Carlos del Amor: «Si de mí dependiese, las puertas de Plensa estarían puestas en Caravaca»
El autor murciano, que apadrina hoy la reforma de la Casa del Libro de Murcia, acaba de publicar 'Una dama desconocida', novela sobre Velázquez
El periodista y escritor Carlos del Amor (Murcia, 1974) es el padrino elegido por Casa del Libro de Murcia para la reinauguración hoy a las 18 horas de su librería (c/ Jaime I El Conquistador, 9), que ha sido reformada y ofrece nuevas secciones (Novedades, Más Leídos, Recomendados, Cómic y Manga e English Books), y una zona destacada de libros infantiles y otra de libros para jóvenes lectores. Muchos de estos jóvenes lectores ya se han familiarizado con la voz, el rostro y las historias de Del Amor en el Telediario de Televisión Española y en programas como 'La matemática del espejo' (La 2). El popular autor del sello Espasa acaba de publicar 'Una dama desconocida', y en su trayectoria literaria hay títulos como 'La vida a veces' –uno de esos relatos, 'El trastero', fue llevado al cine–, 'El año sin verano', su primera novela; 'Confabulación'; 'Emocionarte. La doble vida de los cuadros', que obtuvo el premio Espasa 2020 y es el ensayo sobre arte más vendido en lo que va de siglo en España, y 'Retratarte', que presentó en la Navidad de 2022 en el Aula de Cultura de LA VERDAD. Es Hijo Predilecto de la Ciudad de Murcia y hace días fue distinguido en la Facultad de Comunicación y Artes de la Universidad Nebrija con el Premio Nipho en la categoría de Trayectoria Profesional. Está metido en un torbellino, pero venir a Murcia siempre le relaja.
–'Una dama desconocida' es una novela sobre Velázquez, que arranca con el correo electrónico de un historiador del arte de Barcelona, que contacta con usted para indicarle la posibilidad de que un Velázquez estuviera en manos de un coleccionista privado de avanzada edad, 'El retrato de una dama desconocida'.
–Sería estupendo que esa obra se colgara alguna vez en un museo, pero no por ser de Velázquez necesariamente, sino por ser abanderada de esas obras desconocidas que nunca recibirán miradas ni reconocimientos, creo que merece ser contemplada. Lo cierto es que al decirme que podía ser un retrato inédito de Velázquez, resultaba tan goloso que me propuse intentar tirar del hilo para ver qué pasaría. Los argumentos del coleccionista y su ayudante eran buenísimos, y al menos yo pretendía intentar averiguar algo.
–Un empeño homérico...
–Es muy difícil que un profano como yo demuestre la autenticidad de un cuadro, salvo que aparezca algún día un papel que lo ponga muy claro y que a un experto no le quede la más mínima duda. Si no, no va a salir a la luz un Velázquez de la nada. Porque nadie se pilla los dedos, y, además, hay como bandos. Pero el coleccionista me escribe y me llama, y me envía comentarios aún sobre esta dama del siglo XVII.
«Me lo paso bien en la tele. El periodismo me ancla a contar historias cada día, y es un reto, pues le doy vueltas para llegar mejor al espectador entre tanta oferta audiovisual»
–¿Cuándo tuvo claro que podría ser el argumento de una novela?
–Cada vez que preguntaba sobre ese cuadro me iban saliendo derivadas, historias y cosas... que fui escribiendo, y me parecía que todo formaba parte de una novela. Todo me resultaba atractivo, y lo curioso es que no tenía fin. Porque empatizas con el coleccionista, que es un hombre autodidacta, que no está considerado en los círculos artísticos, y empatizas con su quijotesca labor. Por lo que me cuentan el hombre, que ya está mayor, le cuenta al personal sanitario que le atiende sobre este supuesto Velázquez.
–¿Qué le ha sorprendido más?
–Que la obra de Velázquez fuera tan deslumbrante, pero no nos habíamos parado a pensar en su biografía, en detalles como qué sentía, dónde se enamoró, quién era su mujer, su viaje a Italia pormenorizado, quién era su amante allí... es tan apabullante 'Las Meninas', que todo lo demás queda ensombrecido. Encima, era pintor de corte, de modo que no mostraba nada sus sentimientos. En Rembrandt, sin embargo, en su autorretrato ves su decadencia, el desamor y la ruina. Pero de Velázquez todo lo demás da igual, solo hay en su vida burocracia, y yo he intentado descubrirlo más allá de las actas bautismales, de testamento y de compra de sus obras. Yo quiero creer que hay por ahí una caja suelta almacenada o guardada con toda la información sobre él en algún sitio. No tenemos grandes cosas de él, y yo creo que daría para más de una película, sobre todo de su segundo viaje a Italia, donde deslumbra pintando y Roma cae a sus pies acompañado de Juan de Pareja, y tiene un amante, 'La Venus del espejo', y se supone que tiene un hijo. Parece una vida apasionante, pero no deja apenas un rastro. Dicen que la cruz de la Orden de Santiago que tiene en 'Las Meninas' dibujada fue pintada por el rey. Conocemos poco, es curioso.
