Un innovador estudio liderado por la UMU revela más hallazgos en el yacimiento de San Esteban
El análisis de parásitos en tuberías que no estaban conectadas con la planta baja sugiere la existencia de letrinas en pisos superiores y aporta datos sobre cómo eran los sistemas de saneamiento
Sergio Triguero
Murcia
Viernes, 19 de septiembre 2025, 00:10
Hay ramas de la arqueología y la paleontología que distan mucho de la imagen que nos dejó el doctor Indiana Jones en la gran pantalla, pero no por ello dejan de ser menos interesantes. Una de ellas es la paleoparasitología, ciencia que se basa en el hallazgo de evidencias parasitarias procedentes de contextos arqueológicos y paleontológicos.
La importancia de la parasitología es que el hallazgo de las evidencias que deja su estudio (especialmente el análisis de restos fecales procedentes de estructuras arqueológicas ligadas a las deposiciones humanas, como puede ser el caso de letrinas, pozos ciegos o cañerías de aguas residuales), permite reconstruir las condiciones socioeconómicas e higiénico-sanitarias, así como de la presencia y/o consumo de distintos animales.
Se pueden encontrar evidencias tanto de endoparásitos (que están en el interior del hospedador) como ectoparásitos (que están sobre él). Normalmente, el investigador suele encontrar las fases de dispersión parasitaria (como es el caso de los huevos de helmintos intestinales), dado que se conservan mejor, al tener unas cubiertas más resistentes.
Nunca antes se había usado un método como la paleoparasitología como marcador para conocer la funcionalidad de las estructuras
Alicia Hernández Robles es investigadora postdoctoral en la Universidad de Granada y miembro del grupo de investigación Arqueología Histórica y Patrimonio del Mediterráneo Occidental (ARHIS) de la Universidad de Murcia y del Laboratorio de Arqueología Biocultural (MEMOLab) de la Universidad de Granada. Además, entre 2018 y 2023 fue codirectora de las intervenciones arqueológicas en el conjunto arqueológico de San Esteban (Murcia) junto con Jorge Eiroa y José Ángel González, de la Universidad de Murcia. Ramón López Gijón, por su parte, es investigador postdoctoral en la Universidad de Évora (Portugal). Su estudio se basa en el hallazgo de parásitos intestinales procedentes de contextos arqueológicos.
Ambos han dirigido un novedoso estudio interdisciplinar que combina arqueología y parasitología en el yacimiento de San Esteban que ha dejado importantes hallazgos; investigación publicada hace unas semanas en la prestigiosa revista 'Journal of Archaeological Science'. En concreto, la investigación se centró en el sistema de saneamiento del Recinto I de este conjunto arqueológico, un edificio de grandes dimensiones (410 metros cuadrados) interpretado como funduq, es decir, un edificio en el que viajeros y comerciantes podían alojarse, depositar sus mercancías y venderlas a otros comerciantes de la ciudad.
«En San Esteban hemos usado la presencia de los parásitos intestinales hallados en el interior de la red de saneamiento de un funduq de los siglos XII y XIII como un indicador para conocer la funcionalidad de las distintas estructuras», asegura Alicia Hernández. Es decir, la presencia/ausencia de parásitos iba a ayudar a determinar si estas estructuras servían para evacuar aguas limpias (como lluvia) o residuales (con restos fecales).
«El conjunto todavía conserva valiosos depósitos arqueológicos que, con futuras excavaciones, prometen desvelar nuevos datos»
A partir del estudio arquitectónico del edificio y de su excavación arqueológica se identificaron dos canalizaciones conectadas con dos letrinas, por lo que su interpretación era clara. Sin embargo, también se identificaron otras canalizaciones que no estaban asociadas a ninguna estructura concreta en su interior o bien que procedían del piso superior o del tejado. En este caso, al no conservarse restos materiales, era complicado conocer de manera concreta su funcionalidad. Aquí es cuando se plantea la colaboración con el investigador Ramón López Gijón para realizar el estudio paleoparasitológico y dar respuesta a las distintas hipótesis de investigación que se planteaban.
Muestras de tierra
El equipo de arqueólogos, bajo la supervisión de la arqueobióloga Mireia Celma (de la Universidad de Murcia), recogió 43 muestras de tierra y concreciones, procesadas en el laboratorio por Ramón López.
Las muestras se rehidrataron para poder identificar con el microscopio óptico distintas fases de dispersión parasitaria morfológicamente, es decir, para identificar diferentes tipos de parásitos. El método utilizado se usa a nivel mundial en Paleoparasitología, y se utiliza en otros yacimientos del mundo. Sin embargo, su aplicación en contextos islámicos de la península Ibérica es aún relativamente reciente.
