Al margen de que se den reuniones donde se debata sobre el clima y se intenten tomar medidas correctoras, los problemas del clima siguen en ... vigor y, en casos, haciendo estragos. Según el informe Estado del Clima 2024, publicada en BIoScience, cada mes ocurren múltiples desastres relacionados con el clima. Desde el entorno científico hay que insistir en la urgencia de actuar frente al cambio climático y propiciar posibles soluciones.
No es nada nuevo la necesidad de una reducción drástica del empleo de combustibles fósiles, Nos encontramos en niveles record en el consumo de carbón y petróleo. La cuestión derivada es que el fracaso en la reducción del uso de combustibles fósiles conlleva un sufrimiento humano masivo. Olas de calor, inundaciones, incendios y tormentas tienen que ver con los records de temperatura, disminución de la capa de hielo e incremento de las emisiones de gases de efecto invernadero. En la India se han registrado temperaturas superiores a 50 ºC con muertes humanas; los incendios forestales, como los de Chile, mataron a 131 personas; Valencia sigue en nuestra mente con sus 221 fallecidos. El coste en vidas y en dinero de los desastres relacionados con el clima son supermillonarios. Es un ciclo explosivo por retroalimentado: más emisiones de CO2, más calentamiento global, con más incendios y muerte de bosques, que realimentan el proceso. La dura previsión es que la tónica se mantendrá en las siguientes décadas. No parece que las naciones sean capaces de fortalecer los compromisos climáticos, reduciendo la dependencia de los combustibles fósiles y abrazando una transición a energías renovables.
Respuestas
Una encuesta llevada a cabo recientemente a 5.627 personas de once países, entre ellos Australia, Brasil, India, Nigeria y Filipinas, pone de relieve que la gente no quiere que los países en vías de desarrollo se marginen en el debate sobre el cambio climático. El 70% de la gente estaba de acuerdo en que el capitalismo y el colonialismo están aportando elementos de la crisis. Efectivamente, la quema de combustible fósiles, de forma predominante, corresponde a los países más ricos, pero el incremento de temperaturas o del nivel del mar, la degradación ambiental o la inseguridad alimentaria, la sufren de forma más intensa los países en vías de desarrollo. Su capacidad de respuesta es inferior para responder a las alteraciones sobrevenidas.
La «justicia climática» es un enfoque y movimiento que reconoce que el cambio climático no afecta a todas las comunidades por igual. Se centra en abordar las desigualdades sociales, económicas y ambientales que resultan del cambio climático, asegurando que las soluciones propuestas sean equitativas y respeten los derechos humanos. Este concepto destaca que las poblaciones que menos han contribuido a las emisiones de gases de efecto invernadero suelen ser las más afectadas por sus consecuencias. Por ello, la justicia climática aboga por una responsabilidad compartida pero diferenciada. Reconoce que los países desarrollados tienen una mayor responsabilidad en la mitigación del cambio climático debido a sus históricas emisiones; promueve la inclusión de comunidades vulnerables en la toma de decisiones sobre políticas climáticas; busca que la transición hacia una economía baja en carbono no perjudique a los trabajadores y comunidades dependientes de industrias contaminantes, ofreciendo alternativas sostenibles; asegura que las acciones contra el cambio climático no violen los derechos básicos de ninguna población. La justicia climática es esencial para lograr soluciones sostenibles y equitativas que beneficien a todo el planeta, garantizando que nadie se quede atrás en la lucha contra el cambio climático.
En la encuesta citada, en la mayor parte de los casos, se reconocen las injusticias sociales, históricas y económicas que están suponiendo la crisis climática. Se evidencia un gran desequilibrio. La mayor parte de la gente de los países ricos cree en el cambio climático y la justicia climática, lo que resulta irónico, mientras que la gente de los países vulnerables al clima, se sienten limitados a ser sujetos del discurso climático. Los más afectados son los que menos dicen.
La Justicia climática vincula desarrollo con derechos humanos y pretende lograr un enfoque centrado en el ser humano, para encarar el cambio climático y ocuparse de proteger los derechos de las personas más vulnerables, compartiendo costes del cambio climático para que el impacto pueda ser equitativo y justo.
Por lo visto, estas consideraciones no han afectado a los responsables políticos y líderes mundiales para que promulguen respuestas justas a la crisis climática. Habrá que ir asumiendo que no tenemos arreglo.
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