'La mirada del otro'. Una inmersión en la sociedad
Fotografía. Estudiantes del Grado de Educación Infantil participan en una exposición en la Biblioteca María Moliner de la UMU que aborda el potencial de la imagen para la enseñanza y el aprendizaje
La fotógrafa murciana Rocío Marín Navarro, artísticamente conocida como Rocío Kunst, es la comisaria de la exposición 'La mirada del otro (La imagen como pedagogía ... de la diversidad)', que se podrá ver desde el 1 al 15 de junio (de lunes a viernes de 9 a 21 horas) en la Biblioteca General María Moliner de la Universidad de Murcia. «Hoy más que nunca, la alfabetización visual, es una herramienta esencial para el desarrollo integral de las personas», sostiene la artista y comisaria, graduada en Bellas Artes especializada en fotografía. Esta exposición es, resume Marín Navarro, «el resultado de una aproximación al potencial de la imagen como estrategia de enseñanza-aprendizaje, en la que se plantea una visión de futuro donde las medidas de sensibilización social se encuentren presentes en el sistema educativo a través de la enseñanza artística, permitiendo abarcar cuestiones como la igualdad de género».
Susana Escudero, Celia Pérez, Alicia Escribano, Pablo Buenavista, Carolina del Baño Guerrero, Ana Lorente Soto, Inmaculada Sevilla, Claudia Méndez García, Cristina Isabel García y María Antonio Valero, estudiantes de tercero del Grado de Educación Infantil de la Universidad de Murcia participan en esta propuesta de la asignatura de Dinámica del Lenguaje Visual y Plástico versionando algunas de las escenas más reconocidas de la historia del arte. Entre ellas, 'Narciso' y 'Niño con cesto de frutas', de Caravaggio; 'El sueño de la razón produce monstruos' y 'Saturno devorando a su hijo', de Goya; 'La joven de la perla', de Vermeer, 'El retrato de Margaret Van Eyck', de Van Eyck; 'El hombre desesperado', de Gustave Courbet; 'Viejo ciego con niño', de Picasso; 'La primavera', de Arcimboldo...
En el texto que acompaña la muestra 'La mirada del otro', la comisaria afirma que «el lenguaje, entendido hoy día no solo en palabras sino también en imágenes, ejerce un gran poder de coacción, de interpretación y aproximación a nuestra realidad. Walter Benjamin en 'Pequeña historia de la fotografía' (1931) denomina inconsciente óptico al hecho de que la fotografía aumentó nuestras percepciones del mundo más allá de nuestra capacidad de visión.
Es decir, que gran parte de nuestro conocimiento del mundo depende de la información que recogemos en forma de imagen sin necesidad de la experiencia. 'Los recuerdos visuales que almacenamos son superiores en número a lo que hemos experimentado directamente; fenómeno que con el crecimiento de la cultura de los medios digitales no ha hecho sino aumentar'». Para Marín Navarro, «el poder de la imagen reside en su capacidad de representación de los sujetos, y por ende, de la construcción de las identidades femenina y masculina».
Al respecto, la fotógrafa señala que «el hecho de que la identidad no es algo estático sino que es relacional, determina la construcción de nuestra identidad en función de nuestro entorno, de la forma en que nos presentamos a los demás o nos presentan a los demás. Es por que ello que la forma en que nos identificamos dentro de la iconografía de género creada por la historia de las imágenes influye en gran medida en el desarrollo de la identidad. Un desarrollo no libre, sino coaccionado por el limitado abanico de posibilidades que se nos ofrecen».
«El poder de la imagen reside en su capacidad de representación de los sujetos, y, por ende, de la construcción de las identidades»
Con esta iniciativa queda patente, opina Marín Navarro, la necesidad de implantar «acciones educativas en imagen y feminismo desde las primeras etapas de la vida que eviten la educación sin prejuicios. Por esto, se vuelve imprescindible la formación específica en la imagen. Una educación por medio de la imagen que tenga como objetivo la creación de un sistema de valores ligados al conocimiento y aceptación ante la diferencia, alejando de prejuicios y estereotipos, evitando así la perpetuación de la cultura patriarcal en nuestra sociedad». Incide la comisaria en que «hoy más que nunca, la alfabetización visual es una herramienta esencial para el desarrollo integral de las personas, pues como se refleja en la exposición, nuestra historia visual ha jugado un papel importante en la educación de las personas, ya que estas imágenes ilustran las expectativas colectivas volcadas sobre los cuerpos, dirigiendo y modelando nuestras identidades».
«Estas imágenes confirman las creencias sobre las que se sustentan los actuales roles de género», señala Rocío Marín Navarro
El actual desconocimiento en torno a la lectura de la imagen, incide la fotógrafa y comisaria, unido «a la visión social que tenemos del hombre y de la mujer, y, por ende, de las relaciones va a guardar un estrecho vínculo con la imagen deformada y evocada desde nuestra historia visual, donde se presenta a la mujer como encarnación del sujeto pasivo y al hombre como sujeto activo que buscará la identidad en una masculinidad hegemónica y limitante. De este modo, estas imágenes confirman las creencias sobre las que se sustentan los actuales roles de género, fomentando y normalizando los estereotipos. En definitiva, la inmersión de la sociedad en un contexto plenamente visual ha dotado a la imagen de un gran poder. Así, la imagen presenta un interesante campo de estudio a favor de la educación. De la imagen al hecho». Una mirada al otro imprescindible.
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