La gran voz del ilustre artista tenor Roberto Alagna
Música. Una noche en de ópera con la Filarmónica de París
JOAQUÍN GÓMEZ GÓMEZ
Lunes, 28 de febrero 2022, 21:24
La Philharmonie de París tiene en su Gran Sala Pierre Boulez uno de los grandes espacios escénicos, especialmente diseñado para conciertos sinfónicos, siguiendo la línea ... de la Filarmónica de Berlín, con una capacidad para 2.400 espectadores. Con el coliseo prácticamente lleno, la ilustre soprano Aleksandra Kurzak y su querido esposo, el gran tenor Roberto Alagna, han unido sus voces (14/2/22), para ofrecernos un amplio recital de dúos y arias de opera seleccionados, acompañados de la magnífica Orquesta Sinfónica de Belgica bajo la vibrante dirección de David Giménez Carreras.
Si Roberto Alagna, en su suntuoso recital en la Sala Gaveau, antes de Navidad, incendió de luz y color Les Champs-Élysées, en esta ocasión, como homenaje a San Valentín, patrón de los enamorados, el dúo perfecto en vida y escena de Aleksandra Kurzak y Roberto Alagna llenaron la amplísima sala de pétalos de rosas, consiguiendo un maravilloso jardín operístico, que nos llenó de alegría y de esperanza a través de sus interpretaciones líricas.
Exultante
Comenzaron por el gran dúo de Madama Butterfly, cantado con todo su esplendor, sentimiento y pasión amorosa, ascendiendo al 'do' de forma exultante. Después siguiendo el solo de violín 'Meditacione' de la ópera Thais de Massenet, cantaron su dúo de forma muy natural y llena de sentimiento religioso. En la segunda parte, tras el dúo de Don Carlos con Elisabetha en la cumbre de su explendor, llegó el momento mágico de la noche, con un canto líricoverista «de primo cartello» al interpretar de forma muy extrovertida y con un apasionamiento 'in crescendo', el mítico dúo de Santuzza y Turiddu de la ópera estelar de Mascagni, la famosísima 'Cavalleria rusticana'. Al final echaban chispas. En ambas partes, los grandes intérpretes, cantaron algunas arias. Asi, Kurzak, nos conmovió con su Vissi D'arte de la Tosca de Puccini, expuesta como una auténtica plegaria, natural y piadosa, sin chillar, y colocó en un solo fiato, sobre el agudo 'si bemol', un «messa di voce», como recordando a Caballé, Callas. Después nos llenó de amor con la famosa aria de 'La Wally' de Catalani, que tanto le gustaba al maestro Toscanini. Por su parte, el maestro tenoril Roberto Alagna nos sorprendió cantando el M'appari de la 'Martha' de Flotow, en su idioma original (alemán), cuando siempre lo hemos conocido en italiano y así haber podido gozar de su dominio total de los agudos, especialmente con la vocal 'i'. Su frase final, 'Si, morro', con una 'i' espectacular, hubiera sido como un sueño de viajar al paraíso con emoción sin limites. Luego, en su famoso 'racconto' Cielo e Mar de la Gioconda de Ponchielli, su exposición de la primera parte tuvo la magia de las grandes noches, pero, como Príncipe de Santa Fior en la obra, la segunda parte la cantó de forma aristocrática, ajustándose a la partitura original. Ascendió con brillantez con un Si bemol muy nítido en 'Vieni al baccio', pero no siguió la tradición de ascender de igual forma en el 'Ah Vien, Ah Vien' final, estilo Gayarre, su creador o Bergonzi en el Liceo de Barcelona en 1971, con un bis incluido.
Nos sorprendió cantando el M'appari de la 'Martha' de Flotow en alemán
Ritmo 'molto vivace'
Para los bises, eligieron canciones ligeras o napolitanas que cantaron con gran entusiasmo y brillo, destacando 'Funiculi, Funicula', donde la gran voz del ilustre artista-tenor Alagna, llenó todos los rincones del gran espacio escénico, cuya acústica no esta adaptada para el canto lírico.
La Orquesta, además de acompañar muy bien a los cantantes, interpretó varios intermedios operísticos (Manon Lescaut, Cavalleria, Le Cid) y el preludio de Nabucco realmente brillantísimo y con un ritmo 'molto vivace'.
Un concierto de gran interés, en el que los eminentes intérpretes tuvieron la bondad de posar junto a mí para mostrar el libro 'Grandes momentos líricos II'. Fue una noche histórica, casi de leyenda.
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