José Carlos Martínez: «Tengo la suerte de no conocer eso que llaman descenso a los infiernos»
Premio de Honor de los I Premios de Cultura de Cartagena, el prestigioso bailarín y coreógrafo dirigirá en Murcia, los días 29 y 30, la tradicional gala 'Estrellas de la Danza'
«Nos vamos haciendo mayorcitos ya», dice con razón José Carlos Martínez (Cartagena, 1969), ex 'bailarín estrella' de la Ópera de París, exdirector de la ... Compañía Nacional de Danza (CND), Premio Nacional de Danza en 1999, agasajado en Francia con el título de Comendador de la Orden de las Artes y las Letras, coreógrafo exigente e imaginativo -ya en 2008 estrenó en París su obra 'Les enfants du paradis'-, y desde siempre «una persona que no se cree más que los demás y que ha procurado siempre no fastidiarle la vida a nadie». Ahora, los próximos 29 y 30 de diciembre, podrá disfrutarse en el Auditorio Víctor Villegas de Murcia de una nueva edición de la Gran Gala de Navidad-Estrellas de la Danza, de la que él es director artístico.
José Carlos Martínez pasa estos días de Navidad en Cartagena, junto a su familia. No están siendo fáciles, por la ausencia de su madre, que falleció de modo repentino el 19 de diciembre de 2020. Se emociona cuando habla de ella, a la que echó en falta, de modo especial, el pasado jueves 7 cuando, en el Auditorio El Batel, la alcaldesa Noelia Arroyo le hizo entrega del Premio de Honor de los I Premios de la Cultura entregados por el Ayuntamiento de Cartagena.
Tome nota
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Evento Gran Gala de Navidad-Estrellas de la Danza
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Director José Carlos Martínez
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Dónde y cuándo Auditorio Víctor Villegas, en Murcia. 29 y 30 de diciembre, a las 20.00 horas
«Yo no le doy mucha importancia a los premios y a los reconocimientos, pero es verdad que este premio, seguramente por ser el que me da la gente de mi ciudad, que me ha visto bailar desde niño y que ha seguido mi itinerario como bailarín y coreógrafo desde el principio, me ha ilusionado mucho». «Cuando lo recogí», describe, «en la sala había gente que me había visto bailar cuando yo tenía 9 años. Es el premio que me da mi gente, y eso lo convierte en especial y entrañable».
José Carlos Martínez, cuya carrera fue 'bendecida' por el mismísimo Rudolf Nuréyev, que se quedó prendado de su potencial -«creo que cuando me vio entrar a la prueba [de acceso a la Ópera de París] lo primero que pensó es '¿este tan flaco y tal alto qué hace aquí?', aunque después, cuando me vio bailar, creo que se dijo 'pues mira, ¡vaya con el flaco!'», rememora divertido-, recuerda con agrado su infancia en su barrio Peral de Cartagena: «Era un niño con mucha energía, muy dinámico, inagotable [ríe]. Siempre estaba jugando con mis tres hermanos, al fútbol y a lo que fuese, y con mi hermana; recuerdo que cuando volvía con ella de clases de ballet, los dos íbamos bailando tan contentos por la calle».
«Siempre hemos sido una familia muy unida», explica, «y por eso fue tan difícil para mí irme solo tan pronto a Cannes a seguir preparándome como bailarín y dejar aquí a mis padres y a mis hermanos».
Pasó el tiempo. Llovió la vida cubriéndole de sueños cumplidos. Ha dejado de bailar profesionalmente, cerró su etapa como director de la CND y ahora es, como él se define, coreógrafo 'free lance'. «He bailado mucho más de lo que había soñado bailar», reconoce. «Empecé a hacerlo porque me encantaba», cuenta, «sin saber lo que era ser bailarín profesional ni nada parecido. Mi carrera la fui haciendo paso a paso de un modo muy natural». Y el balance es más que positivo: «He trabajado en lo que me apasionaba, he vivido haciendo lo que más me ha hecho disfrutar en la vida, y he visto realizados mis sueños uno detrás de otro; no solo el de bailar, también el de hacer mis propias coreografías».
De un modo natural, destaca. Sí, todo fluyendo sin partes oscuras, ni grandes sinsabores y sin arrepentimientos: «Reconozco que desde que empecé a bailar nunca he sentido que lo tuviera muy difícil. Lo único que a veces sí que ha sido duro, pero también lo he terminado llevando más o menos bien, ha sido la gestión de mi propio cuerpo cuando llegaban las lesiones». «De pronto», precisa, «mi cuerpo me decía: 'Tienes que parar, no puedes seguir, tienes que respetar tu cuerpo'. Recuerdo que, en una ocasión, me pasé dos años bailando con una tendinitis en una rodilla, ¡dos años!, pero en ningún momento me di por vencido».
«La muerte de mi madre está siendo durísima. Pienso mucho en ella»»
-¿Ha necesitado usted ayuda psicológica en algún momento de su carrera?
-Por suerte, no. Me fui a Francia sin hablar francés, desde pequeño he tenido siempre una gran fuerza de voluntad; además, mi signo del Zodiaco es Tauro, con cuernos y cabezón, y hago todo lo que sea necesario, en cuanto a esfuerzo personal, para conseguir lo que deseo. Esa fuerza interna que tuve desde el principio creo que hizo que no haya necesitado ayuda psicológica. También es verdad que he tenido siempre profesores y 'coaches' en la Ópera de París que me han apoyado y que, seguramente, han hecho ese trabajo de acompañamiento psicológico en la cotidianidad del día a día».
