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El poeta José Cantabella, retratado por su mujer, a la que dedica 'Cuaderno de Ibiza y otros poemas'. ILUSTRACIONES: carmen cantabella
José Cantabella: «Me dedico a lo más importante: amar»

José Cantabella: «Me dedico a lo más importante: amar»

El escritor publica en MurciaLibro 'Cuaderno de Ibiza y otros poemas', dedicado a la pintora Carmen Cantabella

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Viernes, 16 de noviembre 2018, 02:42

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«Me fui ovillando, es decir, me marché a la isla. / Entonces, / como si nada, como si todo, / nacieron los poemas para este Cuaderno, / que a veces te reclaman a gritos, / otras veces, en silencio, / pero siempre reclamada, / porque saben que sin ti no serían». Estos son los primeros versos de José Cantabella (Murcia, 1963) que habitan en su 'Cuaderno de Ibiza y otros poemas', editado por MurciaLibro y cuya ilustración de portada es obra de Carmen Cantabella (Murcia, 1977), su mujer y, también, la causante y destinataria de este libro de fuego amoroso, claro e intimista, que traslada al lector a una isla -¿real, inventada, interior...?- en la que los amantes son el centro de un mundo que merece ser vivido, gozado. Y leído. Una isla del tesoro con nombre y respiración de mujer; una nueva Itaca, de carne y hueso, al alcance de caricias; un lugar rodeado de un mar que combate desalientos, espanta soledades y hace realidad los sueños de felicidad: al lado de quien se ama y durante el tiempo que el amor decida no cambiar de aires, marcharse.

«Qué casualidad, amor, que el barco en el que viajé se / llamara Federico García Lorca. De todas formas, no podía / haber sido de otra manera. Aquel verano lento y lánguido, / yo leía con pasión sus versos, versos que me susurraron / que tú estarías allí: a la hora precisa y en el lugar oportuno. /¿Allí? O aquí. Da lo mismo», se lee en otro momento de 'Cuaderno...'. Cantabella ha escrito un poemario con el que recorres los escondites del corazón humano, con el que te vas de mercadillos, de restaurantes y de copas; un poemario con el que quedarte despierto hasta el alba, besar sus labios, lavar sus pies, sentir que te redimen y preguntarte si existe una música más sagrada que «el suave roce de tus cabellos cuando los acaricia el viento». Un poemario en el que no se rehuyen las heridas, ni siempre es bienvenido el canto del gallo, y en el que los estragos del cuerpo también se exponen al sol. Qué hermoso lugar.

A José Cantabella, un viaje a Etiopía, país de origen de su hija Noa, le marcó para siempre. Y una mujer, la inspiradora y protagonista de su nuevo pomario, de la que se enamoró «como nunca» con 51 años, le cambió la vida en un momento en el que, junto a la felicidad, volvieron las sombras en forma de salud quebrada, lo que finalmente le condujo a no poder seguir trabajando y a tener ya que existir muy pendiente de las señales que le vaya mostrando día a día su cuerpo.

«Antes de enamorarme de ella, yo pensaba que el amor se había acabado para mí»

-¿A qué se dedica ahora que tiene todo el tiempo para usted? [Trabajó durante años de celador de quirófanos en el Hospital La Vega]

-A lo más importante que se puede hacer en esta vida: amar. Y, no me queda más remedio, a cuidarme todo lo que puedo. Y, por fin, he podido escribir un libro, este 'Cuaderno de Ibiza...', con más tiempo y más calma. Y ha sido un placer». El autor fue construyendo este poemario de amor, donde también tiene cabida el desamor, desde un estado emocional del que no quiere emprender el vuelo: «Estoy muy enamorado, y el amor me ha venido muy bien para todo, también para enfrentarme a la enfermedad...». «Cuando apareció Carmen en mi vida, conocí el amor con mayúsculas; ella transformó mi existencia», cuenta. Y sonríe: «Antes de enamorarme de ella, yo pensaba que el amor se había acabado para mí». Pero, afortunadamente, recuerda, volvió a sentir «esa pasión desmedida, ese brote de energía y entusiasmo que te asalta, esa sensación exultante de que se te va la cabeza. Sentí emociones que hasta ese momento desconocía».

«El verdadero enemigo está y estará siempre dentro de uno mismo»

«Además del amor, nada da tanto calor como las palabras. Un día escribí: 'Cuando tengas frío, / llevaré / miles de libros de poemas / al pie de tu cama'», explica. «Siempre he intentado vivirlo todo con naturalidad, sin dramatismos», precisa José Cantabella, padre de tres hijos -de diferentes madres-, y abuelo encantado de serlo.

Infancia y felicidad

Enamorado también de la palabra 'gacela', reconoce que «durante mucho tiempo me quisieron convencer de que el enemigo era siempre y únicamente el enemigo». Pero no lo lograron, porque con el tiempo descubrió que «el verdadero enemigo está y estará siempre dentro de uno mismo, o en el interior del que trataba de convencerme de que el enemigo estaba solamente en el enemigo».

«Para mí, leer es una necesidad, no puedo vivir sin hacerlo»

Hoy está feliz, pese a las dudas sobre el mañana. Tiene a su alcance sus lujos más preciados: «Estar con la persona que amo y leer. Para mí, leer es una necesidad, no puedo vivir sin hacerlo. Y eso que yo no tuve una infancia lectora, allá en la huerta profunda de Murcia, a quince metros del río Segura, en el seno de una familia muy humilde y en una casa en la que apenas había dos o tres libros y una enciclopedia que compró mi padre». Empezó a leer, «con 20 años, durante la mili», gracias a que cayeron en sus manos «mis primeras lecturas: 'La interpretación de los sueños', de Freud, y 'Ojos de perro azul', de García Márquez», otro de su amores confesables.

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