folclóricos y tradicionales de Murcia, y no solo de Murcia, pero aquí es evidentísima la influencia de Vicente Medina en poemas como 'Mi barraquica' y 'Amores que se van', y también de José María Gabriel y Galán, recuperando la poesía más popular. Y luego la gran influencia que recibe de los simbolistas franceses (Rimbaud, Verlaine, Cocteau), a los que incluso traduce. Es el principio de la poesía pura, de Juan Ramón especialmente, pero también le influye el modernismo de Rubén Darío. Hay que ver cada etapa.
–Parece mentira que una vida tan breve diera tantísimo de sí.
–Hay que recordar que cuando tenía 25 años empieza la guerra, y a los 28 está en la cárcel, es decir, la vida se le acabó a los 25 años. Fue productivo durante la guerra, y, afortunadamente para nosotros, en la cárcel con 'Cancionero y romancero de ausencia'. A Lorca lo asesinan a los 38 y a Miguel Hernández lo 'murieron', que digo yo, a los 31. Eran escritores que llevaban camino de ser premio Nobel, porque a la Generación del 27 no se le concedió ningún galardón hasta que un poco por vergüenza taurina se le concedió a Aleixandre. Pero Aleixandre sigue estando sin leer, y es un premio Nobel, pero no tiene la trascendencia de Miguel y Lorca.
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