Otra vez ella, otra vez Carmen Machi
Continúa su idilio con el público murciano y vuelve a poner el Romea en pie tras representar 'Nuestros actos ocultos'
Otra vez ella. Lo mejor del montaje de 'Nuestros actos ocultos' es Carmen Machi. No hay forma, ni siquiera extraterrestre, de que no deje huella ... en todo escenario que pisa; en esta ocasión, y de nuevo tras la impactante 'Prostitución' que dirigió Andrés Lima, y a cuya representación el público asistió todavía con mascarilla, en el Romea, que este sábado registró un lleno de lujo. El idilio del público de Murcia con la actriz arranca de lejos, y se selló definitivamente en 2012, cuando protagonizó en el Teatro Circo Murcia (TCM) una función histórica, con una de las ovaciones más interminables que se han escuchado tanto en el TCM como en el Romea. Fue con un monólogo de Miguel del Arco, 'Juicio a una zorra', centrado en el personaje de Helena de Troya y que ella encarnó como poseída por el espíritu de todos los grandes personajes de 'La Iliada'. El público la aclamó como a una diosa.
A Carmen Machi la hemos visto dar vida también a una Lady Macbeth traída a nuestros días, a la mismísima Martha de '¿Quién teme a Virginia Woolf?', a víctimas de la prostitución que te encogían el alma... Nos ha hecho reír y nos ha hecho llorar con la misma aparente naturalidad, que es consecuencia directa de su maestría como intérprete. Sus representaciones asombran por la generosidad de su entrega, por la composición de personajes cuidados hasta en los detalles casi imperceptibles, por su capacidad para cautivar, para entusiasmar y, también para cuando es preciso, dejar al espectador demolido. En ocasiones despliega una fuerza devastadora, y en otras un encanto, una magia o una ternura que se pueden hasta morder. Hay actuaciones suyas que, cuando terminan, dejan el escenario convertido en un campo de batalla, mientras el público abandona el teatro con la sensación impagable de llevarse un tesoro en la memoria.
ASÍ FUE
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Obra, autor, dirección 'Nuestros actos ocultos'. Lautaro Perotti, autor y director.
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Intérpretes Carmen Machi, Macarena García, Santi Marín.
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Escenografía, iluminación Elisa Sanz, Gómez-Cornejo.
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Representación Teatro Romea de Murcia, sábado 9 de marzo de 2024.
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Calificación Interesante.
'Nuestro actos ocultos' es una obra escrita por el argentino Lautaro Perotti, a quien vimos hace unos años en el TCM, en su faceta de actor, espléndido interpretando 'Próximo', una celebrada obra de Claudio Tolcachir en la que se repartía el protagonismo con Santi Marín, quien ahora, precisamente, comparte escenario con Carmen Machi y Macarena García; la delicadeza con la que se tratan ambos actores jóvenes es un contrapunto a la aspereza que derrocha esa madre que tampoco deja nunca de ser un misterio. La historia la presenta ella, a su hija y al joven adoptado al que ambas quieren mucho más de lo que se quieren la una a la otra. Cuando la madre le dice a su hija, en dos ocasiones y en mitad de un silencio de acero, '¡Vete a la mierda!', el escalofrío que recorrió palcos y butacas casi pudo escucharse.
El argumento, según Perotti: «Azucena no termina de aceptar su temprana enfermedad, pero esto no le impide acudir junto a Patri –un fiel acompañante– a la llamada de su hija Elena, responsable de un trágico acontecimiento, para huir en un viejo auto por las carreteras perdidas del país. Lo que comenzó como una huida desesperada, con las horas se trasforma en un encuentro profundo entre personas que se necesitan, pero no se conocen. Y que los llevará a hacer cosas inesperadas». Y tanto que harán cosas inesperadas, y tanto que se necesitan aunque no se comprendan, se culpen de sus males, se nieguen todo afecto, se dañen con el verbo, y se comuniquen con un humor negro, ácido, violento, que golpea.
Cadáver
Cuando acuden a la llamada de socorro de Elena, junto a ella está el cadáver de quien fue su marido, ambos tirados en mitad de una carretera perdida, aunque no tanto como los propios personajes. La historia de los tres la vamos conociendo a través de constantes saltos temporales –el presente, hace seis meses y hace dos años–, y del retrato de una madre que se va desmoronando, destruyéndose y convirtiéndose en una extraña para sí misma a través del rencor, la decepción, el alcohol y la enfermedad.
A Elena y a Patri tampoco hay que comérselos de vista, porque sobre todo él, el bueno de la película, también sorprenden lo suyo con sus decisiones, algo peliculeras de más. Pero por encima de la historia y los personajes creados por Perotti, así como de su propia dirección del espectáculo –que no llega a ser redondo– sobresale una Carmen Machi de la que no apartas la mirada ni un instante. En los aplausos, ella cogió de sus manos a Macarena García y a Santi Marín y no los soltó ni un instante, negándose a recibir ella sola la ovación del público ni siquiera durante unos segundos.
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