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Paradojas del destino

Una buena novela sobre la figura del inventor Juan de la Cierva

Lunes, 29 de marzo 2021, 20:57

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El doctor De la Cierva Bento, aunque publica ahora su primera novela, no es nuevo en esta plaza. Con anterioridad, hace unos años, ya sacó a la luz una serie de obras, alguna de ellas escrita conjuntamente con el periodista Enrique Morales, entre las que cabe destacar su libro de relatos 'Catálogo de buenos recuerdos', en donde se aprecia ya una importante muestra de lo que aún estaba por venir.

La obra que ahora sale a la luz no es, de entrada, una biografía al uso sobre un viejo conocido de la Región de Murcia –otra cosa bien distinta es que haya sido apreciado y valorado en su justa medida en la tierra que lo vio nacer– que, en su momento, no hace tanto tiempo, adquirió fama en medio mundo por sus conocimientos de aeronáutica y, sobre todo, por ser el inventor del llamado autogiro. El libro es, sobre todo, una obra de ficción en la que su autor emplea una amplia y bien seleccionada documentación, parte de ella hasta hoy inédita, con manifestaciones y testimonios orales que resultan muy valiosos para otorgarle un aire realista. Fernando la Cierva, nieto del personaje que ocupa la atención en estas páginas, no se deja llevar por la querencia hacia el abuelo y procura –aunque no siempre lo logra– mantener la distancia precisa y no dejarse llevar por el corazón, por la fuerza de la sangre, aunque tampoco le hubiera perjudicado demasiado.

'Un invierno en Filadelfia', desde el punto de vista estructural y técnico, es una novela impecable. Y, además, muy bien escrita, con un estilo elegante y pulcro, con una deslumbrante claridad que agradece todo buen lector.

El personaje, don Juan, da mucho de sí. No es tan solo un inventor, a secas. Es un ser humano, de una inteligencia fuera de lo común, inquieto, generoso, modesto y repleto de ideas que no pudieron desarrollarse del todo a causa de ese desgraciado accidente aéreo –paradojas del puñetero destino– que acabó con su vida cuando aún era un hombre joven, apasionado por su profesión.

No faltan los pasajes un tanto polémicos y algo escabrosos en los que el autor alude a la Guerra Civil y a un tema que aún sobrevuela a estas alturas: ¿hasta qué punto Juan de la Cierva ayudó a Franco a conseguir su propósito? Pero estamos ante una novela. Y se trata del desarrollo de un relato que, en cualquier caso, resulta brillante.

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