¿Dietas detox? Verdades y mentiras de este tipo de alimentación
«A la gente le preocupan más las calorías que las toxinas»
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Cuántas veces has intentado bajar algún kilito? Si todos fuéramos sinceros, seguramente que la respuesta sería más de dos. De hecho, según un estudio de ... Mapfre, el 70% de los españoles nos hemos puesto a dieta alguna vez para ello. Y el número medio de intentos es de siete. Ya si se ha conseguido o no lo vamos a dejar para la intimidad de cada persona.
Otra cosa que se nos ha metido en la cabeza, tanto como perder kilos –haga falta o no–, es detoxificar nuestro organismo. «Es el día de la marmota», se queja el dietista-nutricionista Pablo Zumaquero, que lleva años intentando combatir esta idea. Después de vacaciones, antes y después de las navidades, en primavera, a finales del verano... cualquier época es buena para que nos bombardeen con las famosas dietas detox.
Más del 46% de la población española las conoce. Pero solo un 26 las identifica como una dieta milagro, que es lo que son. Los datos provienen del estudio transversal 'DiMilagro', una encuesta en la que han participado investigadores de la Academia Española de Nutrición y Dietética, el Instituto de Salud Carlos III, la consultora Salvetti Llombart y la Fundación Mapfre.
No hay profesional de la nutrición que no suspire cuando oye eslóganes como «¿te sientes hinchado tras un fin de semana de excesos?», «¿notas que tu cuerpo necesita un reset tras las vacaciones?», «¿te has pasado en Navidad y necesitas depurarte?»... Ya sea en anuncios tradicionales, vídeos de influencers o publicaciones de gente como tu vecina del quinto. «A continuación siempre llega lo mismo. Te presentan la solución ideal: dietas detox que prometen eliminar toxinas, perder peso y revitalizarte en pocos días», describe Sofía Giaquinta, en su libro 'Nutrición sin miedo'. Soluciones que, prosigue, no necesitamos.
Un proceso natural
«Nuestro cuerpo ya está diseñado para expulsar las toxinas. Si no lo hiciéramos, no necesitaríamos un té o un suplemento, sino un hospital porque nos moriríamos», apoya Zumaquero. Y es que tenemos mecanismos de sobra para mantenernos depurados en el sentido estricto.
Los principales son los riñones y el hígado. Los primeros filtran media taza de sangre por minuto y son los encargados de eliminar los desechos y el exceso de agua, que luego se excreta por la orina. La función del hígado, que es un órgano pluriempleado porque tiene más de 500 'tareas', es similar. Utiliza enzimas para modificar químicamente otras sustancias tóxicas en productos menos dañinos y los excreta a través de la bilis (que luego acaba en el intestino) o a la sangre (que luego pasa por los riñones).
Y por si esto fuera poco, antes, los ácidos del estómago se encargan, además de descomponer la comida para que sea asimilada, de crear un ambiente hostil que actúa de barrera protectora contra bacterias y patógenos. Ninguna de estas tres partes, por cierto, sufre problemas de saturación si están sanas.
Sin embargo, nos gastamos bastante dinero en productos detox. Es un sector en crecimiento que se sabe amoldar a las modas: primero fueron batidos y zumos, luego tés, ahora suplementos... En el mercado general de productos para la salud y el bienestar, los detox representan casi el 4%, según la consultora Future Market Insights, con clientes en más de 150 países. Y su valor de mercado ronda los 40.000 millones de dólares. Se prevé que en diez años, esta cifra crezca hasta los 72.600.
– ¿Por qué ha calado tan bien lo de que hagamos detox?
Giaquinta: Detrás de los productos detox hay una mezcla de pseudociencia, marketing agresivo y, lo más importante, ningún respaldo científico.
Zumaquero: A la gente más que preocuparle los tóxicos, lo que le preocupan son las calorías. Sienten que se han pasado y que tienen que compensarlo.
Y para eso, optan por este tipo de 'soluciones'. «Muchas veces, nos sentimos hinchados porque tenemos mayor retención de líquidos. Tomando productos y alimentos diuréticos la eliminaremos en un día. Sin tomarlos, en dos. No marcan la diferencia», continúa el especialista.
«Además, el cuerpo humano no se intoxica por consumir alimentos como grasas o azúcares», insiste Giaquinta en su libro. «Ni siquiera la comida basura tiene toxinas. Lo que tiene son ingredientes y moléculas que en un alto consumo crónico nos pueden producir problemas a largo plazo», completa Zumaquero.
¿Podemos ayudar a nuestro cuerpo a depurarse con algunos alimentos?
Los especialistas consultados ya lo han dejado claro: si estamos sanos, nuestro cuerpo se basta y se sobra para detoxificarse. No obstante, hay situaciones en las que sí podemos necesitar un extra para ayudarle. «Por ejemplo, si tienes problemas hepáticos como hígado graso no alcohólico, hepatitis...», afirma el nutricionista Pablo Zumaquero. En esos casos, hay determinados alimentos que pueden ayudar al organismo a realizar su misión de manera satisfactoria. Son los alimentos coleréticos y colagogos, que ayudan a aumentar la producción y la secreción de bilis. Es el caso de las alcachofas frescas, las endivias, los rábanos, las berenjenas, las naranjas, los limones, el jengibre... «Si estás en esta situación yo sí los priorizaría, pero estamos ante otra cosa: dietoterapia», señala el especialista.
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