Por algo será
No ha experimentado José Carlos Martínez la depresión: «No he pasado depresiones, solo momentos malos al llegar, como le decía, alguna lesión y tener que dejar de bailar en espera de que el cuerpo se recuperase físicamente. Moralmente no he tenido grandes bajones. Cuando, por ejemplo, bailaba menos en los programas que otros compañeros, me decía: 'Si no me han elegido a mí habrá sido por algo, la próxima vez será'. Y me ponía a trabajar más todavía». Y añade: «Tengo la suerte de no conocer eso que llaman descenso a los infiernos. No he llegado a sentirme derrotado, ni a pensar que me había equivocado en mis elecciones de vida».
«Como le contaba», narra, «llegué a la Ópera de París casi sin querer ir allí. Y cada vez que algo no iba como esperaba, me decía: 'Si aquí no puede ser, probaré en otro sitio'. Allí hacen pruebas de selección para subir de categoría -cuerpo de baile, solista, primer bailarín, bailarín estrella-. La primera vez que hice la prueba para ser primer bailarín, no la pasé. Pensé entonces que me daría un año más, y que si no la volvía a pasar me iría a otro sitio a hacerlo; en realidad, lo que yo quería era bailar, no estar en la Ópera de París. Seguí trabajando duro, al año siguiente pasé y ya está. O es que yo soy muy positivo, o ya le digo que no he tenido razones suficientes para entrar en depresión. Siempre he estado haciendo cosas interesantes artísticamente».
«José Carlos Martínez me parece una persona discreta y elegante, con unos principios morales muy sólidos. Alguien en quien se puede confiar», dice de él la cineasta madrileña Arantxa Aguirre, sexta mujer miembro de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando. Aguirre admira su talento y sensibilidad en las diversas facetas en las que ha cosechado grandes logros. «Cuando tuve la oportunidad de observar su trabajo como director de la CND», cuenta a LA VERDAD, «me llamó la atención su forma de relacionarse con los bailarines, desde el cariño y el respeto. Sabía darles confianza y crear un buen ambiente de trabajo, lo que no es nada fácil en un mundo donde a veces los egos pesan más de lo debido».
Hoy, José Carlos Martínez se sigue viendo a sí mismo como «alguien muy cercano al que le gusta mucho estar con mi familia y con mis amigos, y a quien todo ese rollo del ego y del divismo que se asocia a una estrella de ballet conmigo no ha ido nunca. Aunque es verdad que, cuando las circunstancias lo requerían, hacía esfuerzos para representar, en actos sociales, el papel de bailarín estrella de la Ópera de París, o después el de director de la CND. Y representaba bien mi papel, porque sé comportarme cuando toca [ríe], pero en realidad estaba deseando que se terminara el acto para irme a casa».
-¿De qué tiene usted la suerte?
-Me sigo adaptando muy bien a las circunstancias que me toca vivir. Soy peleón.
Y, entre esas circunstancias que le ha tocado vivir, el fallecimiento de su madre ha sido la más dura. Un latigazo: «Llegué a Cartagena y dos días después [el 19 de diciembre de 2020] murió. La perdí de un modo tan repentino... La muerte de mi madre está siendo durísima para mí. Pienso mucho en ella y en las ganas de vivir que tenía, en la ilusión con la que hacía planes. Desde donde ahora esté, seguro que desea que toda mi familia siga muy unida y procurando disfrutar de la vida. Hay que seguir adelante... Tengo tantos buenos recuerdos de ella. Yo he estado fuera muchos años y venía poco por Cartagena, pero en estos últimos años sí que hemos viajado mucho juntos. Mi madre me ha acompañado en momentos muy mágicos, como cuando hace dos años fuimos juntos a Viena para asistir al Concierto de Año Nuevo [cuyas coreografías él creo, y que fueron vistas por más de 50 millones de personas en todo el mundo], o cuando la llevé conmigo al estreno de 'El corsario' en Roma. Me consuela el haber podido vivir con ella muchos momentos que sé que le han hecho muy feliz. Era el motor de mi familia, siempre pendiente de todos y de todo, y sé que sus amigos también la echan mucho de menos. Era como un terremoto de energía... Me enseñó a aprovechar el tiempo porque la vida pasa. Mi hermana tuvo un cáncer cuando era muy joven y estuvo mal, así es que mi madre sí que conoció bien lo que es pasar por momentos de bajón. Y como sabía que podían volver, lo que hacía era aprovechar más todavía los buenos momentos».
«Soy Tauro, con cuernos y cabezón. Me esfuerzo todo lo que sea necesario para conseguir lo que deseo»
Pandemia
«Como le pasa a todo el mundo», indica, «con esto de la Covid a mí también se me han parado o retrasado proyectos. Estaba en Roma cuando comenzó la pandemia, me fui huyendo de la Covid a Liubliana [en Eslovenia], de allí me vine para España...; desde que pasó lo de mi madre estoy viniendo mucho a Cartagena... Aunque tengo mi casa instalada en Ibiza, estoy con la maleta siempre preparada y viviendo al día, porque hay cosas previstas que cambian de un día para otro. Vivimos en la inestabilidad, y yo más todavía porque trabajo sobre todo en el extranjero. Hay que ir navegando entre las olas...».
En unos días, 'vigilará' que todo salga a la perfección durante el desarrollo de las dos galas 'Estrellas de la Danza' que tendrán lugar en el 'Víctor Villegas', patrocinadas por la Consejería de Educación y Cultura. «Pongo la mano en el fuego por ellos», responde sin titubeos José Carlos Martínez cuando se le pregunta por el nivel artístico de las estrellas seleccionadas este año: Arianne Lafita, Vittorio Galloro, Ayaha Tsunaki, Alejandro Martínez, Lucie Barthélémy, Iván Delgado del Río, Sara Arévalo, Carlos Sánchez, Maia Makhateli y Martin ten Kortenaar.
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