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R. FERNÁNDEZ
Viernes, 7 de noviembre 2008, 22:18
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Agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil investigan las circunstancias de la muerte de una niña de siete años, que se produjo el pasado miércoles por la mañana en la localidad de Fortuna y que, según los resultados preliminares de la autopsia, podría estar directamente relacionada con un episodio de supuestos malos tratos y agresiones sexuales. Fuentes próximas al caso han confirmado que las gestiones policiales se multiplicaron a mediodía de ayer, jueves, después de que los forenses del Instituto de Medicina Legal de Murcia, realizaran la autopsia al cuerpo y encontraran múltiples indicios que apuntaban a que la niña había sufrido reiterados golpes, así como que habría sido sometida a abusos sexuales. Los vestigios y signos hallados en el cuerpo de la menor indicaban además, y de manera inequívoca, según fuentes contrastadas, a que esos malos tratos se venían produciendo desde hacía, al menos, varias semanas. Con los datos extraídos de la autopsia se derrumbaba, en apariencia, la versión mantenida por la madre de la víctima, una mujer suramericana -de origen ecuatoriano o colombiano-, y por su compañero sentimental, de nacionalidad española, quienes el miércoles por la mañana se habían presentado en el centro de salud de Fortuna con el cuerpo de la pequeña y habían sostenido que la muerte le había sobrevenido de manera súbita e inexplicable. Pendientes de la autopsia El levantamiento del cadáver se efectuó por el procedimiento habitual, bajo la dirección del juez de guardia de Cieza, asistido por un forense y por agentes de la Guardia Civil, pero no se adoptó medida alguna hasta conocer los resultados iniciales de la autopsia. Cuando ayer a mediodía trascendió que la menor había sufrido supuestos malos tratos, reiterados en el tiempo, y también presuntas vejaciones sexuales, el juez ordenó a los agentes de la Policía Judicial de la Guardia Civil que procedieran de inmediato a registrar la vivienda familiar de Fortuna, con el fin de reunir todas las pruebas posibles sobre esos aparentes hechos delictivos. Además, dio órdenes de que se procediera a la detención del padrastro de la víctima, un hombre con un historial de consumo de drogas de abuso, como sospechoso de los malos tratos, y que también fuera arrestada la madre de la niña como supuesta encubridora de los hechos. Los investigadores no descartan, de hecho, que la mujer fuera consciente de la violencia que sufría su hija y que, pese a ello, por circunstancias que todavía se analizan, hubiera preferido callar. Ambos fueron trasladados a las dependencias de la Guardia Civil para ser interrogados. El cuerpo de la menor, cuya identidad no ha trascendido, permanecía ayer en el Instituto de Medicina Legal, por segundo día consecutivo, ya que los forenses consideran que deben realizar pruebas adicionales. Aunque en términos estrictamente periciales parece no albergarse dudas sobre la existencia de malos tratos y abusos, no se descartaba ayer que la muerte pudiera estar causada por el fallo de algún órgano interno, que provocó un proceso infeccioso que le llevó a la muerte. El objetivo ahora es determinar, sin género de dudas, si ello está relacionado directamente o no con el maltrato ejercido sobre la menor. La investigación está dirigida por el Juzgado de Instrucción número 3 de Cieza.
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