Daniel Osiewala: «¿Hollywood? Elijo valorar mi suerte y seguir creciendo. Esto es increíble»
Conversaciones de otoño ·
«Lo de la vivienda es una locura; es absurdo que 60 m2 se alquilen por 1.200 euros / mes»A sus 28 años, Daniel Osiewala (Murcia, 1997) ha conseguido hacer de su pasión una forma de vida y de su sueño una realidad mecida ... por los acordes de la música. De madre murciana (Lola) y padre polaco (Gregor) –«de ahí mi apellido»–, este joven músico profesional, que empezó tocando el trombón en la Agrupación Musical de Beniaján, se enganchaba al piano cada vez que podía y ha compaginado sus estudios con hasta cinco grupos de música en paralelo, es parte del equipo autor de la banda sonora de la serie 'El Eternauta' (Netflix), del compositor Federico Jusid, nominada a los Latin Grammy 2025 como Mejor Música para Medios Audiovisuales: «Una categoría nueva esta edición», aclara. La gala será el 13 de noviembre en el MGM Grand Garden Arena de Las Vegas y la nominación ha sido «sorpresa total».
–¿Va a la gala de Las Vegas?
–Yo no voy, eso seguro. Solo tenemos una entrada y, además, es todo supercaro. Encima, no tenemos el tiempo porque estamos enterrados en trabajo. No sabemos ni siquiera si va a ir Federico. La jefa de producción está intentando convencerle de que es importante.
–¿Cuál ha sido su contribución al álbum nominado?
–Además de producción musical y diseño de sonido, fue mi oportunidad para hacer también mezcla [apenas lleva dos años en el estudio de Jusid]. Es algo que me gusta hacer. Anteriormente, iba mezclando alguna cosita conforme iba haciendo falta, pero, en este, mezclé yo el álbum básicamente, porque, del estudio, soy de los que más nociones de mezcla tiene, también gracias al máster del Berklee College of Music de Valencia. El caso es que con 'El Eternauta' mezclé el álbum y ese es el álbum nominado a los Latin Grammy. Eso ha sido, la verdad, superguay, 'supertocho'.
En tragos cortos
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Un lugar para tomarse una cerveza. Debajo del trabajo: Habana, en paseo Pintor Rosales de Madrid.
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Un libro. 'Metro 2033', de Dmitri Glujovski, que me marcó en la adolescencia.
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Una canción. Chubby, de Corto.alto.
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Un sueño cumplido. Dedicarme a la música de cine.
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Si fuera un superhéroe, ¿cuál sería? Spiderman. Es mi favorito desde la infancia.
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¿Qué es lo que más detesta? La falta de sinceridad.
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¿Qué le gustaría ser de mayor? Un jubilado rico en Murcia.
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¿Qué consejo daría? Pues depende de a quién.
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Un aroma Jazmín.
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Un rincón favorito. La Costa Quebrada, de Cantabria.
–Pianista y grado en Composición Musical por el Conservatorio de Murcia y máster por Berklee, ¿cuál fue la mejor decisión?
–Presentarme a la beca para el máster en Composición de Cine, Televisión y Videojuegos del Berklee College of Music y hacer un 'crowdfunding' para poder afrontarlo. No tenía claro si lo iba a poder cursar, porque el máster de la escuela americana, aunque fuera en la sede de Valencia, no dejaba de ser inaccesible por los precios: privada, superprestigiosa y muy cara. Cuando terminé el Conservatorio, con mis padres que siempre me han apoyado, estudiamos cómo podíamos hacerlo. Me presenté a las becas y me fue muy bien. Me becaron con el 50% del importe de la matrícula, que era de 45.000 dólares. Una locura. Para el dinero restante, monté un 'crowdfunding', y LA VERDAD y muchos murcianos más se hicieron eco. Llegué a recaudar 3.000 euros: una ayuda increíble. Y también recibí ayuda de la familia. Así, poco a poco, lo conseguimos. Por suerte, el máster era solo un año y estaba todo superconcentrado. Con todo eso, me quedaron por pagar 15.000 dólares, que afrontamos como pudimos en diferentes tandas.
–¿Mereció la pena entramparse?
–Mereció la pena, porque al salir de ahí enseguida conseguí la posibilidad de hacer una prueba para entrar donde estoy ahora, en el estudio del compositor Federico Jusid; aquí, en Madrid.
–Si pudiera, ¿qué problema solucionaría?
–Evidentemente, hay muchos problemas, pero el de la vivienda es una locura y, ahora que vivo en Madrid, todavía más. Me parece absurdo que un piso de 60 m2 se alquile a 1.200 euros al mes, una cantidad a la que no llega ni el salario mínimo.
–¿Cómo fue pasar de un conservatorio público a Berklee?
–La carrera de Composición en el Conservatorio de Murcia está menos enfocada a lo moderno, al jazz o a la música de cine, pero es muy teórica, muy densa, algo que me ha servido muchísimo y ha sido una formación importantísima. Al comparar los bagajes de otros compañeros que habían estudiado en Boston y los de quienes veníamos de conservatorios de España, se notaba que teníamos una formación muy, muy sólida en composición.
