César Pacheco y el doctor Ricardo Robles se llevan las grandes ovaciones en Calasparra
La segunda novillada con picadores de la Feria del Arroz registra tres cuartos largos de entrada, pero acaba sin trofeos
Francisco Ojados
Calasparra
Viernes, 5 de septiembre 2025, 00:56
El festejo tenía como gran atractivo la vuelta al ruedo calasparreño del novillero mexicano César Pacheco, que en la feria del año pasado sufrió una ... gravísima cornada en el cuello de la que salió con vida gracias a la eficaz actuación de los banderilleros que le condujeron a la enfermería y a la pericia del equipo médico que dirige el doctor Ricardo Robles. De esta manera comenzó la tarde de forma emotiva con el público en pie y con gritos de «¡torero torero!» para recibir al novillero mexicano que tuvo que saludar al romperse el paseíllo. La otra gran ovación la recibió el equipo médico de la plaza cuando Pacheco los invitó al ruedo para brindarles su primer toro. Su segundo lo brindó al público.
Ninguno de los dos astados que le correspondió en suerte dio opciones de triunfo, dentro de una novillada complicada y sería de Juan Luis Fraile mala en conjunto. Pacheco saldó su paso por Calasparra con silencio en su primero y silencio tras aviso en su segundo.
Las otras dos ovaciones de la tarde las saludó Mariscal Ruiz tras dar muerte a los dos novillos de su lote. El sevillano entró en la novillada en sustitución de Gonzalo Capdevila. Dentro de lo que fue la novilla, Mariscal sorteó el mejor lote. El primero se dejó sin más y el cuarto, novillo con volumen, dio importancia a lo que se le hizo. A ese toro Mariscal le enjaretó un ramillete de chicuelinas en el saludo. Recibió un fuerte puyazo el de Fraile, que luego, en la muleta embistió en un vistoso inicio por alto del sevillano y en dos tandas ligadas por abajo qué tuvieron importancia. Fue a menos el novillo, manteniendo la actitud el novillero que perdió el trofeo al pinchar antes de la estocada.
Debut de Julio Alguiar
Hizo su debut en España el peruano Julio Alguiar, que se enfrentó a dos novillos muy complejos. Su primero de imposible lucimiento, por genio y por salir siempre de la suerte con los pitones por encima de estaquillador.
El sexto fue aplaudido de salida por su presencia. Romaneó al caballo de picar en los dos puyazos que recibió y ovacionado fue el picador, Samuel Esquivel. Saludó Alberto Carrero en banderillas, y brindó Alguiar a Fernando Cámara. Tuvo importancia el novillo, exigente para un torero tan nuevo. Lo intentó el muchacho, que sufrió algún susto y terminó aburriendo. Silencio en su lote fue su balance.
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