Sumisión delictiva
Hay veces que la denominación de las cosas no responde exactamente a lo que se pretende describir. La Química es la disciplina o rama del ... saber, más íntimamente relacionada con la vida, como con todos los procesos en los que intervienen moléculas, que son todos los conocidos, porque el mundo material está estructurado en moléculas, más o menos complejas, que son agrupamientos de átomos que le confieren las propiedades. Todo tiene que ver con las moléculas. Todo es objeto y sujeto de la Química. Solas o agrupadas, las moléculas confieren las propiedades que atribuimos al mundo material.
Siendo así, sorprende que haya surgido la distinción entre natural y artificial o nocivo, aplicando el término químico al segundo. Incluso se perfila un plural, químicos, despectivamente aplicado a lo poco deseable. Las operaciones de marketing, que tienen por objeto dar a conocer, incluso adoptar cosas como ventajosas, en un mundo cada vez más mercantilizado, han sido muy efectivas en este caso. Se ha generalizado el uso despectivo de químico, incluso «químicos» para indicar prácticas poco saludables o indeseables. Se comete un error de envergadura cuando se adopta esta significación, por cuanto se ignora que una fruta llega a nuestras manos, gracias al desarrollo de muchas reacciones químicas que la configuran, al igual que la relación amorosa de dos enamorados, se da, gracias a un entramado de reacciones químicas, en las que las moléculas son las que configuran esos estados. Tan químico es un buen vino, desde las reacciones primarias implicadas en el crecimiento de la uva, como las fermentaciones posteriores o las reacciones evitadas en el tapón o en la botella, que permiten una degustación placentera.
Claro que el uso que se hace de las cosas es determinante. Ocurre con la energía nuclear y con el uso de las cosas que denominamos «naturales», porque tan natural es la miel que producen las fabriles abejas, como la molécula de alcaloide, la estricnina, que descubierta en 1818 por los franceses Bienaimé y Pelletier ya se empleó para matar vertebrados, desde perros hasta aves en Europa en 1640 y bautizada como Haba de San Ignacio, por los jesuitas filipinos que se lo dedicaron a su fundador, cuando lo dieron a conocer con fines terapéuticos como tónico, estimulante digestivo y de la líbido, aunque en dosis elevadas es una planta mortal.
Las drogas tienen su vertiente positiva, aplicadas convenientemente o pueden usarse de forma delictiva, no solo por la prohibición de ingesta, sino por afectar a terceros contra los que se usa para anular su voluntad, sin consentimiento. Lo sorprendente es que a este acto se le denomine sumisión química. Ciertamente, la consecuencia de la administración de una droga para lograr anular o disminuir la voluntad de la víctima y abusar sexualmente de ella o cometer cualquier otro delito imaginable, dado que pierde la conciencia y la voluntad, tiene por objeto desde robo hasta abuso, cabe cualquier cosa. Son sustancias incoloras, inodoras e insípidas, con lo cual no se percibe nada raro al ingerirla, ya que el café o el 'cubata' sigue sabiendo como siempre, tienen una acción rápida, unos cinco o seis minutos, para anular la voluntad durante entre 2 y 6 horas, se eliminan por la orina con facilidad y no dejan rastro y son difíciles de detectar, por tanto. La amnesia subsiguiente, no permite recordar los hechos que suceden bajo su acción, ni siquiera los rasgos del agresor. Se les suele denominar drogas de Club, por ser las propias de consumo en estos lugares. La escopolamina es una que cumple ampliamente estos rasgos. Ya se empleó en la antigua Roma, como «elixir de amor». Hoy se le conoce como burundanga, beso del sueño, aliento del diablo, etc. Los mecanismos de suministro son por vía oral, respiratoria y algo la cutánea y abrazos, besos, bebidas, aerosoles, comidas y un largo etcétera.
Independientemente del aspecto legal de la sumisión delictiva hay que alertar de las dificultades de identificar que se ha sido objeto de este execrable acto de anulación de la voluntad. Jóvenes o maduros con objeto de robo, por ejemplo. Solo la prevención, las precauciones ante desconocidos o 'amigos' que suministren por alguna de las vías propias de la diversión que comparte comida y bebida, contacto o proximidad de desconocidos, pueden evitar las deplorables conductas de algunos desalmados. Reparen que su obtención es muy fácil. Ya pueden imaginar cómo.
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