Noticia del tío Saín
En 1935, poco antes de que estallara la Guerra Civil, Ramón Gómez de la Serna –el divino, el excéntrico, el maravilloso Ramón– sacaba a la ... luz su libro titulado 'Los muertos, las muertas y otras fantasmagorías', en donde recoge ciertos epitafios que son auténticas perlas: «Aquí fray Diego reposa/ que jamás hizo otra cosa».
Casi un siglo después, Paco López Mengual, más ramoniano de lo que parece, aunque sin los gorgoritos, los malabarismos ni las abundantes y atrevidas metáforas del prolífico escritor madrileño que daba conferencias a lomos de un elefante, prestando una especial atención al lenguaje hasta pulirlo como si fuera una piedra de río, publica en Alfaqueque un suculento ramillete de cuentos para meter miedo a chicos, grandes y medianos, por más que el título lo desmienta. Relatos contados, acaso, al amor de la lumbre en noches oscuras, frías y lluviosas de nuestra infancia, y que él, con sumo cuidado, con rigor exquisito, pero, al mismo tiempo, con una generosa dosis de imaginación, recupera para gozo de todos nosotros. Pone en pie, nuevamente, a personajes como el tío Saín y el hombre lobo; y saca a la luz del día a fantasmas y muertos que se levantan de sus tumbas como si tal cosa.
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