La voluntad de Andrés María García Cuevas
LUIS ESCAVY
Domingo, 23 de enero 2022
Conocí a Andrés María García Cuevas (Murcia, 1999) hace ya cinco años. Me encontré con él donde uno suele encontrarse con los amigos, que no ... es en las bibliotecas ni en las librerías, sino en un grupo al que entonces solíamos acudir juntos. Todos los jóvenes tienen momentos difíciles en su adolescencia pero, en su caso, una complicada situación familiar hizo que yo me encontrara con alguien que no parecía tener 16 años: hablaba de la vida, y de la muerte, con una sensibilidad impropia de alguien tan joven y con una conciencia demasiado formada, o demasiado formándose, para alguien que yo suponía tenía que estar pensando en las cosas que se piensan cuando aún no se ha terminado el instituto. Sentí curiosidad, y pronto descubrí que ese chico no solo jugaba al balonmano y salía con sus amigos, sino que también escribía lo que le pasaba por la cabeza y por su cabeza pasaban muchas cosas.
Pensar no es algo malo, pero, cuando uno se sumerge con frecuencia en la identidad y analiza el mundo que vive y las dudas del accidente que es estar aquí, siente la necesidad de desahogar los pensamientos y, para ello, depende de vehículos, como la literatura, que por naturaleza son inestables, y corre el riesgo de comprenderse o de no comprenderse, o de convertirse, mediante el crecimiento, en alguien que no era o que siempre había sido.
Hasta aquí no hay nada raro: quien ha tenido esos años se ha expresado, ha escrito, ha buscado la forma de nombrar los cambios físicos y emocionales que sufre quien empieza a construirse. Fue allí donde empezó a enseñarme sus poemas, que no eran poemas, sino ideas versificadas que manifestaban, si no pericia porque era imposible, sí la intención de un análisis personal del que no creo que él imaginara el destino. Yo, entonces, lo mejor que sabía hacer era leer, y había descubierto algunos libros que me apasionaban y que inmediatamente le recomendé. Así fuimos leyendo a Julio Martínez Mesanza, Antonio Praena, Dionisia García, Jaime Gil de Biedma, Raquel Lanseros, Ángel Paniagua, entre tantos y tantos otros.
'Las ciudades'
Pasados unos meses de aquello, Andrés ya no era el mismo: su voluntad y la asimilación de sus lecturas iba más allá de lo que yo hubiera visto nunca y sus palabras empezaban a formar poemas. Y también empezaba a ser mi amigo; hablábamos, no más de lo conveniente, junto a nuestro amigo Guillermo Marco Remón, de literatura y entre todos nos intercambiábamos textos, además de otras muchas cosas. Después no sé qué pasó. Ni cómo. Yo me encontré, en 2016, a un adolescente que se expresaba y, sin darme cuenta, asistí al prodigio de ver nacer un poeta. Hace pocos días, Andrés María García Cuevas era reconocido por su libro 'Las ciudades' con uno de los accésit del que quizá sea el premio más prestigioso de poesía joven en castellano, el Premio Adonáis, en su 75ª edición. El libro verá la luz en el primer trimestre del este 2022 y los murcianos asistiremos al nacimiento de un poeta que nos dará muchas alegrías.
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