Antonio de la Torre: «Cuando te metes en un personaje es como si fueses tú; ya no lo juzgas»
El intérprete malagueño recibe el próximo sábado el Premio del FICC en reconocimiento a su amplia producción cinematográfica
A Antonio de la Torre (Málaga, 1968) el galardón que el próximo sábado recibe en Cartagena, de manos de su Festival Internacional de Cine (FICC), ... le gusta pensar que está encuadrado dentro de la categoría de homenaje, y que no figura en la de distinción a toda una trayectoria, porque a él, dice entre risas desde el otro lado del teléfono, todavía le queda recorrido: «No estoy acabado», responde sabedor, eso sí, de que «todo esto pasará», e igual, el premio de Cartagena «es el último». «Un artista –le gusta tener presente– debe saber bajarse del escenario. Antes o después va a ocurrir y hay que estar preparado». En su caso, ese escenario, al menos para quien observa la pantalla desde las butacas de un cine, se antoja demasiado lejano.
Poseedor de dos Goya por la interpretación de un político corrupto que no se resigna a caer solo en 'El reino' (2018), de Rodrigo Sorogoyen, en la categoría de mejor actor protagonista; y del hermano expresidiario de un joven en busca de su propia identidad en 'Azul oscuro casi negro' (2006), de Daniel Sánchez Arévalo, como mejor actor de reparto, De la Torre es uno de los intérpretes más laureados del cine español. Atesora un extenso currículo en el que figuran hasta once nominaciones a los premios de la Academia, además de reconocidos títulos como 'La noche de los doce años', de Álvaro Brechner; 'Tarde para la ira', de Raúl Arévalo; 'Caníbal', de Manuel Martín Cuenca; 'Grupo 7', de Alberto Rodríguez; y 'Gordos', de Daniel Sánchez Arévalo, entre otros trabajos. La del próximo sábado será, afirma, su primera visita a Cartagena.
Las frases
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Futuro incierto: «Un artista debe saber bajarse del escenario. Antes o después va a ocurrir y hay que estar preparado»
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Rutinas: «Tenemos una capacidad tremenda para acostumbrarnos a aquello que nos sucede, también a lo bueno, y este es el peligro»
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El mundo: «El capitalismo va a caer y lo va a hacer como un castillo de naipes porque no es sostenible»
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Premio FICC: «A Cartagena voy como al cine, con el alma abierta para que me sorprenda»
–¿Cómo recibe este galardón?
–Aún tengo guardado el primer premio de interpretación que recibí: un papelito parecido a un diploma como los que le dan a mi hija en el colegio. Fue en el Festival de Cine y Vídeo Latinoamericano de Buenos Aires, y por un corto que había hecho ['Profilaxis', por el que también fue galardonado en el Certamen Nacional de Cortometrajes de Mula un año después, en 2004]. Entonces me pareció la bomba. Pensé: '¡Me han dado un premio de interpretación!'. Después de ese han venido muchísimos, y pienso que igual el de Cartagena es el último. Por eso lo recibo con ilusión.
–¿Uno se acostumbra a los premios?
–Uno se acostumbra; supongo que la vida es costumbre. Estoy leyendo un libro de Primo Levi, que se llama 'Si esto es un hombre', donde el autor cuenta su experiencia en Auschwitz, y me ha venido a la cabeza, también me ocurrió cuando hice 'La noche de los doce años', un dicho que mis padres solían repetir. Era algo así como: 'Que Dios no me mande todas las penas que soy capaz de soportar'. Tenemos una capacidad tremenda para acostumbrarnos a aquello que nos sucede, también a lo bueno, y este es el peligro. Un artista tiene que saber bajarse del escenario. Antes o después va a ocurrir y hay que estar preparado.
¿Qué intenta hacer para no caer en la rutina?
–Guiarme por mi instinto. Soy parte del 8% de actores que pueden vivir de esto. La inmensa mayoría de los compañeros están como los currelas que se ponen en la plaza esperando que pase la 'furgona' para subirse y echar la 'peoná'. Como tengo ese privilegio y esa suerte que, insisto, no sé cuánto me durará, intento buscar la pasión, bien con un tema que me pueda parecer interesante o con un director que me apetezca trabajar. A veces te enrolas en proyectos, y no sabes bien por qué, pero te tocan. La pasión no es una fórmula ni un algoritmo.
–¿Un impulso, quizá?
–Sí, como cuando te enamoras.
–¿Usted está enamorado del cine?
–Muchísimo. Tanto, que me da un poco de pena ver que las salas estén menguando y que el cine pueda convertirse en un formato más marginal. Pero también es verdad que me emocionan las historias, y las series, las buenas series. Recuerdo una entrevista a Juan José Campanella, que además de poseer un Oscar [lo consiguió en 2010 por 'El secreto de sus ojos'] es un director multidisciplinar que se ha atrevido con diversos formatos. Campanella dijo: 'Como me he emocionado en una sala de cine no lo he hecho en ningún otro lugar'. Me parece una frase muy rotunda.
Cambios
–El FICC festeja su 50 aniversario con la mirada puesta en todo lo que ha cambiado en estas cinco décadas en la sociedad, y por ende, en el cine, al ser este un reflejo de la misma. Usted cuenta con más de 20 años en la profesión. ¿Qué encuentra diferente?