–El abandono escolar es un problema en la Región. Por su proximidad a esa etapa, ¿dónde ve la causa y qué propone para resolverlo?
–La verdad es que no he tenido ningún caso cercano, pero sí muchos compañeros para los que los estudios han sido un suplicio o, al menos, esa presión por tener que decidir qué camino elegir o por el miedo a equivocarse... Eso es causa de depresión y mucho malestar en la juventud. Imagino que con un ritmo de vida cada vez más rápido, en el que los chavales maduran antes por la saturación de información y estímulos, es fácil perder el hilo de los estudios o no encontrar la escuela como algo relevante. Supongo que haría (una obviedad) que los estudios fueran más estimulantes y más acordes con los tiempos que corren y el mundo que viven los chavales.
«Mezclé el álbum de 'El Eternauta' [nominado a los Latin Grammy]. Eso ha sido 'supertocho'»
–¿Cómo ha sido la incorporación a un mundo laboral tan singular?
–Me acogieron con los brazos abiertos. Es un equipo encantador, con una gente maravillosa y con mucho talento. Está Federico [Jusid], que es el compositor. En el estudio, físicamente, somos nueve personas. Se hace piña. Es un mundo muy bonito este de la música de cine y tenemos muchísimos proyectos, la verdad.
Oportunidad
–¿No le tienta Hollywood?
–Bueno, yo salí de la escuela pensando en que tenía que irme a Hollywood y probar suerte allí. Lo que pasa es que esta oportunidad me salió tan pronto y resultó ser tan buena, que no tiene mucho sentido soltarla. En Hollywood, todo va bastante más lento. Entras a trabajar con un compositor, pero te puedes quedar años haciendo solo cosas técnicas o colocando micros. Aquí todo lo contrario, lo técnico llega y se queda para siempre, pero inmediatamente llega lo creativo. Casi desde el principio he hecho orquestación, que es un crédito que es muy guay tenerlo, y eso fue lo primero que hice, pero luego incluso la producción musical también llegó enseguida. Se me acogió muy bien y aquí estoy muy contento. Aparte de que estoy cerca de mi familia, de mi gente.
«Espero fervientemente el disco de Rosalía, a ver esta vez con qué sorprende»
–¿Viene con frecuencia a casa?
–Pues este último año casi no he ido, porque el trabajo no me lo está permitiendo. Pero planeo ir yendo más, al menos, una vez cada mes y medio o dos meses, y visitar a la familia y a los amigos, porque la verdad es que los echo mucho de menos. Pero, como esto es un sueño, un espejismo, es muy complicado conseguirlo, elijo valorar la suerte que tengo y seguir creciendo. Al final, llevo ya dos años en este trabajo y no veo un ápice de estancamiento. Es un constante aprender cosas y crecer, y eso es una suerte que me ha tocado a mí, que es increíble. Entonces, aquí sigo y feliz.
–Además de a su gente, ¿qué es lo que más añora de Murcia?
–Su tranquilidad, el ambiente. Y... Murcia es preciosa.
–De todas las bandas sonoras en las que ha trabajado, ¿cuál considera más importante?
–Justo la que estoy terminando ahora. Es una película para Netflix de la que he hecho toda la producción musical y composición también, en este último par de meses sobre todo, pero aún no ha salido. Es 'Cortafuego', de David Victori, un director catalán, y por la cantidad de trabajo y de tiempo que le he dedicado y de aportaciones mías, es la más relevante.
–¿Algo más?
–Pronto va a salir, creo que en enero, la nueva película de Daniel Sánchez Arévalo, 'Rondallas'. Yo he hecho toda la producción musical de una banda sonora que está dada por la imagen de la gente del pueblo que se junta y toca con sus gaitas, sus tambores... y forman lo que se llama la rondalla. Era sobre todo mucho curro de producción musical: coger lo que se había grabado y darle una capa de chapa y pintura, por así decirlo. Además, fue toda una oportunidad para conocer a Daniel Sánchez Arévalo, que vino al estudio y estuvimos hablando, con Fede también. Él hizo toda la música original. También fue un proyecto muy chulo.
–(...).
–Y, antes de eso, dos proyectazos muy grandes que hice cuando entré en el estudio de Federico. Mucha orquestación. Mucho trabajo muy duro al principio, pero eso te forja, te da unas tablas increíbles para ir más rápido, para tener soluciones en momentos clave. Eran dos series británicas bastante tochas en las que hice una labor más técnica, bastante laboriosa: 'A gentlemen in Moscow' ['Un caballero en Moscú'], con Ewan McGregor, que está en Sky Showtime, y 'A Thousand Blows' ['Mil golpes'], que está en Disney Plus. Y, en esta última, me pude meter algo más en la producción. Sobre todo en la segunda temporada, que aún no ha salido.
