La 'cantatrice' más aristocrática
Ópera ·
Renata Scotto fue una mujer llena de arte para la eternidadJoaquín Gómez
Profesor emérito de Medicina-Infecciosas de la UMU
Viernes, 25 de agosto 2023, 09:40
Renata Scotto ((1934-2023) fue la soprano y 'cantatrice' más aristocrática del último tercio del siglo pasado. Debutó a los 19 años con 'Traviata' de ... forma precipitada, conduciéndola a una crisis vocal de su canto. Entonces se encontró con un gran amigo, Alfredo Kraus, quien le aconsejó que fuera a ver a su maestra, Mercedes Llopart, y que le hiciera caso. Desde entonces la relación entre ambos fue como de hermanos, creciendo vocalmente juntos, con la gran ayuda del marido de Renata, experto en el arte y dirección del canto lírico, que perfeccionó y conservó el registro sobreagudo.
La característica principal del canto de Renata es su gran expresividad vocal y musicalidad, con un registro muy amplio, aunque los agudos con el tiempo fueron algo más chillones. Su presencia escénica era de gran prestancia, muy señorial, elegancia suprema, y su interpretación estaba tan llena de sentimiento, que transmitía todos los acentos vocales con tal intensidad y dramatismo, que parecía su misma persona, viviendo a lo máximo la encarnación del personaje. Aunque comenzó cantando roles belcantistas (Bellini, Donizetti, etc), fue en el verismo donde alcanzó su cumbre y máximo esplendor, especialmente Puccini, Giordano, Leoncavallo, Zandonai. Mi primer acercamiento fue con su antológica Manon Lescault en el MET en marzo de 1980, con Plácido Domingo como genial oponente, Des Grieux de referencia, con cuyo rol debutó en el Liceo de Barcelona en noviembre de 1971, llenando de sueños de gloria el «paraíso del Coliseo histórico de Las Ramblas.
La conocí en 1982, en un concierto con Kraus en el Real de Madrid, dando una magnífica lección magistral con arias y duos de Puccini. Esa noche Kraus se atrevió a cantar 'Recondita armonia' de Tosca. Sus agudos fueron brillantes, pero sin cuerpo vocal adecuado para esta ópera como él mismo dijo. No tenía la intensidad que Placido mostró en el Liceo con 'Tosca' en 1974, ni la homogeneidad y brillantez de todo el registro de Alagna en 2022 en el Metropolitan de Nueva York. Esa noche, tras el famoso concierto, Renata en el camerino, me dijo, Kraus es el «maestro del acuto». En 1987, volví a degustar su canto e interpretación modélica de la Charlotte del Werther de Massenet con Kraus 'El divino Alfredo', en su obra cumbre en el Liceo de Barcelona. Me comentó, que siendo un rol escrito para mezzosoprano, le gustaba mucho y lo sentía tanto, que Kraus le pidió que lo cantara con él. Noche mágica, encontrándose el canto aristocrático en su máxima expresión Kraus-Scotto o Scotto-Kraus. Ambos dijeron tras la representación, que se habían sentido muy felices de interpretarla juntos.
En 1988 tuvo lugar el gran encuentro verista Scotto-Domingo con la Fedora de Giordano. Fue una representación memorable con un broche de oro histórico. Al final del primer acto, Plácido salió entre bambalinas al escenario y desplazando el telón hacia atrás y lleno de emoción, dijo, con voz alta y algo entrecortada: «Queridos amigos, Sras y Sres, es para mí un gran honor presentarles a todos Uds. a una gloria de España: José Carreras». Acababa de venir de EEUU de recibir tratamiento para su leucemia y estaba decaído pero exultante del recibimiento. Todo el público del Liceo puesto en pie, llorando de alegría y emoción indescriptible. Un momento para la historia. La representación de Fedora fue majestuosa. Una Fedora de auténtico lujo, por su canto de honda expresividad y personificación estelar, especialmente en el segundo acto de gran intensidad dramático vocal. Plácido fue un exultante Boris Ipanoff. Su 'Amor ti vieta' fue un portento de intensidad y expresión, como la brillantez inusitada con gran slancio, mostrado por Roberto Alagna, en su redebut en la Scala de Milán en 2022. Al final de la representación liceista, Renata Scotto me comentó llena de emoción, que cantar junto a Placido era una maravilla. Es el Gran Maestro del palco escénico. De hecho, cantaron juntos más de 100 representaciones.
Renata, soprano aristocrática de alta alcurnia, llena de sentimiento y gran expresividad interpretativa, cantó especialmente con los dos grandes maestros históricos del canto lírico tenoril, Kraus y Domingo.
Una gran mujer llena de arte. Arte para la eternidad.
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