–Muchísimas cosas. Lo digital lo ha cambiado todo. En los 90, cuando hacías una prueba, te daban las separatas y tenías que tener a algún amigo con fax, ahora te llegan al móvil. Todos entonces trabajábamos con guion, y ahora abundan las 'tablets'... Recuerdo, ya como si fuera una 'rara avis', el rodaje de 'Tarde para la ira'. Raúl Arévalo quiso hacerlo en super 16 para darle una textura determinada y fue un lío grandísimo porque había que mandar a revelar y positivar todo el material a Rumanía. También las plataformas están siendo ahora determinantes; esto último es algo que está ocurriendo en este mismo momento y no sabemos muy bien dónde va a llegar.
–Decía José Sacristán, y suscriben otros muchos compañeros de profesión, que una de las grandes ventajas de ser actor es poder vivir muchas vidas en una. ¿Para usted también lo es?
–Sí, sí. Pero yo destacaría sobre todo la posibilidad de aprender y conocer. Para preparar 'El reino' hablé con políticos, con jueces, con periodistas..., y aprendí muchas cosas. También es verdad que, en mi caso, como soy plumilla [De la Torre se formó en Periodismo y ejerció durante años esta profesión] abordo mi trabajo como un periodista. Para 'La noche de los doce años' [película que relata el largo encierro que sufrieron varios presos, entre ellos José Mujica, durante la dictadura militar uruguaya] me fui a Uruguay varias veces. Quería empaparme de todo... Hace poco me lo decía [el actor] Javier Cámara: tenemos la posibilidad de conocer lugares y vivir unas experiencias increíbles. Y es verdad.
–¿En qué pieles se ha sentido contrariado?
–Los personajes no te marcan, te marcan las películas y las experiencias que vives. Cuando te metes en un personaje es como si fueses tú, y ya no lo juzgas. Si no, no podrías interpretarlo. A mí, 'El reino', quizá por vocación periodística, me interesó mucho, pero también 'Tarde para la ira', y 'Gordos', que me marcó bastante..., no sé si emocionalmente, pero físicamente seguro.
–En 'La trinchera infinita', de Aitor Arregi, Jose Mari Goenaga y Jon Garaño, una de sus últimas películas, se narra una historia de amor y encierro, pero también de miedo a las represalias en el marco de la Guerra Civil. Hoy ese temor a la revancha tiene otros orígenes pero sigue latiendo. ¿Qué haría falta para dejar de convivir con él?
–Que el hombre cambiara, que evolucionara, y que hubiera una verdadera revolución cultural. Como decía Mujica, entender la cultura no como mujeres bailando o pintando, sino como un conjunto de normas para la convivencia con el fin de que cambiara la manera de entender la vida y mirar el mundo.
–Es una meta difícil.
–No lo sé. Somos 7.000 millones de personas en el planeta. Yo hablo por mí... Pensé que no lo iba a ver, pero quizá lo haga: el capitalismo va a caer y lo va a hacer como un castillo de naipes porque no es sostenible. O se acaba el capitalismo o se acaba la humanidad; un sistema cuya premisa es el crecimiento infinito en un planeta que es finito...
–¿Usted a qué le tiene miedo?
–A que sufran mis hijos, como todo padre.
–¿Qué le interesa del cine de hoy?
–Que me cuente algo diferente y me lo crea.
–¿Y qué historias le conmueven?
–No tengo una fórmula. Una de las películas de mi vida es 'Xanadú' [de Robert Greenwald, 1980]; tenía algo que me emocionaba y aún hoy me siguen emocionando sus canciones. Las películas son como una cita a ciegas, no sabes nunca lo que te vas a encontrar.
–Estará el próximo sábado en Cartagena, ¿qué le apetece?
–A Cartagena voy como al cine, con el alma abierta para que me sorprenda.
Una gala para recordar la historia del festival y de España
Con Antonio de la Torre el Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC) recupera el homenaje que el certamen dedicaba en anteriores ediciones a diferentes personalidades de la industria cinematográfica de España. El galardón reconoce la amplia producción del actor, así como su exitoso currículo, en el que figuran dos premios Goya. De la Torre recibirá su distinción este sábado en la gala de clausura de la 50 edición del certamen, en la que también se reconocerá, con el Premio a la Difusión Cinematográfica, al programa 'Secuencias en 24', del Canal 24 horas, dedicado a acercar el cine a todos los públicos, con especial interés en los trabajos de cine clásico. Durante la velada, que tendrá lugar en el Auditorio El Batel de Cartagena a partir de las 20.00 horas, también se darán a conocer los premios de las secciones oficial de cortometrajes y Murcine, entregados por el jurado oficial y la Plataforma de Nuevos Realizadores (PNR), así como los premios del jurado joven y del certamen de cortos Jóvenes Aficcionados.
Entregados los galardones se proyectará la película 'Pensar / Clasificcar', del productor audiovisual, gestor cultural y coordinador de proyectos, Alberto Bódalo Valcárcel. En ella, Bódalo realiza un recorrido por los últimos cincuenta años de la historia de España a través de los archivos del festival, cuya 50 edición arranca oficialmente hoy.
La gala de inauguración está prevista igualmente a las 20.00 horas en el Auditorio El Batel, y en ella se proyectará la cinta 'El amor en su lugar', de Rodrigo Cortés. Las entradas para ambos eventos se pueden adquirir en la taquilla del Auditorio El Batel o a través de la página web del FICC (www.ficc.es).
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