La vida sigue igual
Soy sociólogo 'al oído' cada año en La Unión y mentalmente hago encuestas que no son muy científicas, pero aún así suelen acertar bastante
Yo paseo y escucho. De todo. Soy sociólogo 'al oído', y mentalmente hago encuestas que no son muy científicas pero que aún así suelen acertar ... bastante más de lo que aciertan las del doctor Tezanos en el CIS, en las que siempre gana el PSOE por goleada. Bueno, regresando a mis paseos. Oigo de todo, bueno y malo, como en botica. Pero centrándome en el festival del Cante de las Minas, me ha parecido sentir alguna queja de dueños de bares y restaurantes, la principal es que notan que está viniendo menos gente que otros años.
Claro, esto puede ser verdad -no lo sé- pero hay que ponerlo en cuarentena: puede ser que esté yendo menos gente a su bar o restaurante, pero que otros estén llenos. Esto es como que en cualquier época o lugar un negocio cierre por falta de negocio e inexorablemente le echen la culpa a otro famoso doctor, el doctor Sánchez, sin contar con que, por ejemplo, los impuestos le viene no solo de Madrid, sino de su comunidad o también de su ayuntamiento, y sin contar, sobre todo, con que la competencia (bar, restaurante, tienda o lo que sea) está siempre lleno y no solo no cierra, sino que amplía. En fin, que no toda la culpa es de los políticos, como se suele decir, sino que quien tiene un negocio también tiene que poner de su parte.
Por ejemplo, el restaurante El Nuevo Museo pone mucho de su parte, por ello cada vez vamos más los visitantes de estos días. Pepi y su madre, Mari, son encantadoras. Comida casera y rica. Allí me encuentro con Jaime, originario de una pedanía de Lorca, pero emigrado a Francia desde los años sesenta, casi toda su vida en el país vecino. Desde 2001 no se pierde un festival. Hay que hacerle un homenaje. Esos españoles de doble nacionalidad pero que en el fondo son apátridas, sentimentalmente no son de un país ni de otro.
Las chicas de la cafetería del hotel se quejan de lo contrario, ha comenzado el concurso y andan agobiadas, no dan abasto para servir café y tostadas. Sin embargo, una me dice: «Parra, este año noto a la gente triste, silenciosa, no comentan como siempre lo que va ocurriendo en el concurso».
Será que nos estamos haciendo viejos. La vida sigue igual.
¿Tienes una suscripción? Inicia sesión