Una 'princesa' bañada en plata
Arqueología. La asociación a la figura femenina de las piezas más ricas del ajuar de la tumba 38 de La Almoloya abre un debate sobre si fueron las mujeres quienes dirigieron el antiguo asentamiento de Pliego, hace ahora 4.000 años
Les sitúo. En el verano de 2014, el equipo de arqueólogos de la Universidad Autónoma de Barcelona (UAB) localizó en el yacimiento argárico de La ... Almoloya, en Pliego, una importante y singular tumba. En ella descansaban los restos de un hombre y una mujer que, ya desde el primer momento, los investigadores asociaron con una élite de poder debido a la gran cantidad de objetos de valor con los que ambos fueron enterrados.
Hallados en el interior de una amplia vasija de cerámica sellada con grandes losas de piedra, junto a sus cuerpos se encontraron multitud de piezas de oro, plata y bronce, vasijas y otras ofrendas que dieron a esta sepultura, identificada con el número 38, el sobrenombre de 'tumba principesca'. A ese estatus contribuyó el lugar en el que fue localizada la urna funeraria, enterrada parcialmente en el subsuelo de una gran sala que los investigadores bautizaron como 'parlamento', ya que, por sus dimensiones, con capacidad para reunir hasta cincuenta individuos, y la disposición en todo su perímetro de una estructura que pudo servir de banco, habría estado destinada a la toma de decisiones.
Desde el hallazgo de la citada sepultura, el equipo de arqueólogos liderado por Vicente Lull y conformado, entre otros, por Cristina Rihuete, Roberto Risch, Rafael Micó, María Inés Fregeiro y Eva Celdrán, ha venido realizando minuciosos estudios e investigaciones en torno a los moradores de este antiguo enterramiento y a las piezas que les acompañaban, con el fin de conocer quiénes eran y qué papel pudieron desempeñar en la vida del asentamiento argárico.
Fruto de ese trabajo es el artículo 'Emblemas y espacios de poder durante la Edad del Bronce argárica en La Almoloya', un monográfico sobre el ajuar funerario de la 'tumba principesca' en el que los investigadores aportan los primeros datos sobre la vinculación que mantuvieron ambos individuos, fallecidos entre los 25 y 30 y los 35 y 40 años de edad, respectivamente, y en el que abren una importante línea de estudio al sugerir que pudieron ser las mujeres, y no los hombres, quienes tuvieron poder de decisión en la sociedad de El Argar, hace 4.000 años.
El artículo, publicado la semana pasado por la revista 'Antiquity', que edita la Universidad de Cambridge, se apoya en la riqueza del conjunto mortuorio y, especialmente, en la cantidad y singularidad de las piezas que, en él, están asociadas a la mujer: «Su ajuar –resume el arqueólogo Rafael Micó– es mucho más rico que el del hombre», y de ahí que, entre las conclusiones del estudio, emerja la preponderancia de la figura femenina, al menos, con un carácter emblemático.
Junto a los cuerpos de la pareja argárica, permanecían más de una treintena de objetos, la mayoría de ellos, señala Micó, «elementos decorativos y significativos», entre los que destaca una diadema de plata colocada sobre el cráneo de la mujer. Su forma circular, con un apéndice discoidal, la convierte en una joya especialmente valiosa para los arquelógos, ya que, con estas características, solo se conocen otros cuatro ejemplos, y ninguno de ellos se conserva en España, a pesar de que fueron hallados en yacimientos argáricos de Almería. Existe, señalan los investigadores en su estudio, una sexta diadema, «probablemente procedente de una tumba en el cerro de la Plaza de Armas», en Caravaca de la Cruz, pero realizada «en oro y con un diseño lineal».
Ejemplo de orfebrería
La diadema, «asociada en todos los enterramientos (argáricos) de los que hay información osteológica (estudio del sistema óseo) a la mujer», según recoge el artículo en 'Antiquity', es el elemento más llamativo, pero no el único. La urna funeraria también contenía cuatro dilatadores de oreja de plata y oro, uno de los cuales «especialmente grande, con unos cinco o seis centímetros de diámetro», señala Micó, que debió otorgar a esta mujer «un aspecto único». Su ajuar incluía, además, dos brazaletes, dos anillos –todos ellos de plata–, tres cintas plateadas en espiral que pudieron emplearse como «tocado», un collar con 39 cuentas y un punzón realizado con madera de roble y revestido de plata, que se erige, describen los expertos, «como un notable ejemplo de orfebrería».