Uno de los hallazgos más relevantes ha sido la detección de huevos de parásitos intestinales, en concreto de huevos de helmintos intestinales (Ascaris y Trichuris) en las canalizaciones del Recinto I del conjunto arqueológico de San Esteban. Dado que los huevos de parásitos hallados están relacionados con la presencia de restos fecales, estos resultados permitieron determinar qué canalizaciones recogieron aguas residuales y cuáles aguas limpias. Por tanto, el hallazgo de parásitos en tuberías que no estaban conectadas con la planta baja sugiere la existencia de letrinas en pisos superiores de los que no se han conservado restos materiales. «Esta hipótesis hasta ahora no se había podido confirmar a partir de los estudios arqueológicos, por lo que la aportación de la paleoparasitología ha sido clave para profundiza en esta cuestión», aclara Ramón López Gijón.
La excavación en el conjunto de San Esteban no ha finalizado. El grupo de arqueólogos que trabaja en el yacimiento ha adelantado que en los próximos meses se van a ir publicando más estudios con resultados muy interesantes a nivel arqueológico y arqueobiológico sobre la Murcia andalusí. «El yacimiento aún conserva valiosos depósitos arqueológicos que, con futuras excavaciones, prometen desvelar nuevos datos. Cada hallazgo no solo enriquecerá nuestro conocimiento, sino que también permitirá reconstruir con mayor precisión nuestro pasado medieval», asegura Alicia Hernández.
Indudablemente, dados los interesantes resultados obtenidos, el equipo investigador considera fundamental seguir tomando muestras de distintos contextos arqueológicos tanto del conjunto arqueológico de San Esteban como de otros yacimientos de la Región de Murcia para seguir conociendo a las poblaciones del pasado y sus hábitos. De hecho, Ramón López Gijón anuncia que cuentan con otros hallazgos paleoparasitológicos en la Región de Murcia, que serán publicados próximamente.
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Más luz sobre las condiciones de higiene y salubridad de las poblaciones andalusíes
El estudio desarrollado en San Esteban es una investigación interdisciplinar, que combina arqueología y parasitología y que ha contado con colaboración internacional, con investigadores de España, Francia, Portugal e Italia. Para la arqueología medieval el estudio es muy relevante, ya que estos resultados positivos en parásitos antiguos a partir de muestras de tierra constatan la apertura de una línea de trabajo pendiente de desarrollar en profundidad en el futuro. La toma de muestras y su posterior estudio en laboratorio, tanto en el conjunto arqueológico de San Esteban como en otros yacimientos de cronología similar (siglos XII-XIII), permitirá ampliar el conocimiento sobre las condiciones de higiene y salubridad de las poblaciones andalusíes, así como conocer algunas de sus dolencias o patologías. También permitirá comparar los hallazgos parasitarios del conjunto arqueológico de San Esteban con los de otros lugares y ver si había diferencias o no en los hábitos de limpieza e higiene de distintas poblaciones. De manera concreta, la aplicación del estudio paleoparasitológico será fundamental para analizar sistemas de saneamiento de edificios en el pasado y entender su funcionamiento.
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«Un fragmento de cerámica nos puede contar una historia humana»
«San Esteban es un sitio arqueológico clave para cualquier persona interesada en las sociedades islámicas medievales y al-Andalus», asegura Alicia Hernández, opinión compartida por Ramón López Gijón, que defiende el trabajo de los investigadores «en un yacimiento arqueológico de primerísimo nivel a escala global».
El conjunto arqueológico de San Esteban contiene restos arqueológicos del arrabal de la Arrixaca, el principal barrio extramuros de la ciudad de Murcia en los siglos XII y XIII. Precisamente en el siglo XII Murcia se convirtió en la capital del este de al-Andalus, por lo que fue una de las principales ciudades de la península en la Plena Edad Media.
«Trabajar en San Esteban permite conocer esa realidad desde el punto de vista de la población local, de los habitantes de la ciudad, investigando sus viviendas, sus calles, los objetos (de cerámica, vidrio o metal) que empleaban diariamente, su alimentación, sus enfermedades, etc», aclara la investigadora.
Precisamente Alicia Hernández pide no caer en el error de asociar la arqueología con lo monumental, pues la atención del público se suele centrar en grandes monumentos o símbolos del pasado, como castillos o palacios. «Comprender cómo vivía la población común y anónima, es igual de esencial para reconstruir nuestra historia. Y el conjunto arqueológico de San Esteban ofrece esa oportunidad: es una ventana abierta a la vida cotidiana que, generalmente, queda más silenciada en las fuentes escritas, y ahí la arqueología cobra un papel protagonista para recuperar los datos de esa vida cotidiana», asegura.
Durante los trabajos de excavación, se ofreció una visita guiada diaria al yacimiento, permitiendo a la ciudadanía conocer de primera mano qué se estaba investigando, quiénes formaban parte del equipo y cuáles eran los objetivos del proyecto. Más de 3.000 personas se acercaron al lugar. Su interés fue notable, y muchas comentaban con el grupo de arqueólogos al finalizar esos tours el valor de la labor de interpretación patrimonial realizada durante las visitas. «Comprender qué nos dicen esos restos arqueológicos, cómo se traduce un muro o un fragmento de cerámica en una historia humana, fue para muchos una revelación», asegura.