Los retrasos en la construcción de los S-80 dejan sin trabajo a 500 empleados
ANTONIO LÓPEZ anlopez@laverdad.es
Viernes, 21 de octubre 2011, 12:12
La previsión del astillero Navantia cuando presentó el prototipo del primer submarino de la clase 80 en el año 2004 era la de entregarlo a la Armada Española en 2013, pero los retrasos en los proyectos de ingeniería y en su construcción han hecho que se tenga que aplazar hasta el 2015 o 2016. Las demoras y la relentización de los trabajos, por lo complejo del proceso, han provocado que en lo que se lleva de año, cerca de 500 obreros de las empresas auxiliares que participan en el montaje de los sumergibles hayan tenido que perder sus empleos y quedarse a la espera de que los trabajos vuelvan a reactivarse conforme a los tiempos previstos, según informó el comité de empresa del astillero.
Los trabajadores llevan meses criticando que el proyecto acumula retrasos, pero no fue hasta ayer cuando se decidieron a hacerlo público. La plantilla de Navantia se manifestó por el interior de la factoría, en favor de los empleos y de la regulación de las empresas auxiliares. Con una pancarta recorrieron desde el carenero hasta las oficinas del comité de empresa, donde celebraron una asamblea. A ella, además de los más de mil obreros de la empresa pública también asistieron otros de las auxiliares.
«En la asamblea explicamos la situación en la que se encuentra el astillero. Los obreros de la empresa nos solidarizamos con los de las auxiliares y les mostramos nuestro apoya con cualquier acción que quieran llevar a cabo», explicó a este diario el presidente del comité de Navantia, Ignacio Briones, al finalizar la manifestación.
El número más alto de operarios trabajando en el proyecto fue mil, pertenecientes a cuarenta empresas auxiliares. Pero los trabajos de los nuevos submarinos S-80 se han ido ralentizando hasta el extremo de que cada vez hay menos mano de obra externa, señaló este responsable de la plantilla.
Entrega a la Armada, en 2015
En estos momentos la empresa ya está trabajando en la construcción de los cascos de los cuatro submarinos que tiene comprometidos con la Armada. El más avanzado es el primero, el mismo que tienen previsto poner a flote en el año 2013 y entregar en 2015, una vez que pase todas las pruebas en el mar. El último de ellos lo entregará en 2019, según las previsiones de la empresa.
Los trabajadores critican que en estos momentos Navantia se está centrando demasiado en el primero de los S-80 y que el resto están casi olvidados, aunque se sigue trabajando en ellos, de ahí que la carga de trabajo haya disminuido considerablemente durante los últimos meses.
Las previsiones, según dijo Briones, eran que a estas alturas del proyecto estuvieran trabajando en los sumergibles alrededor de 2.000 operarios. «Se llegó a mil, pero debido a la relentización de los trabajos ahora están poco más de 500», insistió.
El presidente del comité del astillero cree que la dirección de la compañía en Madrid no ha emprendido las iniciativas necesarias para garantizar la carga de trabajo de la factoría, que, según recordó, es capaz de fabricar otro tipo de buques además de submarinos. «Se han tomado malas decisiones, se han equivocado y eso al final perjudica seriamente a las empresas auxiliares y sus trabajadores», indicó.
El S-80 está catalogado como uno de los submarinos convencionales más modernos del mundo cuyas características fundamentales son el nuevo sistema de propulsión de alta tecnología y una gran autonomía bajo el agua.
La relentización de los trabajos, según el responsable del comité de empresa, se debe también a la complejidad del proyecto. Se trata de un buque que se convertirá en uno de los submarinos más modernos del mundo. «Estamos haciendo un prototipo y entre pruebas y pruebas se pierde mucho tiempo. Tiempo que se ahorraría si se tomaran las decisiones correctas, más rápidas y dinámicas», explicó Ignacio Briones.
Los trabajadores descartan que los retrasos se deban a cuestiones económicas derivadas del contrato que Navantia firmó con el Ministerio de Defensa hace cuatro años. «Estamos a la espera de que el dinero se libere, porque el dinero está», aseguró.
450 millones cada uno
Los trabajadores de Navantia pidieron en su protesta al gobierno de la nación que garantice ese dinero, para que la construcción de los cuatro submarinos de este programa no se vea más relentizada. El precio inicial de los cuatro sumergibles era de 450 millones de euros, cada uno, pero el coste se ha disparado conforme ha pasado el tiempo, incluso Briones señaló que el presupuesto «se ha triplicado».
La manifestación celebrada ayer en los astilleros por los trabajadores es una convocatoria que realizaron los miembros del comité intercentros de Navantia a nivel nacional. La protesta, «en favor del empleo y de la regulación de las empresas auxiliares», según decía la pancarta, se debió a la escasa carga de trabajo que hay en el resto de astilleros de la compañía pública. Briones aclaró que en Cartagena hay suficiente pero va demasiado retrasado.
La dirección de la empresa Navantia declinó hacer declaraciones sobre las protestas de los trabajadores y valoraciones por las críticas suscitadas a los retrasos del proyecto.