Carlos Alcaraz, a un paso de su sexto Grand Slam tras un US Open sublime
El murciano, en el mejor momento de su corta pero colosal carrera, se verá las caras hoy con Sinner en un duelo de época en Nueva York
Enric Gardiner
Domingo, 7 de septiembre 2025, 07:37
Carlos Alcaraz puede lograr este domingo, a partir de las 20.00 horas, lo que no ha logrado nadie en la historia. Ganar el US ... Open sin perder un set. Es el primer tenista desde Roger Federer en 2015 en alcanzar la final en Nueva York sin ceder un parcial y tiene ante sí el desafío de convertirse en el sexto hombre en la historia en conquistar un Grand Slam de forma perfecta.
El reto, eso sí, es mayúsculo porque vuelve a verse las caras con Jannik Sinner, como en Roland Garros y Wimbledon. Desde Rafael Nadal y Novak Djokovic en 2011, dos tenistas no se enfrentaban en tres Grand Slams consecutivos. Desde 2002 no había cuatro finales de Grand Slam sin Federer, Nadal o Djokovic. Los tiempos han cambiado.
El triunfo de Alcaraz ante Djokovic en tres contundentes sets puede marcar el fin del serbio, que se ha dado de bruces este año con la realidad de que, pese a llegar a las cuatro semifinales en Melbourne, París, Londres y Nueva York, no le da para el último paso. «Son demasiado buenos», reconoció Djokovic, que horas después comprobó cómo el resto del circuito, es decir, esta vez encarnado en Felix Auger-Aliassime, tampoco puede con el nuevo 'Big Two'. El canadiense, batallando y ganando incluso un set, cayó ante Sinner y dejó lista la final que todo el mundo esperaba: Alcaraz contra Sinner.
El número uno en juego
Será el duelo número 15, el segundo en Nueva York después de los cuartos de final de 2022, cuando el murciano salvó un punto de partido camino de su primer Grand Slam. El quinto duelo entre ellos del año (3-1 para Alcaraz) y la séptima final (4-2 para Alcaraz). Si gana Sinner, igualará los cinco grandes de Alcaraz, pero si gana el murciano, se colocará 6-4 con dos de ventaja. El ganador, además de embolsarse el mayor premio en la historia de estos torneos, 4,2 millones de euros, será el número uno del mundo. Si lo consigue Alcaraz, que no reina desde junio de 2023, será muy difícil que lo pierda este año.
Es el partido definitivo, con el aliciente de la final que remontó Alcaraz en París y la venganza que se cobró en Wimbledon el de San Cándido, que no pudo competir en el aperitivo que fue el Masters 1000 de Cincinnati, donde un virus cercenó sus posibilidades a los cinco juegos. A esta final no viene exento de dudas y tuvo que requerir de ayuda del médico en su semifinal ante Auger-Aliassime.
«No ha sido nada grave», aclaró Sinner. «He notado un tirón después de un saque. Me trataron y estuve mucho mejor. No hay nada de lo que preocuparse», agregó el campeón este año en Australia y París. Para Alcaraz, la final no podría llegar en mejor momento, sin dudas el mejor de su carrera. Ha llegado al partido por el título en los ocho últimos torneos que ha jugado, ganando cino (Montecarlo, Roma, Roland Garros, Queen's y Cincinnati) y perdiendo dos (Barcelona y Wimbledon). Desde que cayera en marzo en Miami contra David Goffin y se fuera de vacaciones con su familia a Cancún para reiniciar, no ha faltado a la ceremonia de trofeos en cada uno de los eventos que ha jugado.
«Estoy trabajando mucho en la consistencia en los partidos, en los torneos y en todo el año en general. En no tener subidas y bajadas. En tener un nivel al empezar el partido y mantenerlo. Es algo que estoy haciendo en este torneo. Creo que es que estoy madurando. Sé lo que necesito en la pista y fuera de ella. Creo que lo estoy haciendo muy bien», reconoció el de El Palmar.
