«A Peter Jackson le gustó mucho un personaje mío y me sentí halagada»

Peñalver tenía previsto viajar este pasado fin de semana a Murcia para recoger el premio Serial Killer del Festival Sombra de Cine Fantástico Europeo de Murcia, y mantener un coloquio con el público previo a la proyección de la cinta. Ahora lo tendrá que hacer en septiembre. El certamen anunció el viernes nueva fecha para su novena edición. Se celebrará del 18 al 26 de septiembre en la Filmoteca Regional y mantendrá todas sus actividades iniciales. Peñalver tendrá que esperar, pero, igualmente, cuenta, recogerá este galardón «con mucha ilusión».

–¡Me encanta recibir premios! En verdad, no sé si es por la película o por los trabajo que he hecho, pero en cualquier caso me encanta.

–El festival indica que es por «su contribución al desarrollo, difusión y evolución del cine de género» en clara referencia a 'Braindead'. ¿Qué le parece recibir un galardón por un trabajo que realizó hace tanto tiempo?

–'Braindead' es una película que sigue estando muy vigente. Es un clásico, y una especie de bautismo cinematográfico para todas esas generaciones de jóvenes a las que les gusta el cine gore. Habitualmente me llaman muchos festivales para hablar de la película, y por eso no me extraña nada ir a Murcia, de hecho tengo preparado [la entrevista con Peñalver se realizó antes de que se aplazara el festival] un 'power point' con fotos del rodaje. Para mí es muy gratificante recordar esta experiencia a pesar de haber transcurrido tanto tiempo.

–¿Ha tenido ocasión de ver la cinta recientemente?

–Sí, la presenté en Málaga y después tuve también un coloquio con el público en el que conté anécdotas del rodaje.

–¿Qué revive cuando la ve?

–Sobre todo, los cuatro meses que pasé en Nueva Zelanda con Peter Jackson y todo el equipo. Era muy joven y lo vivía todo como si fuera algo normal; es ahora cuando me doy cuenta de lo extraordinario que era. En aquella época, Peter Jackson no era súper famoso, entonces era un chico que estaba despuntando, pero ya hacía lo que quería con la cámara.

–¿Qué le empujó a aceptar este proyecto?

–A Peter le había gustado mucho un personaje que yo había hecho en 'El año de las luces' [Fernando Trueba, 1986], y me sentí muy halagada por el hecho que de alguien que venía de tan lejos se interesara por un trabajo mío, que además era un personaje muy secundario. Y luego, siempre me ha encantado viajar, así que todo jugaba a favor.

–¿Le atrapó el género?

–Soy muy miedosa para las películas de terror, y cuando me llevan de jurado a festivales de este tipo lo paso mal. El género fantástico, sin embargo, me gusta, y los efectos especiales me encantan. Si tengo que pasar cuatro horas en maquillaje para rodar no tengo problema: ni me da pereza ni me molesta. Tengo muchísima paciencia.

–¿Cómo cree que ha sido su trayectoria?

–He hecho películas muy especiales, como por ejemplo 'Tiempo de silencio', con Vicente Aranda (1986), que está basada, además, en una novela maravillosa, aunque no haya despertado tanta admiración y nunca me llamen para hablar de ella [ríe]. He tenido la suerte de coincidir con directores muy interesantes, pero no he tenido una carrera al uso. Me fue muy bien cuando empecé y trabajaba muchísimo haciendo personajes secundarios en películas muy bonitas, pero cuando llegué de protagonista ya no tuve tantos papeles: 'Las chicas de hoy en día', 'Canción de cuna', 'Braindead'..., y poco más. No sé si fue la energía con la que llegué a Madrid desde Sevilla o que tuve suerte, pero es verdad que al principio me resultó muy fácil. En esta profesión lo que cuesta es mantenerse, es difícil tener continuidad, y no digo ya en proyectos interesantes.

–¿A qué atribuye esa dificultad?

–Tiene mucho que ver el género, la edad... En el reparto de una película, si hay 60 papeles, 55 son de hombres, y eso es un hándicap que tenemos las mujeres, porque, además, de esos cinco restantes solo uno es para mayores de 50 años.

–¿Qué le gustaría?

–He hecho dos cortos con Javier Fesser y me gustaría estar en un proyecto con él. También me gustaría coincidir con Pedro Almodóvar; no querría morirme sin hacerlo, pero todo depende de las historias. No quiero estar con ellos por estar, sino hacerlo porque ellos tengan una historia para la que hayan pensado en mí.

–¿Ha vuelto a Nueva Zelanda?

–No. Esperaba que se hiciera la segunda parte, pero no fue así. Para mí fue una experiencia muy bonita. La gente allí es muy especial, muy linda, y todos me acogieron muy bien. Recuerdo, además, que el primer fin de semana de rodaje yo esperaba que quedáramos para estar juntos, pero nadie me dijo nada, y pensé: '¡Qué gente más sosa!'. Al cabo de una hora llegó a casa una amiga con un tetrabrik de vino, porque allí el vino bueno también va en tetrabrik, y me dijo que había pasado para estar un rato conmigo. Al poco tiempo llegó otro compañero, y luego otro, y otro. Al final tuve una fiesta en casa sin programarla. Fue todo muy natural.

–¿Qué desea?

–Lo primero, que mi familia tenga salud, que hace falta, y en segundo lugar, tener más continuidad en el trabajo. Tampoco mucha, porque es agotador, pero sí viajar haciendo películas. Eso me apetece muchísimo, sobre todo ahora que mis hijas ya son mayores.