Diana Krall, al piano, este lunes. Festival de Jazz de San Javier
Festival de Jazz de San Javier

Diana Krall desganada con algunos destellos

A la diva del jazz le costó cantar en un concierto donde brillaron los dos músicos acompañantes

Martes, 23 de julio 2024, 17:27

La vida de los artistas transcurre más allá del 'backstage'. Sus malestares, cansancios o euforias a veces traspasan la piel del escenario, pero cuando el ... foco los ilumina esperamos de ellos lo sublime. Poco de excepcional ofreció Diana Krall en su concierto en San Javier, el último de un Festival de Jazz que sí ha ofrecido momentos memorables, como el de Russell Malone y Cyrus Chesnut o el de Niño Josele y Antonio Serrano.

Publicidad

La diva cantó con desgana, sin brillo en la voz que, aunque nunca destacó por su potencia, sí encantó por su clase y ese magnetismo a veces oscuro de ciertas vocalistas de jazz. Ya cerca de los sesenta, la canadiense no es cualquiera en el 'mainstream' jazzero de Estados Unidos. Tiene en su casa dos premios Grammy y diez premios Juno, nueve discos de oro, tres de platino y siete multiplatino. Interviene en el negocio de la música con su marido, Elvis Costello. Sabe de qué va ganarse el plus de calidad que eleva el rango de los 'cabezas' de cartel y la cuenta corriente.

A Jazz San Javier llegaba como la crema del pastel. Con todas las entradas vendidas desde hace semanas, la aureola de la diva llegó incluso antes que su persona. Exigió alfombras en el escenario, iluminación media baja, nada de focos cenitales, nada de fotos y menos aún vídeos con flash. Una de esas noches en las que las azafatas sudan por lo imposible: que nadie alce el móvil para grabar.

Diana Krall junto a sus músicos de apoyo. Festival de Jazz de San Javier

Le guardaban las espaldas dos músicos de altura, sobre todo el contrabajista Sebastian Steinberg, un doble de Gandalf que le creó la atmósfera idónea a la diva y generó momentos brillantes en solitario. El batería Matt Chamberlain hizo también su trabajo y aportó el ritmo que le faltaba a la artista. La abulia de la cantante rompía el magnetismo que la ha hecho famosa. La mayor parte de los temas sonaron entre el susurro y la apatía. En los primeros temas, su incomodidad era patente.

Publicidad

Con el primer clásico imperecedero, aquel 'Y've got you under my skin', de Cole Porter que nos resuena en la cabeza con la voz de Sinatra, pareció levantar el ánimo. De otra garganta prodigiosa, Nat King Cole, se adentró en 'Just you, just me', pero lo más cercano a la emoción fue el solo de contrabajo. De nuevo Gandalf no solo salvó el trance, sino que eclipsó a la vocalista, de modo que los mejores momentos de la noche fueron los puramente instrumentales, con el swing brioso de los acompañantes, y algunos destellos brillantes de Krall en los temas en solitario. Había que cazar al aire los instantes de magia, como ese encantador ritmo de cabaret que introdujo en 'Let´s fall in love'. Arrastró sin embargo el habitualmente exultante 'S wonderful', que ella ha grabado con Tony Bennett, y estuvo lejos de emocionar con los temas de Joni Mitchel y Tom Waits. Con el público en pie, la diva volvió para regalar lo mejor de su paso por el Festival, dos temas en el bis más bien nostálgicos y 'dylanianos', con ese intimismo narrativo de corte cantautor, con los que pareció conectar al fin. Larga vida a Gandalf.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

Prueba LA VERDAD+: Un mes gratis

Publicidad