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El Toyota de Nani Roma, en el Dakar.
Nani Roma, contra el ejército Peugeot
DAKAR

Nani Roma, contra el ejército Peugeot

La quinta etapa se acortó por culpa de la meteorología y quedó reducida a casi la mitad, con Barreda perdido en una tormenta de arena

DAVID SÁNCHEZ DE CASTRO

Viernes, 6 de enero 2017, 19:04

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Marc Coma, director deportivo del Dakar, se congratulaba tras la caótica cuarta etapa de que estaba siendo un Dakar complicado, y que la jornada de este viernes podía dar más espectáculo a los espectadores y problemas a los pilotos. A un recorrido pensado para llevar al límite las mecánicas y la resistencia de los competidores, este viernes se unió la meteorología, que siempre suele dejar estampas imborrables, máxime cuando se trata de una jornada con las dunas como protagonistas.

Sin embargo, los Reyes Magos dejaron entre Topiza y Oruro una tormenta tal que impidió la disputa de la prueba con normalidad. Las lluvias en las zonas de los lagos hacían impracticable la conducción y la jornada se detuvo justo al llegar a Uyuni, donde estaba prevista la neutralización. Sobre los 219 kilómetros que se disputaron, los mejores fueron el británico Sam Sunderland (en motos) y el francés Sebastien Loeb (en coches), que aprovechó los problemas de navegación de Despres para llevarse su segunda etapa de este Dakar. Stéphane Peterhansel es nuevo líder.

Bolivia es terreno maldito para Joan Barreda. Ya le ocurrió en 2016, y este año le ha vuelto a pasar: ha sido cruzar la frontera y despedirse de sus opciones. El fallo del equipo a la hora de hacer el cálculo de combustible para la etapa del jueves le obligó a cargar la moto en el punto de neutralización, con lo que este viernes salió con una hora de castigo y fuera del top 10. Cualquier atisbo de recuperación se desvaneció en una tormenta de arena, que le hizo perderse. Al final del día, el valenciano se había dejado 42 minutos más, con lo que ya sólo le queda tirar hasta el final y ver hasta dónde puede remontar, sabiendo que la victoria es algo harto complicado.

Sam Sunderland, por el contrario, se vio beneficiado por los sucesivos problemas de navegación de sus rivales. Barreda poco podía hacer, pero Matthias Walkner, que partía primero y tuvo que abrir pista, cedió mucho tiempo al errar en el camino hacia la primera meta. Dio la vuelta y en ese impasse dijo adiós a la victoria. Sunderland es el nuevo líder del Dakar, con récord personal por su parte: por primera vez llega a la sexta etapa del mítico raid, tras dos años abandonando antes.

El español mejor situado que queda en carrera es Gerard Farrés, que ocupa la cuarta posición con 20 minutos de retraso con respecto a Sunderland. Farrés llevó su KTM hasta la sexta posición de la jornada, y se ha planteado como objetivo un podio que tiene de momento a algo menos de cinco minutos.

Roma aprieta

El Dakar se ha quedado en cosa de dos: los Peugeot y Nani Roma. El catalán es el único que parece seguir el ritmo impuesto por el trío francés, ya sin Carlos Sainz, que se vio obligado a abandonar por el tremendo accidente que sufrió el jueves. Al volante de su Toyota Hillux, Roma (único español en haber ganado en motos y coches) acabó la etapa a sólo 44 segundos del vencedor, un Sebastien Loeb que quiere dejar claro que también sabe pilotar y muy bien en zonas de offroad que poco o nada tienen que ver con el WRC que dominó antaño.

Stéphane Peterhansel desaprovechó una oportunidad de oro de ganar, ya que tuvo un error de navegación al inicio de la jornada, como le pasó a Cyril Despres. El cinco veces ganador en motos del Dakar sufrió en sus carnes la dificultad de abrir pista, y se dejó diez minutos y el primer puesto en la general. Ahora es monsieur Dakar quien comanda la terna francesa que hará las delicias de los fans de Peugeot. Nani Roma es el único en seguirles el ritmo, ya que está a menos de medio minuto del tercer puesto, en posesión de Despres. Hirvonen, a más de 40 minutos del liderato, está lejos para estorbar las opciones de Roma.

La etapa de este sábado será, según las previsiones, la que marque quién está en condiciones de ganar y quién no. Si la criba de los primeros días ha sido importante, el viaje hasta La Paz antes de la jornada de descanso va a ser una pesadilla para todos los competidores. Con el lago Titicaca de fondo, a más de 4.000 metros de altitud constante, el objetivo será acabar de día los más de 570 kilómetros que deberán recorrer los pilotos.

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