Ainhoa Rodríguez: «El relato fílmico está absolutamente cojo e incompleto; le falta la otra mitad»

Presentado como 'Destello bravío', el suyo es un trabajo de vuelta a los orígenes, un retrato fiel de un modo de vida en decadencia a causa de la despoblación; pero también una historia de mujeres que sueñan, anhelan y desean. Mujeres reales con vidas reales con las que Rodríguez, de origen extremeño –su familia paterna procede de Tierra de Barros–, compartió rutina durante nueve meses, el tiempo que empleó para preparar su proyecto en Puebla de la Reina, la localidad donde después rodó el filme.

La cinta, que acumula numerosos elogios y premios, inaugura este jueves las proyecciones, en Murcia, del ciclo 'Nosotras contamos' impulsado a nivel nacional por Mujeres de Cine con el fin de dar visibilidad al trabajo cinematográfico realizado por las directoras españolas. Una iniciativa, cree Rodríguez, «interesantísima y necesaria» porque, dice rotunda, el «relato fílmico está absolutamente cojo, incompleto y deforme». Está representado mayoritariamente por hombres.

–¿Qué buscaba cuando inició este proyecto?

–Suelo seguir mi instinto. Sentía la necesidad de trabajar con actrices naturales, darles voz. Para una cineasta, las vidas de estas mujeres, con todas sus porosidades, sus aristas y sus experiencias son una materia fílmica fascinante. Al mismo tiempo, yo soy extremeña, provengo de Tierra de Barros, e ir a rodar a un pueblo pequeñito que podría ser el de mis abuelos era algo que me anclaba misteriosamente.

–¿Qué ha aprendido?

–Mucho. Creo que ahora soy mejor cineasta, tengo más herramientas. También he aprendido a empatizar, a estar muy cerca de gente con ideologías muy distintas a las mías, pero sobre todo me he dado cuenta de que me gusta el riesgo y de que me seguirá gustando en el futuro.

–¿Tuvo que vencer demasiados tópicos a la hora de emprender este trabajo?

–No. Cuando enfrento un proyecto trato de acercarme a él con una mirada desprejuiciada y limpia, e intento plasmar la realidad de forma casi etnográfica. Siempre hay prejuicios pero debes procurar dejarlos a un lado y llegar a los porqués a través de las vidas de las personas.

–¿Qué se pierde con la España vacía?

–Un bagaje cultural impresionante que debemos salvaguardar; las tradiciones y el alma de lo local. Es verdad que, muchas veces, las tradiciones son obsoletas, casposas y profundamente injustas, pero no tengo claro que lo que está por venir, un mundo globalizado donde todo el mundo va a comer lo mismo, va a vestir igual y va a pensar del mismo modo, nos traiga algo mejor. Creo que hay que salvaguardar el alma local distinguiendo entre aquello que nos hace bien como la sociedad.

–Se habla de la necesidad de una mirada femenina en el cine. ¿Qué cree que aporta?

–El relato fílmico está absolutamente cojo e incompleto. Le falta la otra mitad de la población ejerciendo las riendas de una narración, y por tanto, es una visión distorsionada de la realidad. El porcentaje de las mujeres que dirigen es mínimo, y me da igual que sea un diez, un veinte o un cinco por ciento; sigue siendo ridículo y, esto, lo único que hace es contribuir a una mirada única, globalizada, mayoritaria, heteropatriarcal, y de una sola perspectiva.

–Entiendo que iniciativas como la planteada por Mujeres de Cine son, por tanto, fundamentales.

–El hecho de que una mujer dirija sea una novedad nos habla de la desigualdad tan profunda y estructural que tenemos. Creo que es una iniciativa interesantísima.

–De 'Destello bravío', ¿le ha sorprendido el recorrido que ya ha realizado?

–Estoy feliz con la respuesta del público, de la crítica y de los festivales. La cinta está recorriendo el mundo y está ganando muchos premios. Eso me refuerza, porque es una película que sale de las tripas, que va a los márgenes del sistema, a una zona rural, y que además de mostrar a actrices no profesionales, sigue una estructura de cierta transgresión en el lenguaje. Que esté calando me hace muy feliz y me dice que todavía tenemos mucho por hacer.

–¿A qué aspira?

–A mí el cine es un arte que me ha dado mucho. Soy cinéfila, y desde pequeña siempre quise atrapar relatos y devorarlos. La cuestión es que después de esta experiencia, que ha sido muy dura porque no solo me he encargado de la dirección, sino también de la producción, que tenga ganas de seguir rodando y me muera por hacerlo me dice que he salido sana y salva, sobre todo sana, de un proceso muy complejo. Eso me da mucha alegría y estoy deseando seguir rodando historias con personalidad que me supongan un reto y me hagan vivir momentos mágicos.

'Destello bravío' se proyectará el próximo día 28 en Santa Cruz de Tenerife, también de la mano de Mujeres de Cine. En Murcia, en la Filmoteca Regional, la iniciativa acogerá, además, las películas 'Nación', de Margarita Ledo (día 28); 'La boda de Rosa', de Icíar Bollaín (4 de noviembre); y 'Crónica de una tormenta', de Mariana Barassi (18 de noviembre).