Cartagena mantiene su pasión por el cine

El Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC), que este domingo abre su 49 edición -se celebra en formato 'online' (Filmin, Vimeo y YouTube) hasta el próximo día 28-, vuelve su mirada este año a todo ese legado fílmico creado por aficionados al cine, familias y amigos que, más allá de retratar un momento concreto, se constituye en un valioso archivo documental. Y lo hace de la mano de Memorias Celuloides, el proyecto de recuperación de cine doméstico como patrimonio colectivo que impulsa el fotógrafo Salvi Vivancos, y con el que el FICC ya ha colaborado en otras ediciones.

«Estamos viviendo un año muy doméstico», señala la organización del certamen, que, abrazando este concepto, se ha acercado «a ese cine -definen sus responsables- constituido por películas que contienen momentos de la vida diaria y familiar, viajes, rituales privados y eventos públicos; películas que antes se rodaban en formatos de 8 o 16 mm y vídeo, y que hoy se ruedan con un teléfono móvil». Escenas, agregan, que son reflejo de «gente junta, gente viajando, gente celebrando... Imágenes de todo aquello que hasta hace unos meses era normal y, ahora, nos parece lejanísimo en el tiempo».

Con esa idea en el horizonte, la 49 edición del FICC presenta un programa trufado de guiños al cine doméstico: su cartel lo es (está construido a partir de una película extraída de Memorias Celuloides); y su sección documental, 'Europa.doc', también. En ella se incluyen esta edición cinco títulos confeccionados, por completo, a partir de cine doméstico, «un material con un fuerte potencial para la creación cinematográfica que se ha popularizado mucho en los últimos años», defienden desde la organización del certamen, que también ha previsto un taller sobre reapropiación de este tipo de cine y una charla virtual en torno a la creación de vídeo familiar en la que participarán las expertas Irene Gutiérrez Torres, Clara Sánchez-Dehesa y Gala Hernández.

En cuanto a las secciones a concurso, la oficial, Murcine y Jóvenes 'Aficcionados', disponibles en Filmin (gratis para usuarios registrados; 15 &euro una suscripción de dos meses, y 7,99 &euro un mes; también es posible el visionado de títulos individuales), el FICC expondrá trabajos de reflexión social, comedia, cine experimental, documental y drama. Seleccionados entre más de 700 obras, componen un abanico de 31 películas del que saldrán los títulos premiados. Un objetivo que se anticipa reñido por «la extraordinaria calidad de los trabajos presentados», especialmente en la sección Murcine, «con un altísimo nivel», destacan desde el festival.

El resto de propuestas se distribuyen en las secciones Cuento animado y Expresionismo alemán, para el visionado en centros educativos; y 'Rewind', una sección 'nostálgica' que rescata once títulos de otras ediciones.

Marcada por el visionado 'online', la 49 edición del FICC celebrará su gala de clausura también por esta vía. Se retrasmitirá en 'streaming' a través de los canales del certamen en YouTube y de Facebook.

Es todo un honor que me hayan otorgado este premio», dice Manuela Burló Moreno (Cieza, 1978). «Y además en mi tierra», agrega. La directora y guionista ciezana ('Rumbos', 'Cómo sobrevivir a una despedida', y 'Por H o por B', su última producción, entre otros trabajos) recibe este año el Premio del Festival Internacional de Cine de Cartagena (FICC). Con él estrecha el vínculo que hace doce años entabló con el certamen, cuando presentó su primer cortometraje, 'Dolores': una pintoresca conversación en una parada de autobús reconocida con el galardón de la sección Murcine. Después volvió con 'Camas' y 'Pipas', el corto -este último- con el que compitió por el Goya en 2014 y a partir del cual ha dado forma a la ficción televisiva 'Por H o por B', creada y dirigida por Burló Moreno para la plataforma HBO. Se estrenó en julio. «Si pudiera -no se cansa de repetir- viviría del corto», reconoce.

-¿Cómo recibe este premio y qué implica para usted?

-Me hace una ilusión tremenda. El FICC fue uno de los primeros festivales en los que participé con mi primer trabajo y que me premiaron. Pero, además, es un festival de referencia súper valorado y admiro la cantidad de años que llevan al pie del cañón. Es todo un honor que me hayan otorgado este premio y estoy súper agradecida. Es una pena que, por las circunstancias que nos ha tocado vivir, [la entrega del galardón] no pueda ser presencial, pero lo recibo igual de ilusionada.

-De alguna forma, ¿este reconocimiento le hace reecontrarse con sus inicios?

-Sí. Admiro y respeto este tipo de festivales que dan visibilidad al formato corto. Lo he comentado en otras ocasiones: si fuera factible, yo viviría del corto, porque me encanta, y ahora que veo que Almodóvar ha estrenado un cortometraje ['La voz humana' (2020)] y ha obtenido recaudación, sueño con que, ojalá, el resto pudiéramos hacer lo mismo; al igual que hay canciones que duran siete minutos y otras tres, o libros de relatos y novelas, estaría bien poder vivir del corto algún día, sueño con ello.

-¿Qué es necesario para ese cambio?

-No lo sé. Pero sí sé que España es uno de los países con mayor nivel de festivales de cortos, y que gracias a ellos, tanto cineastas como futuros cineastas tienen visibilidad. El cortometraje está, ahora mismo, muy valorado y más vivo que nunca; gracias a él hemos tenido presencia en las últimas ediciones de los Oscar. Este tipo de festivales son necesarios.

-¿Qué le atrapa de las pequeñas historias?

-En mi caso, cuando he hecho un corto no ha sido pensando en realizar después un largo. Simplemente, he tenido una historia corta que solo cabía en ese formato. Desde pequeña siempre me han gustado este tipo de historias y son las que me vienen a la cabeza. De hecho, mi película 'Rumbos' está formada por pequeños relatos que se entrecruzan.

