Paco Serrano: «Contra el desánimo, lo que mejor funciona es tener un millón de euros en el banco»
«Una persona, a la que yo le había hecho algún favor, me apuñaló. Un tipo que había estado en la Legión francesa»
Hijo único, padre de tres hijas, abuelo de seis nietos, expolítico socialista, profesor de yoga, viajero, enamorado de las plantas, amante de los estoicos, negociante, ... servicial, defensor de la medicina natural, la mecánica cuántica, los misterios de lo invisible. Murciano nacido en 1947, Paco Serrano tiene plantadas en sus viveros unas higueras que dan unos frutos prodigiosos, qué delicia.
–El primer recuerdo.
–Mi padre murió cuando yo tenía no más de un año y medio, y guardo un recuerdo de una vez que me echó a las espaldas. Mi madre nos dejó hace poco con 96 años.
–La vida.
–Conozco lo que es pasar por muchos altibajos, no dejar nunca de remar, acertar unas veces y equivocarte otras; pero, pase lo que pase, vivir es siempre una maravilla. Mi madre tuvo que trabajar mucho y yo me crié un poco salvaje.
–¿Salvaje?
–Faltaba mucho a la escuela, me pasada el día jugando, haciendo locuras, cogiendo hierba para los conejos, pasando mucho tiempo con las personas mayores, que era algo que me ha gustado siempre...; lo mismo me montaba en un carro y me iba con un grupo de gente a Alicante, que una vez me caí a un sifón de agua y me sacaron de milagro por los pelos, que otra me prendí fuego por error en un horno y un tío de mi padre, al que yo le hacía algunas putadas, no paraba de reírse mientras yo iba asándome. Vivía muy a mi aire, fue una época muy interesante y, por suerte, no me pasó nada.
«Una persona, a la que yo le había hecho algún favor, me apuñaló. Un tipo que había estado en la Legión francesa»
–¿Qué le llegó a pasar después?
–Una persona, a la que yo le había hecho algún favor, me apuñaló. Un tipo que había estado en la Legión francesa. Del navajazo que me dio en la cara [quedan de testigos algunas señales], me partió varias muelas por la mitad.
–¿Usted ha golpeado a alguien?
–Jamás, yo he tenido siempre compasión de la gente y sigo teniéndola, gracias a Dios. Soy una persona reivindicativa, pero muy compasiva y siempre he buscado el encuentro con la gente, no la pelea.
–¿Le ha salvado la vida a alguien?
–Bueno, el otro día entré a un restaurante y alguien me preguntó: '¿Es usted Paco Serrano, verdad?'. Pues sí, y me dijo: 'Mi familia le debe la vida, y los seis que estamos sentados en esa mesa le estamos muy agradecidos'. Resulta que un día ayudé a un padre de familia que estaba totalmente desesperado, desahuciado, a punto de tomar un camino. Ese chute en el restaurante no tiene precio.
–¿Qué quería ser de mayor?
–Trabajar con las manos a mí no me ha gustado nunca. Yo lo que quería era vivir la vida y tener muchas experiencias, conocerlo todo.
–Incluida la experiencia de meterse en política.
–Sí, y guardo muy buen recuerdo de aquellos años, finales de los 70 y primeros de los 80. Fui concejal socialista con Antonio Bódalo de alcalde de Murcia, y secretario de finanzas del PSOE en el tiempo de Andrés Hernández Ros, el mejor presidente que ha tenido esta Región y, tristemente, el gran desconocido para los murcianos; también llevaba asuntos del partido a nivel nacional e internacional. Fueron unos años en los que poníamos mucho corazón y mucha ilusión en la política. Nos entregábamos de verdad. Mereció la pena, pero cuando salí de la política me tuvieron que echar una manos los amigos.
–¿Por qué?
–Porque ganaba mucho más dinero con mis representaciones antes de entrar en política, y andaba muy bien encaminado profesionalmente; todo ese dinero dejé de ganarlo y, al final, ni ahorros ni nada.
«El día que me encuentre a Felipe González le voy a decir: '¿No te da vergüenza?'»
–Felipe González.
–Tuve reuniones con él en esos años, y ahora tengo ganas de encontrármelo en algún sitio.
–¿Para qué?
–¿Para qué?, ¿qué les pasa a algunos exdirigentes socialistas?, ¿están chochos o qué? Le están haciendo mucho daño al PSOE. Felipe ha perdido el norte total y absolutamente. Y, a ver, que si lo analizas bien, tampoco era Dios. Era inteligente, eso sí, y estaba muy apoyado por los alemanes, por Willy Brandt, y eso lo elevó a la cima muy rápidamente. El día que me lo encuentre se lo voy a decir, '¿no te da vergüenza?'.
–¿Sigue militando en el PSOE?
–No, no, no. Yo digo medio en broma, medio en serio, que soy anarcocapitalista [risas].
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–¿Cuándo empezó a viajar?
