Palabras
Las palabras no son solo combinaciones posibles de las letras del alfabeto. Algunos pueden pensar que no todas las combinaciones, pero si las resultantes de ... aplicar algunas reglas que las seleccionen entre las posibles. El debate ha pretendido enfrentar a la imagen con las palabras y hay toda suerte de enunciados que lo revelan. Aquello de «una imagen vale más que mil palabras», por ejemplo, se mantiene en el tiempo, aunque la experiencia vital se circunscriba a elementos que hayan captado nuestra atención momentáneamente. En muchas áreas de la Ciencia, el interrogante surge en torno a si es posible formular símbolos sin el concurso de palabras. En el fondo el interrogante es si los conjuntos de símbolos constituyen una lengua, como afirmara Gibbs en la segunda mitad del siglo XIX. No fue el primero, ya que en 1523 Galileo ya refería que el Universo podía ser leído cuando hubiéramos aprendido su idioma y estuviéramos familizarizados con los símbolos en los que está escrito y concluyó con una afirmación rotunda que ha llegado a nuestros días, que estaba escrito en lenguaje matemático.
Si cualquier conjunto simbólico, y también el de las matemáticas, constituyeran una lengua, qué duda cabe que no tendrían dependencia de cualquier otra, al ser independiente de ellas. Si tomamos la notación musical, se lee por cualquier músico iniciado en el solfeo, es decir, cualquier iniciado es capaz de leerla; no precisa recurrir a las palabras. Por analogía, cualquier rama de la Ciencia y, en especial, las Matemáticas debería permitir su comprensión sin recurrir a las matemáticas. Reparemos en que las palabras motivan las imágenes en nuestra mente y viceversa. En todo caso, se mantiene el interrogante de si pensamos en imágenes o en palabras. Unos responderán, como Einstein, que pensaba en signos e imágenes y para muchos otros el uso exclusivo de imágenes es una limitación severa.
Las palabras transportan imágenes entre mentes, lo que otorga una importancia extrema a aquéllas. Como alternativa a la frivolidad con la que hoy día se generan palabras carentes de imagen, probablemente porque la publicidad quiere generar nuevas representaciones inéditas, para no partir en desventaja y para diferenciarse del lenguaje usual, como apuntara von Newman, cuando aconsejó a Shanon la conveniencia de que usara el término entropía en lugar de incertidumbre, aduciendo dos razones, una que incertidumbre ya se usaba en Mecánica estadística y otra que, como nadíe sabía lo que era la entropía, llevaba ventaja en cualquier debate. Como apunta Silver, es indicador de la importancia de los términos para designar ideas. Un término reconocible, aunque no del todo se comprenda, pero permite una asociación que incita a la empatía con el término, que acerca el concepto y facilita su interiorización.
Los acrósticos no suelen significar nada como palabras, salvo que estemos iniciados en el contenido que encierran. En Ciencia son muy usuales, en gran medida por el origen anglosajón que economiza hasta letras, al margen del significado. Por el contrario, los términos perdurables encierran hasta el sentimiento que tenemos sobre el concepto. No hay nada más eficaz que atrapar la imaginación del público, en una palabra. Se requiere tiempo para que un término seinstale en el imaginario público;lo que tarda en excitar la imaginación colectiva. Aquí ayuda la imagen.
Los símbolos proceden de las palabras mediante evolución de aquéllas. Según Silver, Nesselmann en el siglo XIX apuntó tres etapas: retórica, sincopada y simbólica. El signo de la resta es un buen ejemplo, que partió del empleo de la palabra menos, pasó a representarse con una m con una barra encima m̅ para terminar quitando la letra y adoptando el signo que conocemos, - ,a raíz de un libro que publicó en 1489 Widmann, en el que textualmente decía «lo que – es, es menos y + es mas».
Las lenguas de imágenes son frecuentes en Ciencia. Desde los diagramas de Feynmann hasta los pictogramas y pictolenguajes propios de los desarrollos matemáticos, pero inspirados en entornos de la Física y que ayudan a pensar en un ámbito concreto. Los aprendizajes actuales son discursivos y requieren un progresivo y secuencial avance. Nuestro sistema no permite irrumpir en el libro del conocimiento por la mitad. Esto requiere nuevas formas de comunicación no tan limitadas por la gramática. De las palabras a los símbolos y de estos a los pictogramas es una vía de avance, una evolución, que no termina donde nos encontramos ahora, ni mucho menos.
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