-En julio estrenó 'Por H o por B'. La serie lideró dos meses consecutivos el primer puesto de las ficciones más vistas en HBO.

-Una vez más tengo que darle las gracias al mundo del corto, porque esta serie no existiría de no ser por mi trabajo 'Pipas'. Su éxito fue lo que hizo que se convirtiera en serie y que HBO apostara por esta ficción. Estoy muy contenta con la aceptación y el seguimiento que ha tenido. La serie mantiene todos los elementos del cortometraje, sus protagonistas son las mismas, y hay muchos guiños al corto.

-¿De qué está satisfecha especialmente?

-Ha sido un proceso muy bonito, aunque también muy agotador. Desde que comencé el proyecto hasta que ha visto la luz han pasado cinco años..., ¡y ahora el público lo puede ver en cinco horas! [ríe]. Era también la primera vez que hacía televisión y el viaje ha sido nuevo. Cuando hice 'Pipas' jamás pensé en que se convertiría en una serie para HBO, yo era fan de 'Sexo en Nueva York', 'Girls'... Reencontrarme con Saida Benzal y Marta Martín [protagonistas de la serie] y vivir todo esto juntas también ha sido muy bonito.

-¿Qué le ha gustado de las opiniones que le han llegado?

-Me han dicho que había muchas cosas murcianas y me hace gracia porque la serie está localizada en Parla, que es un municipio a las afueras de Madrid, y en Malasaña, un barrio muy 'hipster', y ahí hay algo autobiográfico. Yo he sido una chica de pueblo que por 'h' o por 'b' acabó en Madrid, en Malasaña, donde viví 15 años. Quise contar ese punto de vista. Siempre digo que todo lo que sé de cine lo sé de la vida, y todo lo que he aprendido, lo aprendí detrás del mostrador de la tienda de ropa de mis padres.

-¿La serie tendrá continuidad?

-Tengo en la cabeza un montón de posibles tramas y hay una ventana abierta, pero todavía no hay nada confirmado.

-¿En qué trabaja ahora?

-Estoy con varios proyectos abiertos, entre ellos mi tercera película, que acabo de terminar de escribir, y de la que no puedo decir más.

-¿Cómo mira a Cartagena?

-El premio es un reconocimiento muy bonito a todo el esfuerzo que he ido sembrando. Han sido seis cortometrajes, dos películas: una por encargo y otra un proyecto personal; videoclips, 'spots' publicitarios, y ahora una serie para HBO. He ido pasito a pasito y he logrado vivir de esta profesión, que era algo con lo que soñaba cuando empecé, y que no ha sido fácil. Me siento muy afortunada y muy agradecida a todos los festivales que, como el FICC, confiaron en mí y premiaron mi manera de ver el mundo. Me emociona este reconocimiento.

Festivales como el FICC, sostiene Gerardo Sánchez (Madrid, 1960), principal responsable del programa de Radio Televisión Española (RTVE) 'Días de cine', «tienen una labor fundamental» en la medida en la que, afirma, aportan visibilidad a las ciudades en las que se desarrollan y permiten, al mismo tiempo, «acercar películas y personajes del mundo del cine a gente que, de otro modo, tendría más complicado poder verlos». 'Días de cine' recibe este año el Premio a la Difusión Cinematográfica del FICC, un galardón que en el caso del formato televisivo guiado por Sánchez distingue, señalan desde el certamen, «su compromiso» en esa tarea de divulgación de la cultura en torno al cine.

Vinculado con el festival desde hace varios años &ndashalgunos de sus miembros han participado como jurado en las distintas secciones a concurso&ndash, el equipo de 'Días de cine', expone Gerardo Sánchez, recibe el premio «con mucha ilusión» y la «pena» de no poder recogerlo, de forma presencial, de manos de Esther Baeza, directora del FICC, y del resto del equipo.

«A pesar de llevar ya casi treinta años, somos un programa humilde; nos ha costado mucho permanecer, seguir ahí y tener visibilidad, por eso cada vez que nos reconocen nos hace mucha ilusión», señala el director madrileño, consciente de que las restricciones sanitarias que han impedido que la 49 edición del FICC se celebre de forma presencial han «acelerado» un proceso -el papel cada vez más protagonista de las plataformas digitales en la distribución de cine en detrimento de las salas-, que ya se venía produciendo, y al que en 1971, trae a la memoria, ya hacía referencia Peter Bogdanovich en 'La última sesión', que «ambientada a comienzos de los 50 hablaba de la desaparición de una sala de cine»: «Por una cuestión emocional, me gustan las salas, pero entiendo que las plataformas ayudan a que la gente que no puede ver cine en sus ciudades, porque no hay, puedan hacerlo».

El programa que dirige Sánchez arrancó su andadura en octubre de 1991 a las órdenes de César Abeytua: media hora de antena para un magacín dedicado a analizar e informar sobre cine. Entonces carecía de presentador, figura que desde 2019 tampoco aparece en su escaleta, pero por él han pasado Antonio Gasset y rostros conocidos como los de Aitana Sánchez-Gijón o Cayetana Guillén Cuervo, encargadas de guiar el formato en plató durante gran parte de los años en los que contó con presentador. La periodista Elena S. Sánchez ha sido su última conductora.El FICC premia, cree Gerardo Sánchez, «una ventana especializada, única quizá, por tradición o años, para quienes les gusta el cine» e «importante para quienes salen en ella». «Cualquier estreno grande o pequeño en 'Días de cine' es muy relevante, porque permite llegar a toda la gente a la que [como creador] querrías hacerlo».