–Yo emigré con 16 o 17 años a Alemania, pero me expulsaron por ilegal; dormía en la estación de Frankfurt, me metieron en un tren y me enviaron a Barcelona, pero me bajé en Francia y estuve allí un año.
–¿Y cómo empezó su aventura con los viveros y con la importación de plantas?
–Cuando dejé la política y por casualidad. Un amigo me dijo que en La Manga no había floristerías y que en verano poner una sería un buen negocio. Y, efectivamente, cogí a mi familia, puse una floristería en La Manga y ese año gané dos millones de pesetas; eso me dio pie a pensar que en Murcia tampoco había viveros y que montar uno también podría dar buenos resultados. Y así empezó esta historia. He ido a Israel a comprar una finca entera de palmeras, he llegado a traer barcos cargados de ellas de Egipto cada dos semanas, he importado plantas de Argentina, de Bolivia, de Cuba... He viajado muchísimo, casi siempre por negocios, y siempre he disfrutado en todos sitios. Como no soy delicado, ni para comer ni para nada, he estado en lugares muy perdidos, sobre todo en África, donde me enamoré de Malí. La naturaleza es bellísima, la vida es maravillosa, y vamos y nos dedicamos a pelearnos y a enfadarnos por tonterías, ¿estamos tontos o qué nos pasa? Deberíamos ya empezar a pensar de otra manera y a hacer otras cosas.
–¿Cómo qué?
–Como leer a los estoicos, meditar, interesarnos por la medicina natural, por la física cuántica y por la radiónica, y negarnos a ser cada día más tontos, que es lo que les interesa a los políticos y a los gobernantes de hoy; y eso no sólo está ocurriendo en España, sino a nivel global.
«Cogí a mi familia, puse una floristería en la La Manga y ese año gané dos millones de pesetas»
–¿Qué viaje recuerda?
–Pues, ahora, el último que hice a Egipto, un país en el que he estado muchísimas veces. En esta última ocasión visitamos las grutas donde la Virgen María, San José y el Niño Jesús estuvieron cuando tuvieron que huir del tirano de Herodes.
–¿Qué no es usted?
–Hoy no soy rico, que lo he sido porque he ganado mucho dinero, pero soy feliz porque vivo tranquilo, sigo trabajando y tengo para vivir. Reconozco que he invertido mal [ríe], que soy generoso de más, que prefiero que me engañen a engañar yo, y también que me den una patada a darla yo. A mí el rencor jamás me ha durado más de seis meses.
Complemento
–Lo mejor.
–Tengo tres hijas y seis nietos, eso es lo mejor.
–La medicina natural.
–Me interesa muchísimo; entre unos cuantos apasionados y conocedores del tema hemos creado una asociación sin ánimo de lucro dedicada a darla a conocer; tenemos un local donde antes estaba la Venta del Payo. Por supuesto que no rechazamos la medicina convencional, pero creemos que la natural es un buen complemento. Que hoy me hace falta ponerme una inyección, pues me la pongo y rápido, pero si tengo que seguir con un tratamiento... voy a buscarme la vida en la naturaleza para complementar, y eso funciona, vaya que si funciona. Por ejemplo, si tienes un problema con la próstata, empieza a comer pipas de calabaza todos los días y verás cómo tu próstata empieza a ponerse bien.
–Otra recomendación.
–Para hongos, virus y bacterias, artemisia blanca, que además nace de una manera extraordinaria y si la tomas en infusión está buenísima.
–Al mismo levantarse, ¿qué?
–Ahora, a las ocho de la mañana salgo a coger higos de mis higueras. Un lujo de desayuno.
–¿Qué se debería hacer en nuestros campos ?
–Por ejemplo, se debería volver a plantar algarrobos, uno de los productos más en auge hoy en día en el mundo de la alimentación. Recuerdo que el campo de Cartagena estuvo lleno de ellos porque, entre otros beneficios, frenaba la escorrentía y los vientos del mar; en estos momentos no hay ni uno.
–¿Qué funciona bien contra el desánimo?
–Contra el desánimo, lo mejor que funciona es tener medio millón de euros en el banco.
–[Risas]
–Eso eleva el ánimo y te quita mucha presión.
–¿Y si ese no es el caso?
–Tenemos que empezar a saber respirar bien, a respirar profundamente sintiendo que el aire nos va atravesando hasta llegar a la cabeza. Respirar siendo conscientes de que respiras. Respirar bien ayuda incluso a sanar enfermedades.
–¿Siempre qué?
–Piensa en positivo, aleja los malos pensamientos, no ofendas a nadie, cuidado con las palabras que utilizas.
–¿A qué se niega?
–A vivir amargado.
–¿La muerte es el final?
–No, no, no. Una sola vida no nos da para todo lo que tenemos que aprender.
–¿Se vacunó contra la covid-19?
–¡No!
–¿No piensa dejar de trabajar?
–Tampoco.
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