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Miembros de la UME bajan de un camión a dos mujeres a las que rescataron.

«Todo terminó siendo un infierno»

De la angustia a la espera para ser rescatados, los vecinos pasaron ayer a las operaciones de limpieza y la solidaridad

A. SALAS

Martes, 20 de diciembre 2016, 01:43

«En dos horas lo hemos perdido todo», se desahogaba ayer Mario Pérez Cervera, concejal del PSOE de Los Alcázares. El agua le ha golpeado a él y a su familia en una madrugada insomne: «Me he pasado la noche mirando por la ventana de la buhardilla porque el agua ya había entrado a la casa, para ver cómo evacuaban a los vecinos más mayores y cuándo nos tocaba a mi madre y a mí», cuenta antes de volver a su hogar para evaluar el desastre. Recuerda que el agua entró a la vivienda y comenzaron a poner toallas para que no dañara el parqué, pero la crecida que llegaba directamente de las ramblas a su calle, junto al polideportivo de Los Alcázares, no pidió permiso.

«Reventó el muro del jardín y entró con tal fuerza que vimos que había que dejarlo todo y subir al piso de arriba, donde nos falló la luz», narra el edil, quien recuerda que «de pronto pensé en lo que había visto hacer en otras ocasiones, bajé y cogí todo lo que quería salvar, documentos y fotos familiares».

Su padre y su hermano vivían otra tragedia unos metros más abajo, donde encontraron el comercio familiar también anegado. «Un vecino me llamó para decirme que había visto mi coche, que lo había aparcado en mi puerta, al final de la calle contra una farola», cuenta Mario. Con todo, la familia aún tuvo más tragos amargos en una noche difícil de olvidar.

«Mi vecina, que estaba sola, me comunicó a través de Facebook que no tenía luz ni forma de avisar a nadie. Les grité a los bomberos desde la ventana y se la llevaron. Después fueron evacuando a todos los vecinos, primero los más mayores», comparte el concejal sobre una noche «en vela, con la radio puesta, con los móviles casi sin batería y mirando por la ventana a ver si nos tocaba a nosotros».

Tenía claro que «la corriente daba miedo; si dabas un paso fuera te arrastraba como al coche», así que esperó junto a su madre apretando los dientes. «No nos hemos hecho a la idea, solo quieres salvar todo lo que puedas y que deje de llover», cuenta Mario, a sus 25 años uno de los políticos más jóvenes de la Región. Pasó la noche junto a su familia en casa de unos amigos y ayer, antes de acercarse a su particular 'zona cero', visitó el CAR convertido en albergue para saber cómo estaban otras familias de Los Alcázares «Te ves impotentes, así que pienso en los mayores que viven solos, porque esta situación te deja en el desamparo», explica el día después.

Sacando lodo

Cientos de vecinos de la zona centro han sido invadidos también por el agua y el barro. Restaurantes y tiendas del centro, todos los del paseo de la Feria, y aledaños hacían balance de daños y quitaban lodo.

La única baja mortal fue la del hombre, de 40 años y origen marroquí, que murió al ser arrastrado por la fuerza del agua.

En San Javier, las viviendas de las zonas bajas, el barrio de Los Ríos, de Los Pescadores y las cercanías de la carretera del aeropuerto recibieron también la oleada de agua. Como en todas las jornadas catastróficas, la vida se cruza con el drama: una familia de etnia gitana que celebraba un bautizo en el centro cívico de San Javier se encontró con los refugiados de la riada, mientras el personal de una ambulancia atendía un parto gemelar desviado de Los Arcos a La Arrixaca.

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