Llega el final de la saga 'Padre no hay más que uno'
Brad Pitt vuelve en plena forma pilotando 'F1: la película', donde Javier Bardem es el meme de un villano de James Bond
Los estrenos de este viernes, como la amnistía, son traviesos. Tenemos la tomadura (entrañable) de pelo de cada año de Santiago Segura, tenemos el trampantojo ... de hacernos creer que Brad Pitt tiene veinte años y tenemos una mentirosa gamberrada tecnológica. En las antípodas físicas del querido Brad se encuentra Santiago Segura. Pero el de Carabanchel le gana de calle en el olfato para los negocios, para los que tiene más suerte que Ábalos para las empleadas de hogar. Por eso descubrió hace tiempo que el cine familiar era un filón y está explotándolo al máximo, en esta ocasión por quinta vez en 'Padre no hay más que uno 5: nido repleto'. Sigue los pasos de todas sus antecesoras y por eso es tan previsible como comerte un menú Whopper, tan cómoda como el primer día de vacaciones, y tan entrañable como revisar un álbum de fotos. Por todo eso es tan irresistible para la taquilla (56 millones recaudados por la saga) como una hamaca a la hora de la siesta.
Los atribulados padres encarnados por Santiago Segura y Toni Acosta, vuelven a bregar con una pléyade de niños et. al., por donde se cuelan personajes divertidas como los de Silvia Abril, Loles León o Leo Harlem. Las situaciones ya las conocéis, e incluso algunos chistes, pero si os gusta el humor blanco (o simplemente ya no sabéis que hacer con los críos sin clase) tendréis cien minutos con el cerebro en modo avión. Si además tus gustos son tan eclécticos como un acuerdo de la OTAN, puede que hasta lo pases bien.
Si visteis 'Top Gun: Maverick' (2022) os podéis ahorrar 'F1: la película', a no ser que seáis un@s rendid@s admiradores, como mi sobrina, del sesentón Brad Pitt (que disputa a Tom Cruise el título del Dorian Grey del siglo XXI). El director es el mismo que aquella, y también trata de una veterana leyenda de algo con ruedas que vuela (o casi, como un coche de carreras), que debe volver a la pista (de aterrizaje o de circuito) para dar una lección al mundo. Como en aquella, el macarrismo se encuentra en cada plano y hará las delicias de tuneadores, poligoneros y rapeadores. Todo funciona visualmente como un juego de la PS5 (tiene la misma profundidad argumental), sacándole el mayor partido al verismo de haber rodado en las competiciones reales de Fórmula 1, y a un Javier Bardem que es el meme de un malo de James Bond. Definitivamente el ego de la película extiende cheques que su resultado no puede pagar.
La última película de hoy es una trastada de niño pequeño. 'M3gan 2.0' es la secuela de otra del mismo título de hace un par de años donde una robot, un cruce entre Barbie, una muñeca hinchable y Chucky, se dedicaba a dejar lo que la rodeaba como una centrifugadora nuclear iraní tras las bombas. En esta segunda parte su creadora, que la había destruido, tiene que volverla a montar para poder combatir a una amenaza peor, así que la mala se hace buena como pasaba con el T-800 en 'Terminator 2'. El terror de la primera se convierte en esta en un episodio de Mazinger Z (siento la referencia 'boomer'), pues desaparece la parte de miedo y se queda la acción y la aventura. Conserva ligeramente el salvajismo y es desacomplejada, pero no tan irreverente como la anterior.
***
Nadie es perfecto y por eso hubo un tiempo el que cine no existía. La primera película rodada en España es de 1899, y se titulaba 'Salida de misa de doce del Pilar de Zaragoza' (significativo que fuera ese el tema y en Francia en cambio 'La salida de la fábrica Lumiere de Lyon', toda una muestra del carácter religioso y laborioso de cada país). Para conmemorar el evento, 125 años después se exhibe ahora una recreación filmada en el mismo sitio y en el mismo día del 2024. Una maravillosa iniciativa para hacer presente nuestro pasado. No puedo acabar sin citar a aquel pionero, el primer director del cine español, que fue Jimeno Correas. Lo merece.
Que tengáis una semana de cine.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión