Los faros de la Región de Murcia han inspirado poemas y bellas imágenes
Aficionados y profesionales detrás de panorámicas y vistas aéreas desde principios del s. XX
Mario Benedetti canta a la mirada amada, asemejándola a un faro, y explica en su poema 'Fulgores' que «la luz es luz, donde quiera se ... encienda». Evoca con metáforas esas torres altas en la costa, señales para navegantes, atalayas permanentes, luces que a veces encandilan pero siempre guían.
Construidos en su mayoría en el siglo XIX, desaparecidos unos, otros aún en pie y funcionamiento, los faros de la Región de Murcia han inspirado poemas y también bellas imágenes captadas por aficionados y profesionales durante más de cien años en panorámicas al atardecer, vistas aéreas tomadas por empresas especializadas como Fotografía Aérea y Terrestre (FOAT) y contrapicados de imponente factura.
Destacaba el Ministerio de Cultura en 2017, por su singularidad y valor patrimonial, tres de los siete faros entonces en servicio en las costas regionales –los de Escombreras, Cabo de Palos y Portmán–, no así los de Águilas, Mazarrón, Cabo Tiñoso y El Estacio, también operativos, ni los de Isla Hormiga, La Curra o el Faro de Navidad.
Una de las instantáneas más antiguas que se encuentran entre los fondos custodiados por el Archivo General de la Región de Murcia (AGRM) es la que tomó en 1903 el ingeniero Gustavo Gillman y que inmortalizó el desaparecido Faro Blanco, inaugurado en 1860 a los pies del Castillo de San Juan de las Águilas.
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