Hace unas semanas se confirmaba la fecha de la esperada tercera temporada del clan Pombo en Prime Video. En octubre conoceremos más sobre la 'influencer' ... María Pombo, sus hermanas (Lucía y Marta) y el resto de su familia. La serie ha conseguido enganchar incluso a aquellos que no las conocían en redes sociales. Sin embargo, su verdadero éxito radica en su estrategia de marketing y en cómo han rentabilizado su parentesco. Todos facturan y todos, a su vez, tienen chispa para protagonizar su propio 'reality'.
Ahora bien, aun cuando las hermanas Pombo puedan considerarse como unas de las creadoras de contenido más influyentes en la actualidad, hay algo que chirría en su imagen pública. El hecho de convertir tu vida en un producto tiene sus propios riesgos. En sus apariciones públicas dicen vender naturalidad y, por el contrario, se muestran encorsetadas, incómodas y, en ocasiones, como ha manifestado la misma María, hasta temerosas. Quieren vivir de su imagen, pero no convertirse en titular, huir de toda polémica... ¿Es esto posible?
No dudo de que la prensa rosa esté más interesada en el 'clickbait' que en la noticia o que incluso, en ocasiones, pueda actuar con crueldad. Pero no creo que esto sea lo que asuste a las Pombo, al menos, no lo único.
Quien se ha vuelto popular a través de las redes sociales a menudo lo ha hecho bajo el control de lo que publica y lo que no, de lo que cuenta, omite, finge. Demasiado filtro. Demasiada pose. Demasiado artificio. Ellas son naturales, pero tras pasar por el proceso de edición. Quizá por ello no todas podemos ser una Pombo.
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