Carme Chaparro: «Hay gente diciendo que nos van a meter vacunas 5G, ¡por favor!»
La autora participa mañana de forma virtual en el ciclo 'Río de letras' de Blanca para charlar con los lectores de su novela 'La química del odio'
La literatura, está convencida Carme Chaparro (Salamanca, 1973), «nos hace tolerantes». Y también, asegura, «nos salva». Irrumpió en la narrativa en 2017 con 'No ... soy un monstruo', premio Primavera de Novela de ese año, y su segundo libro lleva por título 'La química del odio'. Chaparro participa mañana –18.00 horas, a través de YouTube (se puede seguir en el canal del Ayuntamiento o presencialmente desde la Fundación Pedro Cano previa reserva)– en el ciclo literario 'Río de letras' de Blanca. Charlará de intriga y emociones.
–¿Hay química en el odio?
–Todos los seres humanos somos química, porque lo son todos los impulsos cerebrales, y todo lo que hacemos lo hacemos porque el cerebro nos impulsa. Por tanto, hay química en el odio, en el amor e incluso en las ganas de comer.
–¿Qué cuenta en su novela?
–Hablo mucho del odio. Para mí no hay un sentimiento tan fuerte, porque el amor nos impulsa a hacer cosas, pero el odio nos impulsa a hacer cosas más crueles, y, quizá, la sed de venganza y el odio se pueden quedar anclados en el cerebro mucho más tiempo que el amor; nos mueve de una manera más intensa. Los personajes de la novela transitan por caminos de odio que les llevan a cometer asesinatos. Es una novela negra, de intrigas, pero también un ensayo sobre las maneras en que los seres humanos sentimos el odio.
–¿Cómo se lucha contra él, si es que se puede?
–Me contaba un psicólogo, con el que hablé para documentarme, que el odio no es lo contrario al amor, porque lo contrario al amor es la indiferencia. Contra el odio, la manera de luchar está dentro de uno mismo. Es muy complicado, pero se puede aprender, porque no hay órgano en el cuerpo más plástico que el cerebro. Al cerebro lo podemos entrenar igual que podemos entrenar el cuerpo para correr una maratón, lo que ocurre es que no nos han enseñado a gestionar nuestros sentimientos. El ser humano es un ser emocional, estamos sintiendo todo el rato, pero no sabemos qué tenemos que hacer con esos sentimientos. El odio se puede combatir pero depende de la actitud que tomemos ante la vida. Vivir sin odio es muchísimo mejor que vivir con él, porque el odio nos acaba consumiendo y nos hace gastar muchas energías que podríamos emplear en ser más felices.
Las frases
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Pandemia «Cuando empezó el confinamiento pinté con mis hijas una pancarta de 'Ánimo'. Nos sentíamos poderosas»
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Su novela «El odio nos acaba consumiendo y nos hace gastar muchas energías que podríamos emplear en ser más felices»
–A veces no se es consciente de que se odia.
–No, claro, porque dices: 'Ay, este me ha hecho esto', o, 'ay el vecino de arriba todo el día pasando la aspiradora...'. Fíjate qué cosas tan simples. Hablamos de odio y parece que nos referimos a alguien que ha matado a un familiar, y no, el odio empieza en cosas tan simples como en el vecino que hace ruido, o en alguien del trabajo de quien tenemos la sensación de que nos está chinchando, y a partir de ahí crece y crece, se encalla en la boca del estómago, y es muy difícil de controlar. Cuando odias a alguien, además, de alguna forma esa persona adquiere poder sobre ti, te hace sentir mal y malgastar energía. Si no odias, haces que nadie tenga poder sobre ti.
–Decíamos: 'De esta pandemia vamos a salir mejores...'
–¡Ja! El cambio ha sido a peor. Cuando empezó el confinamiento, pinté con mis hijas una pancarta enorme que ponía 'Ánimo'. La colgamos en el balcón y cuando salíamos a aplaudir ellas se sentían poderosas, yo me sentía poderosa. Era una sensación de comunión pública con todo el mundo, con todos los vecinos. Ibas sintiendo cómo resonaba todo ese aplauso, y de repente pensabas: 'Jo, vamos a salir mejores'. Pero luego..., fíjate, creo que buena culpa la tiene la política; empezamos a odiarnos los unos a los otros, empezó la policía de balcón, los que colgaban en Twitter imágenes de personas que se saltaban el confinamiento, y poco a poco... Mira ahora con las vacunas, cómo las estamos politizando, ¡por favor, pero si las vacunas nos van a salvar!, y de repente hay gente diciendo que nos van meter vacunas 5G o que las vacunas son del gobierno de izquierdas que nos quiere convertir a todos en comunistas, ¡por favor! Hemos salido mucho peor de lo que entramos y me da una pena inmensa.
–Usted ha celebrado la aprobación de la ley de la eutanasia. Dice que nos hace una sociedad mejor. ¿Por qué lo cree?
–Porque he tenido la tristeza de ver morir a familiares entre mucho dolor, gente que estaba agonizando en las últimas etapas de un cáncer, por ejemplo, y que lo único que decía es: 'Me quiero morir ya'. Cuando sabes que el final es inevitable y solo hay un dolor inmenso, la persona a la que tú has querido ya no está ahí, es un cuerpo que sufre. Como sociedad, debemos dar la opción a esas personas a elegir si, en la recta final de una muerte inevitable, cuando ya no te puedes curar y lo único que te espera es dolor, quiere morir sin sufrimiento. Que luego haya quien libremente decida transitar por ese camino de dolor me parece fenomenal, no estamos obligando a nadie a practicar la eutanasia, y creo que las garantías de la ley son suficientes para que no se decida a lo loco, por eso me parece un paso histórico y maravilloso.
–¿Es un halo de esperanza en medio de tanto enfrentamiento político?
–Ha tenido un apoyo mayoritario de la Cámara. Muchos partidos que no se identifican para nada con el gobierno de PSOE y Unidas Podemos han apoyado esta ley. Sí, es un halo de esperanza que nos sitúa como un país que, cuando quiere, se entiende, y eso me alegra y me reconforta.
–¿Qué le interesa de la literatura?
–Todo. Leo desde muy pequeña. A mí la literatura me ha salvado muchas veces y me ha puesto en la piel de muchas personas. Creo que nos ayuda a ser tolerantes porque, cuando lees, vives las emociones y las aventuras de alguien que no tiene nada que ver contigo, y te ayuda a comprenderlo; amplía tus horizontes y te ayuda a entender a los demás.
–¿Qué les dirá a los lectores de Blanca?
–Voy a contarles un poco por qué escribo lo que escribo y por qué mi literatura es una literatura de intriga, pero también voy a hablar de emociones.
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