–Parece que el ritmo de trabajo es muy intenso, ¿no?
–En las películas puede ser un poco más relajado porque sueles tener unos meses. Pero en las series... Ahora estamos con una de Robin Hood que las entregas son un capítulo semanal. Hay que correr. De hecho, esa serie ha sido la causa de que haya estado todo agosto metido en el estudio sin descansar los fines de semana. A veces toca hacerlo. Es parte de cómo funciona esta industria.
–¿Es estresante?
–Pues sí, a veces mucho, a veces superestresante. A veces agota, porque son muchas horas que hay que echarle, pero luego es muy gratificante. Cuando está hecho el trabajo y ves los resultados, todo merece la pena, pero es un sacrificio muy grande: de tiempo libre, de tiempo con tus seres queridos, con tu pareja... Mi pareja es opositora y pasa mucho tiempo sola estudiando, y que yo me dedique a esto lo hace un poco más difícil, pero ahí está ella, apoyándome.
–¿Cómo se relaja?
–Paseando por Aravaca, que es donde estoy viviendo.
–¿De dónde nace la pasión por componer bandas sonoras?
–Desde siempre me ha interesado la composición para imágenes. Y los videojuegos siempre me han gustado mucho, los he jugado y siempre le he prestado mucha atención a la música que sonaba. Mi videojuego favorito creo que lo es por su música. Es 'Halo', una saga con una música espectacular y que me hizo querer dedicarme a componer.
–¿En la adolescencia?
–Con diez años. Me acuerdo, porque fue la fecha de salida del 'Halo 3', yo no tenía ni esa consola ni ninguno de los 'Halo' anteriores. Pero de ver los tráileres de ese juego... Tenía una música que me atrapaba. Me gustaba tanto que, gracias a la música, me empezó a interesar ese juego. Habían hecho el tráiler con esa música y era muy espectacular. De hecho, uno de los tráileres era con música de Chopin, que me encantaba. Yo tocaba Chopin, supongo que también por eso me atrapó.
–¿Qué le interesa?
–Desde siempre, la música electrónica y, también, con esto de trabajar en bandas [Ruto Neón, Old Coin y Yaz Veh, entre otras], tuve varios sintetizadores y me he ido especializando. Con eso diseño diferentes timbres y los grabo. Lo llevo haciendo mucho tiempo y puede servir para hacer música y efectos de sonido para una película, desde las explosiones hasta los sonidos de algún aparato electrónico o incluso de un teléfono.
–¿Con quién o para quién le gustaría componer?
–Pues en Hollywood hay muchos grandes nombres, pero a mí me gusta tener libertad para experimentar, poder combinar diferentes géneros, diferentes cosas, y siento que, por ejemplo, con Los Javis podría haber ese rollo, ese 'feeling' y esa inquietud por la experimentación. Eso sería muy top, muy guay.
–¿Su compositor preferido?
–El compositor de la banda sonora del videojuego 'Halo', que es Martin O'Donnell. Me encanta esa banda sonora y, aunque no se puede comparar con otros grandes compositores de siglos previos, para mí es muy significativa por cómo me ha marcado. Por eso lo elijo a él.
–¿Sueña con algún encargo?
–Hombre, pues con algún videojuego triple A, al estilo de 'Halo' o de algún 'Battlefield: Bad Company', el 3, por ejemplo. Se quedaron en el 'Bad Company 2', que tiene una música preciosa, increíble, y es de otro compositor que me encanta, Mikael Karlsson. Si lo fueran a hacer, sería un sueño recibir de repente ese tipo de encargo y trabajar en un videojuego de esa magnitud.
«Sería muy top componer para Los Javis; siento que podría haber ese 'feeling', esa inquietud por la experimentación»
–Es un compositor de formación clásica, sin embargo muy polifacético: de clásico a vanguardista, de jazz a hip-hop , ¿cuál es su género preferido?
–Depende de la ocasión. Si estoy motivado y voy caminando por la calle, me pongo un jazz moderno fusión con electrónica, del panorama de Londres. También me pongo música clásica y clásica más de vanguardia, tipo Ligeti; si estoy en un 'mood' más cerebral, Grisey; bandas sonoras de cine de John Williams o Morricone. De repente, me pongo los Beatles y Pink Floyd, si estoy más nostálgico, por volver a mi adolescencia. Y, siempre, cosas muy nuevas. También pop y reguetón, si se sale de lo normal mejor, porque lo que me gusta es la experimentación. Ahora estoy esperando fervientemente el disco de la Rosalía, a ver con qué sorprende esta vez.
–Es autor de la banda sonora del primer musical de 'Bodas de sangre', ¿satisfecho con el resultado?
–Sí, la verdad que sí. La hice junto a Alicia Morote [otra compositora murciana de talento]. Y bueno, es un estilo 'rosaliesco': con ese flamenco electrónico, rapero... Creo que quedó muy guay. Hace poco han grabado el álbum y creo que lo sacarán pronto.
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