La 'Caza de brujas' de Julia Roberts
Una Palma de Oro y una adaptación de Stephen King en los estrenos de este viernes
Diane Keaton, una de las personalidades más singulares del cine, se ha ido esta semana, helándonos la sonrisa a los cinéfilos, a los vendedores de ... chalecos y a los escritores de amables comedias de la tercera edad. Para compensar tenemos a Julia.
Julia Roberts es la estrella de la nueva de Luca ('Call Me by Your Name) Guadagnino, 'Caza de brujas', una incursión en tierras amargas que no ha solido frecuentar este realizador de la sensualidad. Aquí se mete en el endogámico mundo de las elitistas universidades norteamericanas donde un caso de presunto acoso puede llevar a la cancelación de un inocente o a la caza de un culpable, aunque tenga la amable cara de Andrew Garfield. La protagonista, con honestos dilemas, tiene tantas dificultades en creer la denuncia como Sánchez en felicitar el Nobel a María Corina Machado.
Es más una reflexión moral que una investigación criminal, un cuestionamiento de lo que es y no es correcto de la mano de un realizador que sabe diseccionar (siempre lo hace muy bien) un microcosmos con sus enormes miserias.
Los productores de la franco-iraní 'Un simple accidente' no recaudarán miles de «chistorras» pero quizás se hagan con el Oscar, pues su Palma de Oro en Cannes y su director, Jafar Panahi, torturado por la teocracia persa, parecen buenos avales para lograrlo. Es un drama que habla de un encuentro casual que desencadena que sus protagonistas perpetren un secuestro tan esperpéntico como el de 'Fargo' (1996) (ya sabéis, aquello del aleteo de una mariposa que destruye el universo). Pero lo mejor es que en medio del relato desabrido de la kafkiana dictadura de los ayatolas, encontraremos rasgos de humor como los que vimos en la compatriota 'Mi postre favorito' (2024).
En las antípodas de la amargura de la aún en cartel 'La tregua', Manuel Gómez Pereira coge el capote del Berlanga de 'La vaquilla' (1985) para hacer una desenfadada comedia sobre las dos Españas machadianas. La premisa de 'La cena' es que un Franco victorioso decide montar un ágape con sus gerifaltes en un restaurante donde todo es ruina y en la que sus empleados están presos por rojos. El oficial interpretado por Mario Casas (no os preocupéis, cumple el contrato y sale sin camisa) debe conseguir que sea un éxito, y lo debe hacer con la colaboración del receloso personaje encarnado por Alberto San Juan. Ucronía a lo 'Malditos bastardos' (2009) y planes de fuga a lo 'Evasión o victoria' (1979) se mezclan con acierto.
Stephen King ha tenido sus mejores adaptaciones cinematográficas en películas que no son de terror (la entrañable 'Cuenta conmigo', la estupenda 'Cadena perpetua', la sobrevalorada 'La milla verde'), como si una de las maldiciones que pueblan sus historias pendiera sobre sus textos de miedo. En 'La vida de Chuck' se repite este esquema, con una película sobre un planeta Tierra que ha caducado, pero que nos narra cómo se puede mantener la alegría y el amor hasta en esos momentos, incluso bailando. El Aranzadi se queda corto comparado con las innumerables buenas críticas que ha cosechado.
Todos conocemos la parte siniestra de los cuentos (el lobo ahogado con piedras, la sirenita muerta de amor, los siete cabritillos devorados), pero en la noruega 'La hermanastra fea' se le da una vuelta de tuerca al de Cenicienta, como si a la versión Disney se le pusiera un filtro gore. Un juego de terror y comedia con más componentes sanguinolentos que la paz en Gaza.
'Exit 8' es el último videojuego que se pasa al cine para compensar el desierto de Gobi en que se ha convertido la inventiva de los guionistas. Aquí una persona queda atrapada en un bucle del metro y salir de allí, y lo que tiene que hacer para conseguirlo, es el motor de la historia (vamos, un tirabuzón vital que viene a ser como cualquiera de nuestras vidas).
Que tengáis una semana de cine.
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