Restañar las heridas de un país desgarrado
La situación de la España contemporánea a Isaac Peral era la de una nación que trataba de sobreponerse a la fractura interna y las amenazas externas desde principios del s. XIX
Ángel Gabriel Benzal Pintado y Alfonso Enrique Moya Torres
Martes, 2 de junio 2020, 01:13
Desde la Asociación Cultural Héroes de Cavite vemos una oportunidad en el 125 aniversario de la muerte de Isaac Peral para poner en valor su ... figura, su compromiso con España, su legado y el de muchos científicos e inventores que ha dado el país, como Ramón y Cajal o Juan de la Cierva. El submarino Peral podría haber sido una oportunidad militar e industrial para España, pero los políticos de la época decidieron no apostar por él. No podemos cambiar el pasado pero el presente y el futuro sí. Hoy en día tenemos la obligación de darle la oportunidad a los científicos españoles que han emigrado, para que nos ayuden a construir una España mejor. Como asociación de divulgación histórica, estamos poniendo en valor a través de conferencias (Miguel Ángel López de la Asunción, María Elvira Roca Barea, Javier Sanmateo Isaac Peral, Laura de la Cierva, Fernando Roselló Verdaguer) el legado de nuestros inventores, descubridores y nuestra historia en general, luchando contra la Leyenda Negra.
Es una oportunidad este 125 aniversario de la muerte de Isaac Peral para poner en valor su figura, su compromiso con España, su legado y el de muchos científicos e inventores como Juan de la Cierva
La situación de la España contemporánea a Isaac Peral, era la de una nación que trataba de restañar las heridas de un país desgarrado y enfrentado desde principios del s. XIX. Secuestrada su libertad por Napoleón en 1808, había sabido vencer al ejército más poderoso de Europa pero no a la división interna entre liberalismo y tradición. Tres guerras carlistas sangrientas, pronunciamientos constantes y un intento fallido de República de 1871 a 1873, habían generado el sentimiento generalizado entre la población y sus élites de recuperar el prestigio y la unidad perdida. En ese sentido se podría encuadrar el Régimen de la Restauración y la Constitución de 1876, que ideada por el gran político malagueño y conservador don Antonio Cánovas, había restablecido la concordia con el sistema de 'turnismo', en el que por primera vez y sin pronunciamientos militares los progresistas y los conservadores se alternaban en el poder a raíz de los pactos del 'Pardo' de 1885, a la muerte del rey Alfonso XII.
Único buque del siglo XIX
En materia internacional, la pérdida de las tierras continentales en el nuevo mundo en 1824 había concentrado la defensa de los últimos territorios de ultramar en Cuba, Puerto Rico, Filipinas y las islas Carolinas en el Pacífico. La apetencia de las potencias coloniales en estos territorios se haría patente tras la Conferencia de Berlín de 1885, en la que el canciller alemán Bismarck cuestionó la soberanía de España en el archipiélago de las Carolinas. El conflicto no llegó a producirse gracias a la mediación del papa León XIII y a la presión de Francia, pero dejaba bien a las claras el peligro inminente que se cernía sobre las posesiones de ultramar. La necesidad de hacer frente en tierra a los insurgentes cubanos, liderados por José Martí y Antonio Maceo, y en Filipinas, liderados por José Rizal, se había saldado con relativo éxito. La llamada 'Guerra de los Diez Años' de 1868 a 1878 y más tarde la sublevación del Katipunan en Filipinas se saldaron con la victoria de las fuerzas españolas mediante 'la paz de Zanjón' de 1878. La solución final, solo vendrá de la mano de la intervención de Estados Unidos, que vencerá e impondrá mediante la Paz de París de 1898, la pérdida de Cuba, Puerto Rico, Filipinas, la isla de Guam y el archipiélago de las Carolinas por veinte millones de dólares, con el consiguiente desastre moral y económico para España.
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