El consejo de Federer
Dentro de esta madurez, Alcaraz se acordó, tras la victoria ante Djokovic, del consejo que le dio Federer. «Me dijo que no hay que pensar en cuando tengas 35 ó 38 años, en si vas a seguir jugando con esa edad. Me dijo que me tengo que centrar en los próximos cinco años, de aquí a que tenga 27. Y cuando tenga 27, en los cinco siguientes. Trato de seguir esas palabras», admitió Alcaraz, el quinto hombre en la historia en alcanzar siete finales de Grand Slam con apenas 22 años.
En los seis partidos que ha jugado en Flushing Meadows solo ha perdido 58 juegos, es decir, una media de tres por set. A Sinner, sin embargo, nunca le ha ganado en tres mangas. Sus partidos, ya fueran en París, Londres o el ya citado hace tres años aquí, siempre se han ido a cuatro o cinco sets. Se anticipa una final histórica, una más de la rivalidad que se ha llevado por delante los días de Nadal, Djokovic y Federer, y Alcaraz manda un aviso: «No estoy a mi máximo nivel, aún tengo margen de mejora».
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Alcaraz: «Es muy bueno para el tenis que Trump esté en la final»
La final del US Open de este domingo no podía ser más atractiva, pero contará con un aliciente adicional: la presencia de Donald Trump en la pista Arthur Ashe, la central de Nueva York. Tanto la Casa Blanca como la organización del torneo confirmaron este viernes que el presidente de EE.UU. vendrá a Nueva York para ver uno de los mejores espectáculos posibles hoy en día: la próxima entrega de la rivalidad que domina el tenis, Carlos Alcaraz contra Jannik Sinner.
Trump sabe que es una decisión de riesgo para su imagen pública. Es probable que, si la organización proyecta su imagen por la pantalla gigante, el público neoyorquino le reciba con bronca. Nueva York es una ciudad que vota demócrata y por mucho seguidor de Trump que también haya en las gradas, lo más probable es que se escuchen más los silbidos y abucheos que los aplausos.
No será Alcaraz quien se sume a ellos. Ya se había confirmado la visita de Trump para cuando el jugador murciano compareció en la rueda de prensa, tras la victoria ante Novak Djokovic que supuso el billete a la final. «Es un privilegio para los torneos que vengan los presidentes de cada país para apoyar el torneo, apoyar el tenis, apoyar el partido», dijo el murciano. Añadió que tratará de que la presencia de Trump y de todo lo que le rodea no le despiste, no le ponga nervioso. «Pero pienso que es muy bueno para el tenis que el presidente esté en la final», insistió.
Para Trump, venir a Queens, el distrito neoyorquino donde está Flushing Meadows, el escenario del US Open, es volver a casa. El ahora presidente se crió en Jamaica Estates, un barrio en Queens a quince minutos de donde está el torneo y todavía más cerca de donde se celebraba cuando él era niño, en Forest Hills. De hecho, el colegio al que acudió está muy cerca de ese parque.
Tenis y golf
Trump ha sido un aficionado al tenis toda su vida. Le ha gustado practicarlo aunque ahora -a los 78 años- opte siempre por el golf. Pero antes de desembarcar en política, como 'celebrity' de los negocios y de la televisión, era un fijo todos los septiembres en Flushing Meadows. La última vez que vino fue en 2015, tres meses después de haber anunciado su candidatura a la presidencia para las elecciones de 2016, las que le llevaron a la Casa Blanca por primera vez. Para entonces, ya había dicho aquello de que los inmigrantes mexicanos eran criminales y violadores y había dinamitado las primarias republicanas con su estilo rupturista de hacer política. Cuando le mostró la pantalla gigante, en un partido entre las hermanas Serena y Venus Williams, se llevó una pitada sonora.
La visita de Trump se enmarca dentro del creciente gusto del presidente de EE.UU. por aparecer en grandes eventos deportivos. El US Open quiso aclarar en un comunicado que la organización no había invitado a Trump y que acudirá invitado por un cliente que tiene un palco.
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