–'El retrato de una dama desconocida' fue subastado por Sotheby's en 2004 bajo la autoría del «círculo de Diego Rodríguez de Silva y Velázquez». Su investigación lleva a los lectores por grandes museos, archivos, galerías y subastas en busca de respuestas para corroborar que la mujer con ese extraño peinado que mira desde el lienzo es Juana Pacheco, esposa de Velázquez.
–Desde luego no era un cuadro barato, no salió de un mercadillo, porque el coleccionista pagó unos 30.000 euros. Un cuadro con pedigrí porque perteneció a un barón inglés, y eso le hace muy atractivo, porque los ingleses compraban mucho arte. Un barón inglés no compra en España cualquier cosa puestos a fabular. Igual creyó que era un Velázquez. Las leyendas son lo que estemos dispuestos a creer y también cómo esté nuestra mente de flexible en ese momento para creer. Y yo creí que, más allá de todo, que es un muy buen cuadro del siglo XVII, y que puede tener detrás una estupenda historia. Con un gran pintor de por medio como Velázquez, te puedes encontrar con que es un Velázquez, pleno al quince entonces; o atribuido a Velázquez, que es buena señal; del taller de Velázquez, del círculo, o ya Velázquez pasó por aquí y respiró la misma habitación. Si yo pinto un cuadro y pasa Leonardo y lo mira, esa obra ya tiene épica o leyenda, pues el arte es también marketing, es lo que nos venden. 'La Gioconda' es marketing, y eso hace que sea un cuadro que necesitamos ver, al igual que 'La joven de la Perla'. El Guernica es un símbolo de la guerra que no necesita más épica. Yo creo que tarde o temprano terminarán demostrando que la Gioconda del Prado es de Leonardo también, y ya haremos cola para verla.
«Las leyendas son lo que estemos dispuestos a creer y de lo flexible de nuestra mente para creer»
–Fabular sobre las historias de los cuadros permite rellenar huecos donde no han llegado a veces los historiadores del arte.
–El arte es un filón inagotable, te diviertes hablando de cuadros y de gente que ya no está, te permite rellenar los puntos suspensivos que han dejado sin completar los historiadores, y me lo paso bien, forma parte de mi día a día en el periodismo. Me ayuda a profundizar en temas que me interesan. Arte hago mucho, además de cine y otras cosas, y eso me ha abierto puertas. Gracias a la geneosidad de muchos expertos de distintos museos, este libro se ha podido llevar a cabo, y los he convertido en personajes de libro.
–¿De qué es consciente?
–Es espantoso lo veloz que pasa el tiempo. Pienso en lo que aprendí trabajando en Murcia hace 25 años, sin nada de tecnología, sin móviles, montando rudimentariamente, era el único estudio que tenía una columna enmedio. El Telediario era algo lejanísimo entonces para mí, y miraba el Pirulí cada vez que iba a Madrid y me decía: 'Madre mía, lo que sería trabajar aquí'. Soy consciente del frío que hace por ahí fuera, y más en el mundo del periodismo, y más aún en el periodismo cultural. Soy un privilegiado, porque hago lo que me gusta, y en un medio como RTVE que mima la cultura. Nunca soñé llegar aquí y escribir libros por el estilo ni hacer un resumen fin de año de 50 minutos con gente de la cultura.
–¿Su carrera literaria tiene tanto peso como la periodística?
–No, yo creo que la que tiene peso es la periodística, y la literaria es una invitación a una fiesta de vez en cuando. No estoy en ese 'momento Reverte' de dejar la televisión y de dedicarme a escribir libros. Me lo paso bien en la tele. El periodismo me ancla a contar historias cada día, y es un reto, pues le doy vueltas cada día para llegar al espectador entre tanta oferta audiovisual. Mientras siga pasándomelo bien, no creo que vaya a desprenderme de esa pata de mi vida.
–El periodismo es una profesión cuestionada. ¿Qué clase de periodista se considera usted?
–Yo intento ser honesto, y ofrecer lo mejor de mí con la mayor calidad y originalidad posibles. Y ofrecer ese producto honesto y completo. Es verdad que del periodismo cada vez se duda más porque hay mucha intoxicación sobre cientos de cosas, y al espectador o usuario lo contamina. Por eso es necesario el periodismo, para combatir el ruido y combatir la oscuridad que nos rodea en las redes sociales. Estamos en un momento complicado con un tipo con la mayor red social del mundo que es como un mono con dos pistolas, y hay gente que lo cree.
–¿Qué proyecto cree que sería bueno para la Región de Murcia?
–Ojalá salga adelante el proyecto escultórico de Jaume Plensa para Caravaca de la Cruz. Es un artista muy respetuoso, y si logra que se ejecuten esas puertas para la Basílica de la Vera Cruz será una guinda para un lugar tan importante y significativo para tanta gente. Yo vi el proyecto de Plensa para Caravaca y me pareció estupendo por lo respetuoso que es. No sé qué dudas hay al respecto de tener a Plensa en la Región de Murcia. Porque eso será motivo de que muchos medios y mucha gente peregrinen a Caravaca. Espero que en Caravaca recapaciten y repiensen en lo importante de este proyecto para la ciudad. Si de mí dependiese, desde luego, las puertas de Plensa ya estarían colocadas. Conozco su obra y es de trascendencia internacional.