Asociados al hombre figurarían, por su parte, un brazalete de cobre, un collar con siete cuentas de piedra y ámbar, otras tres espirales para el cabello, y dos de los dilatadores de oreja, los más pequeños y dorados. Junto a ambos también descansaban tres vasijas, una de ellas, la más pequeña, especialmente llamativa al incorporar dos láminas de plata en toda su circunferencia; así como una daga de cobre con remaches de plata que los expertos no han podido determinar a quién correspondía; y restos de lino y de bovino –«reservado estos últimos para la élite»– que colocan a la 'tumba principesca' «entre los entierros más distinguidos de El Argar».
Para el equipo liderado por Lull la opulencia de la sepultura hallada en La Almoloya en comparación con otras del mismo yacimiento, e incluso de otros enclaves, da cuenta de la estratificación social en la que se dividió la población argárica, y apunta a la existencia de «una cadena de mando jerárquica» que pudo emplear la gran sala bajo la que se halló la famosa tumba como lugar para «la transmisión de las órdenes».
El interrogante, no obstante, que lanza el estudio es si las encargadas de ejercer este poder de decisión fueron las mujeres. «En la sociedad argárica –mantienen los investigadores en sus conclusiones– mientras las mujeres de la élite eran enterradas con diademas, los hombres de la clase dominante eran sepultados con una espada y una daga». Y creen, por tanto los autores del estudio, que «como tales armas eran el medio más eficaz para hacer cumplir las decisiones políticas, ciertos hombres habrían desempeñado un papel ejecutivo, mientras la legitimación ideológica, así como –quizá– el gobierno habría estado en manos de ciertas mujeres».
El artículo publicado por 'Antiquity' es el primero, avanza Micó, de una serie de trabajos que irán saliendo a la luz «en los próximos meses», y que arrojarán luz sobre cómo se organizaban las unidades familiares en la sociedad argárica. De los análisis de ADN antiguo realizados a la pareja de la tumba 38 por el Instituto Max Planck, con el que colaboran los arqueólogos de la UAB, se descarta que tuvieran parentesco biológico, pero sí se ha constatado que fueron contemporáneos –ella murió poco después que él–, que tuvieron una hija común, y que, a su vez, señala Micó, el varón tuvo una segunda niña con otra mujer. Ello, apunta, abre «muchas posibilidades» en torno al tipo de uniones familiares que pudieron existir, un nuevo puzle que tratarán de armar los próximos estudios.
El Museo Ciudad de Mula exhibirá el conjunto funerario
A pesar de ser uno de los mayores tesoros arqueológicos hallados en la Región, el ajuar de la 'tumba principesca' de Pliego es todavía inédito a ojos del gran público. Conformado por más de una treintena de piezas, en su mayoría joyas elaboradas en oro, plata y cobre, el conjunto funerario localizado hace más de seis años en el yacimiento argárico de La Almoloya solo se ha exhibido en una ocasión, y fuera de la Comunidad. En concreto, en Madrid, con motivo de la exposición conmemorativa del 150 aniversario del Museo Nacional de Arqueología celebrada en 2017.
No obstante, está previsto que su muestra en la Región sea pronto una realidad. Será en el Museo de la Ciudad de Mula, donde desde hace meses permanece montada –aunque aún sin apertura al público– la exposición 'La Almoloya. El primer parlamento de Europa'. La muestra está a la espera de que la Consejería de Cultura dé el visto bueno a su inauguración y proceder así al traslado hasta Mula de las piezas que conforman el ajuar principesco, actualmente depositado en el Museo Arqueológico de Murcia (MAM).
En Mula, confirma el arqueólogo municipal José Antonio Zapata, «está todo preparado» para recibir las piezas y abrir la exposición, que también mostrará la urna de cerámica en la que fue hallada la pareja argárica y los restos óseos de ambos individuos.
El traslado, una vez fijado en el calendario, se realizará por una empresa especializada y estará supervisado por varios restauradores. Ya en Mula, se comprobará que las piezas están en perfecto estado y se colocarán en la vitrina preparada para ello.
Paralalamente a la exposición, está también pendiente de inaugurar una reconstrucción tridimensional e inmersiva del yacimiento que se instalará en el Ayuntamiento de Pliego.
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